Por: Josué Romero — 2 de julio, 2015
Alucinante. Envuelto en una atmósfera llena de sombras, el escenario se transforma y el imaginario lleva el espectador por una historia que pareciera ser una vieja pelÃcula de la casa productora Hammer, aquella que hizo La maldición de Frankenstein (1957), Drácula (1958) y La Momia (1959). A lo lejos se escucha el delirio de un jinete que huye despavoridamente en su cabalgadura…
Empezar una farsa tragicómica con esta huida es la forma que Ginés Cruz se inventa para introducinos a Destiny o el chiste de un mal cómico, un espacio teatral de titeres y actores que nos llevan por imágenes casà cinematográficas que se construyen a través de sueños, pero que al mismo tiempo descubren profundas realidades sumergidas en la mente maestra de la dramaturga mexicana Mariana Hartasánchez Frenk.
Una trama entre lúgubre y cómica que dentro de la ficción explora la relación afectiva entre dos hermanos. Dos personajes sui generis que brindan una atmósfera fantástica a una historia que no puede ser. Él, un médico (Gerardo del Razo) deseoso de ser un actor de teatro, presenta para ella, la hermana, una obra de teatro. La misma que el público ve desde la butaca.
La ficción dentro de la ficción inicia cuando el médico huye al bosque, después de asesinar a un mal cómico y perder la memoria. Al estar internado en las profundidades de este tétrico paisaje comienza a toparse con seres extraños que le revelan detalles de su crimen…
Es entonces que esta propuesta en escena de Ginés Cruz se convierte en una metáfora para hacerle saber a la hermana que él se ira. Que la dejará. Que el tiempo hará su labor y olvidará. Su rostro. Su voz. Su vida juntos.
Desafiante. Destiny o el chiste de un mal cómico, es esta obra que se mueve entre dos mundos al internarse en la profundidad de un extraño escenario, casi aterrador, que si nos ponemos exquisitos puede llegar a ser la propia memoria, donde desfilan una serie de personajes extraños, oscuros y siniestros que revelan los detalles del crimen.
AsÃ, la historia adquiere tintes oscuros cuando aparece en escena un enano que tiene la habilidad de leer las tripas de los caballos muertos; o las sensuales siamesas Holda y Molda que sin importar que practican la hechicerÃa siempre se encuentran contrariadas; y un primer actor llamado Werner, quien revela la verdad del asesinato.
Delirante. Asà de genial es la dirección de Ginés Cruz que desmenuza a conciencia el asesinato de un mal cómico que llega a tener un significado más profundo y que, indudablemente, se conecta con la vida en un mundo funesto y sin retorno donde cualquier historia puede ser cierta.
Tan cierta puede llegar a ser que no habÃa mejor manera de contarla que a través de tÃteres hechos en un estilo ominoso realizados en base a una confección rústica, muñecos viejos y mutilados que manipulados por Ix-chel Muñoz (que también representa a la hermana del médico) y Francisco Bahena Fonseca nos llevan por ese extraño mundo que se dibuja con un ligero toque victoriano bajo una atmósfera tenebrosa ambientada a partir de la iluminación de Fernando Saldaña.
Destiny o el mal chiste de un mal cómico puede ser realidad, ficción o simplemente teatro. Sin embargo y sin lugar a dudas, es el espectador quien tendrá que descubrirlo en el Foro La Gruta del Centro Cultural Helénico todos los domingos (hasta el 18 de agosto), diálogos complejos, interesantes, profundos y graciosos en un contexto de tÃteres, pero que no es para niños, sino para mentes reflexivas que se atrevan a que seres inertes les descubran la verdad de la historia de Mariana Hartasánchez Frenk.
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