Teatro

El filósofo declara… diálogos muy complejos donde la intriga proviene del irónico recurso de retorcer el pensamiento

Por: Aracely Cortés — 4 de octubre, 2010

El filósofo declara, un texto de Juan Villoro, dirigido por Antonio Castro, se presenta en el Teatro Santa Catarina, octubre 2010 “No se trata de preguntar si hay que filosofar o no. Filosofamos porque es obligatorio. Nuestra conciencia se plantea cuestiones y hay que intentar resolverlas”, Witold Gombrowicz, novelista y dramaturgo polaco (1904- 1969)

Con la mezcla de varios factores, todos ellos favorables, tales como guión, dirección y actuación se obtienen materiales tan bien logrados como el argumento de El filósofo declara, un texto de Juan Villoro sobre los delirios de la razón, una sátira de la conciencia, un thriller donde la intriga proviene del irónico recurso de retorcer el pensamiento.

Una obra en dos actos dirigida por Antonio Castro, que permite ver la experiencia de magnifícos actores; por un lado Arturo Ríos, quien interpreta al personaje central, el filósofo, el maestro universitario que rechaza todo tipo de adulaciones e invitaciones, como el caso particular del ingreso a la Academia de Filosofía.

Un personaje agudo con diálogos muy complejos, que pese a esto, logra arrancar la risa del público manteniéndolo atento a las frases o citas que con elegante sarcasmo permite ver cómo es la vida de los grandes maestros universitarios y sus relaciones más allá de alumnos o editores, cómo es la vida del gremio. Además, analiza lo que representa para un intelectual reconocido el encontrarse con el poder, ya sea para apoyarlo o para cuestionarlo, todas estas acciones tienen un tiempo y sus reacciones también, sobre todo ello apuntan los diálogos.

El filósofo declara, un texto de Juan Villoro, dirigido por Antonio Castro, se presenta en el Teatro Santa Catarina, octubre 2010 Por otra parte se presenta la actriz Pilar Ixquic Mata, que con una impecable actuación da vida a Clara, la esposa, una mujer más joven, también filósofa, cuyo intelecto destacó desde muy temprano, cuando era alumna de aquel maestro siempre entregado a la reflexión, hoy su pareja.

Existe un tercer personaje, un segundo filósofo –interpretado por Emilio Echevarría–, pero no cualquiera, éste es presidente de la Academia Mexicana de Filosofía, quien lleva una invitación de la Academia para que su colega se integre a ella.

Estos dos excompañeros de la Universidad, al estilo de dos pistoleros, llevarán sus diferencias a un último duelo en el que las armas serán su argumentación. Su intensa amistad es una forma de enemistad, se han necesitado, se han querido, se han odiado. Así, a través de las escenas se pone al descubierto el desafío entre estos dos filósofos que han sido compañeros de estudios, fatigas y desafíos.

El filósofo declara, un texto de Juan Villoro, dirigido por Antonio Castro, se presenta en el Teatro Santa Catarina, octubre 2010 Uno de ellos desea acabar definitivamente con el otro, por tanto se cuestiona sobre la manera de matar a un filósofo: la clave, nuevamente, será el argumento. La mujer del protagonista los conoce bien a los dos y puede influir en el careo final.

La reunión de los tres se complementa con la participación de una sobrina del maestro (Fabiana Perzabal), quien acaba de regresar de India influenciada por la ideología budista y un misterioso chofer (Edgar Parra), estos dos individuos darán mayor sabor al duelo.

El desafío entre los intelectuales es a muerte, se dicen, se reprochan, se sorprenden mutuamente de lo que fueron, de lo que son y de lo que quieren ser, pero principalmente de su capacidad de amar y odiar interponiendo siempre su capacidad intelectual.

El filósofo declara es una producción de la Dirección de Teatro UNAM y Mauricio Romero que tendrá temporada hasta al 21 de noviembre, presentándose de jueves a domingos, en el Teatro Santa Catarina.

El filósofo declara, una obra con la actuación de Arturo Ríos y Emilio Echevarría dirigidos por Antonio Castro, se presenta en el Teatro Santa Catarina, octubre 2010 El personaje del filósofo o del intelectual en general es una de las profesiones menos entendidas en la sociedad, qué hacen, o para qué sirven, El filósofo declara no revela esos misterios, pero sí permite ver cómo se desenvuelven en su intimidad aquellos hombres y mujeres que reflexionan sobre el quehacer humano.

La crítica al poder que puede llegar a tener el gobierno sobre las Academias o Sociedades es indistinta, no importa si son filósofos o arquitectos, los intentos de subordinarlos están presentes y muchas veces cualquier cosa, dicho, cita o gesto hecho en el pasado puede pesar.

El equilibrio, en todos los sentidos, es necesario en la vida del ser humano y cuando dejamos cosas como los sentimientos a un lado, para dar prioridad a la intelectualidad, podemos convertirnos en ignorantes o discapacitados en lo emocional. En palabras de Juan Villoro, su obra trata de mostrar que se puede llegar a ser “un sabio en la inteligencia y un imbécil en los afectos”. Fotos: Andrea López.

Una respuesta a “El filósofo declara… diálogos muy complejos donde la intriga proviene del irónico recurso de retorcer el pensamiento”

  1. Edgar Olivares dice:

    Quisiera leer el guion de esta obra u no la encuentro, ¿me la podrían facilitar? Lo agradecería de verdad. Gracias

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“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.