Vanessa Bauche, nos dice: Yo soy Juana, una mujer nada mas…

Por: Arturo Carrasco — 15 de abril, 2011

“El alma de Juana quedó atrapada en la multiplicidad de su imagen y así se convertiría en otras Juanas, intentando armarse, unificarse, identificarse, entre las vivas y las muertas, entre las enteras y las rotas, entre las sabias y las tontas, las santas y las putas, entre las magas y las brujas, entre el saber y no saber, quien carajos es Juana”.

Vanessa Bauche, quien en 2006 fue primera actriz latinoamericana en hacer teatro en el Royal Court Theatre de Londres, presenta en esta ocasión un monologo: Juana’s Soul o la insignificancia de llamarse Juana, una propuesta que busca acercarse al alma humana…

A partir de un nombre, un nombre cualquiera, perdido en una nota de periódico, la Bauche crea un discurso que nos lleva del llanto a la risa, pasando por la reflexión, donde se busca explorar los sentimientos y sensaciones que nos despierta la vida: la locura, la soledad, el optimismo, la ingenuidad, la crueldad, la posibilidad de que cada uno se haga responsable de sí mismo y, finalmente, del amor como agente del cambio y la transformación del ser.

“Juana’s Soul surge de la necesidad de compartir con el público mi punto de vista respecto a la búsqueda de identidad, el sentido de pertenencia y el fracaso de una mujer llamada Juana que intentó comprender el significado de su nombre, creyó hablar con Dios, amó casi hasta la locura, no logró ser sabia e incluso, intentó ser hombre”, Vanessa Bauche.

A lo largo del espectáculo, la actriz da muestra de su versatilidad y talento al representar a varios personajes que tienen algo en común: un nombre, Juana. La historia comienza contando como este show surgió de una nota roja que decía que una chica llamada Juana se había ¿suicidado? en el interior de una casa de espejos, lo cual llevó a la actriz a meditar sobre cuál era su historia, qué había detrás de esta Juana y de los trozos de espejo con los que fue hallada y que reflejan a varias juanas, una muy diferente de la otra.

Todas estas inquietudes llevan al público a reflexionar, a través de Juanas famosas en la historia como Juana la loca o la llamada decima musa, sobre las etapas de la vida de una mujer o de cualquier ser humano, pues en cada una de estas Juanas está condensada la historia de toda la humanidad.

Dentro de sí coexisten lo mejor y lo peor, la fragilidad y la fuerza, la pasión y la razón… Juana de Arco simboliza la inocencia y la ingenuidad; Juana la Loca es el deseo, la carne, la pasión y las relaciones codependientes y destructivas, y Juana de Asbaje representa la necesidad de acercarse al conocimiento y la sabiduría, es la madurez en el ser humano. Hay también una cuarta Juana, que trata de ser hombre para ver si funciona mejor en un mundo masculino.

En Juana’s Soul, la Bauche muestra su vasta experiencia en los escenarios al desarrollar el difícil género del cabaret, el cual le exige demasiado como actriz, pero que la satisface enormemente, sobre todo porque le permite poner a prueba otra de las facetas que esta versátil actriz nominada en varias ocasiones al premio Ariel domina: el canto.

Un juego escénico entre música e histrión donde se puede escucharla en compañía de un grupo de jazz interpretar temas tan diversos como Vengo a ofrecer mi corazón, Cuando ya no me quieras y Urge, entre otras piezas que serán del agrado de los asistentes.

Una propuesta sencilla, con una escenografía y utilería elemental que permite que sea la actriz con su talento quien llene el escenario. Es así como se lo propusieron la propia Vanessa y el director de la obra, Abraham Tari, para quienes lo importante es la reacción del público sobre está idea que concibieron desde el corazón, y que su fin es, además de entretener, hacer una reflexión sobre la vida.

Juana’s Soul o La Insignificancia de llamarse Juana, se está presentando en el Teatro-Bar El Bataclán de la Bodega (Popocatépetl 25, esquina con Ámsterdam. Reservaciones al 5520-0935). Para más información, puede visitar: www.vanessabauche.com

“Quise hablar de la locura, de la importancia del nombre, de la soledad, del optimismo, de la ingenuidad, de la crueldad, de la posibilidad de hacerse responsable de si mismo, de la alquimia, la resiliencia y del amor”, Vanessa Bauche.