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La ópera del checo Janacek por primera vez en Bellas Artes (y en México)

Por: Enrique R. Mirabal — 1 de abril, 2008

Jenufa, ópera del checo Leoš Janáček inaugura el Festival de México en el Centro Histórico Jenufa inaugura el XXIV Festival de México en el Centro Histórico

Pocas óperas logran conjugar de manera armónica, libreto y música, originalidad en el tratamiento del lenguaje y el ritmo de la partitura, solidez orquestal y trascendencia para la cultura y la época en las que se inscribe el autor. Todo esto y más se manifiesta en la obra del checo Leoš Janáček (1854-1928), particularmente en sus óperas, pilares del género en el siglo XX.

De manera sorpresiva, Jenufa, la más conocida (relativamente) entre todas sus óperas, ha sido escogida por la dirección del Festival de México en el Centro Histórico para su inauguración el 10 de abril en el Palacio de Bellas Artes.

La puesta en escena de Jenufa es responsabilidad de Juliana Faesler, muy celebrada en el medio teatral mexicano por su versión en 1997 de Rosenkrantz y Guildenstern han muerto de Tom Stoppard (llevada al cine con poca suerte). La dirección musical, al frente de la Orquesta y el Coro de Bellas Artes, corresponde al checo Jan Chalupecky, procedente del Teatro Nacional de Praga, el más importante en la República Checa.

Jan Chalupecky dirige a la Orquesta y el Coro de Bellas Artes en la ópera de Jenufa Su experiencia en la dirección de óperas de su país nos hace pensar en lo acertado de su elección, máxime si en su quehacer ha estado cerca del australiano Charles Mackerras, principal responsable en la difusión y redescubrimiento de Janáček y, en particular de Jenufa, obra a la que se acercó con espíritu arqueológico para rescatar en su totalidad la partitura original. Esta versión restaurada y autentificada será la que oiremos en México.

Cabe destacar que la mayoría de las puestas de Jenufa, vistas y oídas arrastran los cortes y simplificaciones hechos en función de aligerar la obra, pura estrategia mercadotécnica de algunos directores de orquesta.

El elenco internacional incluye en los papeles principales a cantantes checos, Helena Kaupova y Ales Briscein; el tenor italiano de considerable carrera internacional Gianluca Zampieri y la esperada presentación de una de las sopranos más interesadas en cantar obras ajenas al repertorio tradicional, la norteamericana Catherine Malfitano, en una actuación especial que viste considerablemente esta puesta, digna para abrir cualquier festival de categoría.

Catherine Malfitano participa en la puesta operística de Jenufa en el Palacio de Bellas Artes Tener a Malfitano en Bellas Artes, aunque sea en los años finales de su carrera, se agradece tanto como la elección de la obra en cuestión.

Poder apreciar en vivo Jenufa, una de las partituras que trastocaron el camino de la lírica en el pasado siglo, es tan revelador como acudir a los orígenes con Monteverdi.

Ya se ha dicho hasta la saciedad que la ópera comenzó a mostrar síntomas de agotamiento formal y de razón de ser después de ciertos estrenos como Pelléas et Melisande de Debussy, Turandot de Puccini (en la veta grandilocuente decimonónica) o con Wozcek y Lulu de Alban Berg.

Lo innegable es la disminución en el número de partituras compuestas en las últimas décadas y, lo peor, la intrascendencia de la mayoría de los ejemplos que, por fortuna, han tenido una vida muy corta en escenarios y muchas, no haber llegado a los estudios de grabación.

Jenufa no sólo supera en intensidad dramática, organicidad y genio musical a lo hecho inclusive por compositores como Stravinsky en su paso por la ópera sino que se posesiona entre lo más representativo de la cultura checa en su accidentado periplo de afianzamiento y búsqueda de identidad amenazada, primero, por el Imperio Austro-Húngaro, a renglón seguido por la Alemania nazi y, durante cuarenta y cinco años, por la bota soviética.

Gianluca Zampieri participa en la puesta operística de Jenufa en el Palacio de Bellas Artes Junto a títulos como La novia vendida de Smetana o Rusalka de Dvorak, las óperas de Janacek, El caso Makropulos (digna del mejor Orson Welles), De la casa de los muertos y la Jenufa que nos ocupa permanecerán entre los más ilustres exponentes de una lírica eslava a presumir.

Con vasos comunicantes con el húngaro Bela Bartok en su tratamiento y exploración de un folklore auténtico y la experimentación con nuevas sonoridades y, en lo escabroso de temas inherentes a la esencia de lo humano, emparentado con la Lady Macbeth de Shostakóvich, Janáček queda como un caso aislado de nacionalismo y vanguardia musical en los parámetros del finado siglo XX.

En el Palacio de Bellas Artes, el estreno de Jenufa abre la fiesta cultural del Centro Histórico el próximo jueves 10 de abril, a las 20:00 hrs. Las siguientes presentaciones serán los domingos 13 y 20, a las 17:00 hrs. y el martes 22 de abril, a las 20:00 hrs.

Jenufa, una historia de amor y muerte, música e historia en un drama que conmovió hace más de un siglo en su estreno acaecido en la ciudad checa de Brno.

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“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.