Por: Roberto Sosa — 20 de julio, 2013
“El tema central gira en las relaciones de pareja y la dificultad que se vive hoy en dÃa en la sociedad con las posiciones obsoletas de los roles entre hombre y mujer, en donde cuesta cada vez más trabajo encajarâ€, Gabriela Ochoa.
Al trastocar la realidad y el tiempo, Gabriela Ochoa no se pone lÃmites para la creación; esto le da libertad para entrar al universo de lo abstracto y la farsa para llevar a escena un discurso bastante sui géneris: Sin paracaÃdas, puesta en escena de la agrupación Conejillos de Indias con funciones hasta el 31 de julio, en el Teatro Sergio Magaña.
Fundado en 2006, Conejillos de Indias es un grupo, conformado desde sus inicios por Romina Coccio, Genaro Ochoa y la misma Gabriela Ochoa, que se concibe como un laboratorio de experimentación enfocado en la búsqueda de un lenguaje particular, a partir de la resignificación del trabajo de la máscara teatral.
Cabe destacar que Gabriela Ochoa es egresada de la MaestrÃa en Artes del Espectáculo por la Universidad de ParÃs VIII (Saint-Denis) y de la Licenciatura en Teatro de la Universidad Veracruzana; para llegar a realizarse como directora, actriz y dramaturga ha perfeccionado su técnica con talleres en Argentina, Canadá y Francia.
Sin paracaÃdas, escrita y dirigida por la propia Ochoa cuenta con la actuaciones de Romina Coccio, Gabriela Betancourt, Pilar Cerecero y Gabriel Casanova quienes se hacen cargo de los personajes de este texto que versa sobre la historia de una mujer sumergida en el desamor, la soledad, la depresión y la falta de sexo, todos sufridos por una azafata enamorada del Capitán Fisher, quien decide que no quiere nada con ella.
El espacio y el tiempo se perturban en la escena, una mujer con tres personalidades suspira por el mismo hombre. Las une un color, el rojo, que representa el erotismo y la sensualidad… Es asà que el público acompaña a la sobrecargo por un viaje a su interior, cuya personalidad se desdobla para convertirse en una mujer reptil y a la vez terapeuta.
Esta mujer no desea tocar tierra y pretende vivir en el aire o sumergida en el agua –por eso se vuelve reptil- y dicho sea, como terapeuta las intenta curar, de una manera lúdica exorcizará sus demonios internos.
“Son tres mujeres en escena que quieren dominar a la bestia que está obligando a la protagonista a no salir de la depresión y dejarse morirâ€, Gabriela Betancourt
La visión femenina de Gabriela Ochoa, para hablar sobre las vicisitudes de las mujeres en situación de abandono, se entiende perfectamente en el discurso escénico de Sin paracaÃdas, donde demuestra oficio en el texto y en la dirección de escena, sabe lo que quiere decir y cómo decirlo.
Además, encuentra la complicidad en su elenco para lograr una propuesta bien articulada, bastante elocuente y diversa en referencia a todo aquello a lo que estamos acostumbrados a ver en la escena.
En lo que respecta a la producción, la directora se apoya en la colaboración de su equipo creativo, Julia Reyes Retana en el diseño de iluminación y vestuario; Genaro Ochoa, en la música original y diseño sonoro.
En Sin paracaÃdas, el espectador no verá un relato que se cuenta de forma lineal, de manera ortodoxa, más bien se trata de una obra que abre la imaginación y a partir de esto, se descubren todas las posibilidades sobre el escenario. Fotos: Alma Curiel.
Un listado de enlaces a centros culturales, música, teatro, danza, infantiles, festivales y medios y más.
Deja un comentario