Teatro

Nada… un ingenioso texto que cuestiona el nihilismo y pesimismo de lo cotidiano

Por: Miguel G. Calero — 27 de enero, 2018

Nada, dirigida por Mariana Jimenez se presenta en el Teatro Santa Catarina, enero 2018. Foto Jose Jorge Carreon ¡Absurdo de lo absurdo! –dice Cohélet– ¡Absurdo de lo absurdo, todo es absurdo!… ¿Qué saca el hombre de toda la fatiga con que se afana debajo del sol?… Cohélet, Eclesiastés.

Cuando de niños se nos dice que la “madre de todos los vicios es el ocio” pensamos que exageran, ¿qué daño puede hacer tener tiempo libre y dar rienda suelta a lo lúdico? En algunas ocasiones, cuando los espacios vacíos comienzan a ser llenados con una imaginación poderosa –aún no limitada por las normativas morales de nuestra sociedad y sólo comprendida con la edad–, puede ser que la existencia llegue a tener resultados, con un potencial natural, bastante perturbadores.

Nada, es una obra sobre la vida y sus conflictos que relata un caso singular sobre aquello que le sucede a un grupo de niños que son atacados por las palabras de Pedro, un chico que en algún momento –de los juegos– se detuvo a pensar sobre el significado de vivir. Pedro parece despertar de un sueño de ingenuidad en el que todos sus compañeros de clase se cuestionan sobre la incertidumbre de la vida, la conciencia de la mínima existencia y lo efímero que puede resultar la vida.

Nada, dirigida por Mariana Jimenez se presenta en el Teatro Santa Catarina, enero 2018. Foto Jose Jorge Carreon Esta profunda disertación, hace que a Pedro le parezca demasiada molestia el ir a la escuela, después de todo, si todo es pasajero y está sujeto a que suceda algo en específico, ¿para qué tomarse la molestia? Pedro llega a la conclusión: NADA importa. No vale la pena hacer absolutamente NADA.

Los otros niños son atacados por las palabras de Pedro, el ataque no tiene defensa alguna, la reflexión aguda está dispuesta a quitar la oportunidad de esquivar la furiosa embestida de realidad. Las palabras son tajantes, son dolorosas, pareciera ser que las palabras son la apertura a una puerta que no se cierra. Todos están desesperados, los ecos en sus adentros dan la razón a Pedro, pero, ¿se rendirán tan rápido? El animado grupo, lejos de la vigilancia de los adultos, comienzan un proyecto al que no se le marca un final visible: encontrar a toda costa todo lo que signifique algo, para ellos o para cualquiera. Se necesita recopilar todo aquello que importe y que signifique, todo aquello que le demuestre a Pedro que las cosas, las tareas, la escuela y el vivir tienen sentido.

Nada, dirigida por Mariana Jimenez se presenta en el Teatro Santa Catarina, enero 2018. Foto Jose Jorge Carreon Nada es una obra de alto contenido filosófico. El argumento es chocante y a la vez genial, en él se relaciona la inocencia infantil con la perversidad humana, la ingenuidad con el nihilismo, aquel que impide que la creación de sentido a costa de cualquier medio.

Sobre este argumento, Mariana Giménez, comenta “Nada atiende a las preguntas fundamentales de la vida, y se vuelve a poner en el circuito porque las preguntas siempre cambian” y, yo –quien esto escribe– añadiría, siempre cambian de forma, pero siempre tienen el mismo fondo.

La correcta adaptación de Bárbara Perrín Rivermar logra traspasar un contenido denso a un discurso mesurable, esto teniendo en cuenta que el texto primario proviene del libro escrito por Janne Teller, literata danesa aclamada por la crítica y censurada en su país a partir de la publicación de su libro.

Nada, dirigida por Mariana Jimenez se presenta en el Teatro Santa Catarina, enero 2018. Foto Jose Jorge Carreon Además, destaca la actuación de un bien orquestado equipo actoral conformado por Nick Angiuly, Lila Avilés, Pablo Marín, Andrea Riera, Lucía Uribe y Leonardo Zamudio, quienes personifican a un estresado grupo de niños en la búsqueda de todo lo aquello que vale la pena encontrar en la vida. Con presentaciones de jueves a domingo (hasta el 18 de febrero), en el Teatro Santa Catarina en Coyoacán, Nada es un fuerte llamado a vivir el día a día con el mayor significado posible.

¿Es este grupo de niños una gran metáfora de la vida humana en estado de inocencia? ¿Es la voz de Pedro un eco dormido en nuestro interior que en algún momento despierta todas las dudas de la existencia? ¿Cuántas personas hay dentro de nosotros mismos debatiendo día a día? Solo puedo decirles queridos lectores que permitan que Nada les signifique algo cuando suba el telón, porque Nada, son las preguntas y a lo mejor puede ser el camino a la reflexión sobre el todo y la nada. Fotos: José Jorge Carreón.

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“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.