Teatro

Una luna para los malnacidos… la mentira como una constante en la vida

Por: Roberto Sosa — 25 de octubre, 2014

Una luna para los malnacidos, con direccion de Mario Espinosa, se presenta en el Foro Sor Juana Ines de la Cruz de la UNAM, octubre 2014 Del dramaturgo estadounidense Eugene O´Neill, Una luna para los malnacidos es un texto de línea autobigráfica escrito en 1943 que contiene algunas de las principales características del autor neoyorquino.

Al igual que Jim Tyron, el protagonista de esta historia, O´Neill creció entre los bastidores del teatro (su padre de origen irlandés fue actor de teatro) y en los trenes donde se desplazaba su familia de un lugar a otro; asimismo, conoció de cerca la adicción del alcoholismo –su padre y hermano mayor murieron debido a esta enfermedad–, además de otros rasgos que reflejan, en parte, su vida están plasmados en otros personajes que aparecen en la trama de Una luna para los malnacidos.

En este texto, Jim Tyron (Rodolfo Árias) es un actor de Broadway, alcohólico, dueño de la granja donde viven Josie Hogan (Karina Gidi) y su padre Phil Hogan (Patricio Castillo), también adicto a la bebida. Jim, cansado de dormir con prostitutas, pretende el amor de Josie como un acto de redención. Es así que toda la historia se narra a través del trago, el whisky está presente de forma constante conforme se desarrolla la puesta.

La forma de vivir de los Hogan, provoca un enfrentamiento con su vecino T.S. Harder (José Juan Sánchez), la solución según Harder, es comprarle la granja a Jim, y echar de la propiedad a Josie y a su padre; pero Jim le prometió a Phil Hogan venderle su propiedad. El plan final de Phil, es que su hija seduzca a Jim para que se case con ella y hacerse de la herencia.

Una luna para los malnacidos, con direccion de Mario Espinosa, se presenta en el Foro Sor Juana Ines de la Cruz de la UNAM, octubre 2014 La cita está pactada… es de noche, vestida para seducirlo, Josie lo espera debajo de un árbol y con una botella de whisky. La estrategia es ponerlo borracho para que así ceda ante los encantos de la “gorda” Josie.

El escenario es un redondel, un círculo de piedra y hierba, que contiene las hojas que caen de una rama que se asoma desde un árbol que no es visto. La noche es transparente, el sitio se llena con la luz de la Luna y el reflejo le da forma al espacio escénico.

Bajo la dirección de Mario Espinosa, Una luna para los malnacidos es una exposición sobre las carencias que sufre el ser humano, sin importar la condición de género, decadencias, adicciones, soledad, miedos, frustraciones y anhelos empero donde también está presente el amor en distintas vertientes.

Una luna para los malnacidos, con direccion de Mario Espinosa, se presenta en el Foro Sor Juana Ines de la Cruz de la UNAM, octubre 2014 El amor de Phil por su hija; por amor Josie está dispuesta a “prostituirse”; es amor lo que Jim espera de Josie, él ha sido derrotado por el alcohol y mientras se recarga en el pecho de Josie, exhausto por la vida, espera ser redimido.

Por su parte, ella, enamorada, lo deja ir… seguirá siendo virgen, aun cuando hace creer que ha tenido muchos amantes, esa es su forma de defenderse y tener poder y control sobre si misma, en un tiempo y sociedad donde el hombre lo controlaba todo.

“De ‘Una luna…’ me son particularmente atractivos sus diversos planos de interpretación: el primero y más evidente es el de las relaciones entre los personajes principales, el padre, la hija y el casero. Este plano presenta la picardía y la violencia como mecanismo para ocultar generosidades, afectos y sobre todo, vulnerabilidades”, Mario Espinosa.

Una luna para los malnacidos, con direccion de Mario Espinosa, se presenta en el Foro Sor Juana Ines de la Cruz de la UNAM, octubre 2014 Con la traducción de Humberto Pérez Montera, la escenografía de Gloria Carrasco; la iluminación de Ángel Ancona y el vestuario de Jerildy Bosch, Una luna para los malnacidos es teatro de autor, teatro de texto con personajes reales.

Cabe destacar que Eugene O´Neill introdujo al teatro estadounidense el realismo dramático, ya iniciado por Chéjov, Ibsen y Strindberg. Es así que este argumento explora las partes más sórdidas de la condición humana donde elementos como el alcohol, el dinero y los bienes materiales, forman parte y sirven como detonantes de los personajes.

Una luna para los malnacidos se presenta de miércoles a domingo (hasta el 7 de diciembre) en el Foro Sor Juana Inés de la Cruz de la UNAM, una reflexión que expone como la mentira puede ser una constante en la vida del ser humano, que advierte de la verdad disfrazada y de la ausencia de sentimentalismo. Fotos: Andrea Lopez.

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“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.