Emilio Carballido: un hacer de teatro del siglo XX

Por: Oswaldo Valdovinos — 1 de marzo, 2008

“A mis 80 años en este mundo, creo perfectamente en mi edad, pero también no creo tener 80 años, siento dentro de mí una persona neutra, tranquila, mayor que yo en un tiempo que me ayudaba a crecer, a ahondar, a entender”, Emilio Carballido, en el homenaje que le rindió el Instituto Nacional de Bellas Artes. (Mayo 2005)

La ruptura es uno de los procesos que implica un desajuste y una visión contraria a los convencionalismos y el status quo. Es, a su vez, una manera de cuestionar la validez de las estructuras vigentes en función de encontrar nuevos sentidos a lo que en su momento sintetizó una forma de pensamiento, pero que con el paso del tiempo retomó o creó vicios difíciles de superar.

De ahí que las irrupciones suelan ser escandalosas para quienes ven con complacencia la falta de cambios en pos de una posición cómoda y estable que no altere en lo más mínimo su rutina, por lo que cualquier síntoma de desacuerdo es tomado como una amenaza que suele ser aplastada por diversos caminos: la indiferencia, la violencia, la beligerancia, la burocracia, o la peor de todas: la institucionalidad hecha persona.

Es importante mencionar que una de las áreas más propensas a sufrir este anquilosamiento es la cultura, sobre todo la cultura como es vista desde una perspectiva institucionalizada que, en cierta manera y por lo general, deja de lado aquello que no es afín a sus propósitos, ya sean de índole política, social o propagandística, de tal suerte que cualquier irrupción suela ser tomada como una provocación o un atentado contra los paradigmas vigentes. Por eso, cuando alguien ha cimentado las bases en la cultura ha de reconocérsele, ya sea por el aporte de su obra, o por las acciones que propiciaron un cambio en la manera de ver las cosas.

En este sentido no se puede pasar por alto lo que Emilio Carballido, dramaturgo, narrador, crítico y guionista cinematográfico, fue para el teatro mexicano, quien a los 82 años de edad falleció la noche del 11 febrero, en la ciudad de Xalapa, Veracruz, a causa de un paro respiratorio.

Carballido nació en Córdoba, Veracruz, el 22 de mayo de 1925 y estudió Letras Inglesas y la maestría en Letras en la UNAM, donde fue alumno de Rodolfo Usigli, Xavier Villaurrutia y Celestino Gorostiza, y compañero de Rosario Castellanos, Luisa Josefina Hernández y Sergio Magaña.

Su vasta obra incluye cuentos, novelas, más de cien obras de teatro y más de cincuenta guiones para cine. Consciente de los conflictos sociales, Carballido estructuró su teatro a partir fundamentalmente de incidentes reales, aunque se defendía manifestando que algunas de sus obras tuvieron su origen en el ensueño. En su obra, el conflicto entre la realidad y el deseo, entre lo vivido y lo soñado, se tradujo primero en el papel y luego en el escenario.

Como dramaturgo, apostó no sólo a montar sus obras en los grandes recintos con directores reconocidos, sino que también trabajó con jóvenes directores y compañías de teatro independiente, al igual que con compañías de pueblos indígenas. Cabe mencionar que María Teresa Franco, directora general del INBA, calificó a Carballido como “un hombre fundamental en el desarrollo de la dramaturgia mexicana del siglo XX”.

“Carballido fue un buscador empedernido de historias, escribió sobre la pobreza y la marginación, pero no con pesimismo o desde un afán aleccionador, sino que sus obras nos invitan a la risa pero también a la reflexión profunda, permitiéndonos, como espectadores, descubrirnos a través de la sorpresa”, apuntó.

Algunas de sus piezas son materiales indispensables en las escuelas de teatro, como las que conforman la colección D.F. 26 obras en un acto, una serie de montajes, a manera de skecthes, que con humor, sencillez y una brevedad virtuosa, obligan a pensar en el comportamiento autodestructivo de la sociedad mexicana dentro de la cotidianidad urbana.

Cabe mencionar que TV UNAM tiene la intención de lograr hacer a mediano plazo las 52 piezas teatrales que recién publicó el Fondo de Cultura Económica con el título D.F. 52 obras en un acto. Y es que el desaparecido dramaturgo concedió los derechos a la televisora universitaria para grabar las primeras seis: Únete pueblo, Una rosa con otro nombre, Estufas, Buena pierna, Mujer de malas y Condominio.

Son piezas muy ligeras, comedias de situaciones, con historias que se desarrollan en el Distrito Federal y que escribió el dramaturgo veracruzano a partir de 1949 para apoyar la formación de sus alumnos como ejercicios de fin de cursos. El propósito final del proyecto es reunir una colección de teatro en televisión que se transmita por el canal cultural de los Universitarios y también pueda distribuirse para su venta en formato DVD.

Así pues, con ésta y otras actividades, la obra de Emilio Carballido será sacada de las aulas escolares para ver si aún tiene la vigencia que demandan estos tiempos tan distintos a los suyos. Foto 3: Emilio Carballido y Saúl Juárez, 2005 de Gerardo Peña.