Por: Claudia Magun — 27 de abril, 2020
La danza es el lenguaje que se descubre a partir del movimiento, es la poesÃa de un cuerpo que en perfecta armonÃa entre la creación y el intérprete transforma la narrativa en imágenes…
Como cada año, el Instituto Internacional del Teatro (ITI) de la UNESCO celebra, 29 de abril, el DÃa de la Danza, una insigne fecha que conmemora el nacimiento (en 1727) de Jean-Georges Noverre, considerado como el creador del ballet moderno.
Un dÃa donde la danza celebra al creador y el creador celebra la danza como una manifestación que en su esencia se traduce en las palabras del coreógrafo sudafricano Gregory Vuyani, quien ha sido designado por el ITI para emitir un mensaje que traduce la capacidad expresiva de este arte milenario.
La danza como un testimonio que hace conciencia de todo lo vasto que puede provocar una narrativa que sin palabras indaga en lo más profundo del ser humano. Celebremos… que la danza es capaz de acomodar y desacomodar todo aquello que sucede en el escenario.
La Danza en palabras de Gregory Vuyani…
“Fue durante una entrevista que tuve recientemente cuando reflexioné profundamente sobre la danza. ¿Qué significa para mÃ? En mi respuesta tuve que analizar mi viaje y me di cuenta de que todo se trata de un reto; que cada dÃa presenta un nuevo desafÃo que hay que enfrentar, y es a través de la danza cómo trato de dar sentido al mundo.
Estamos atravesando tragedias inimaginables en un tiempo que mejor podrÃa describir como la era posthumana. Más que nunca necesitamos bailar para recordar al mundo que la solidaridad todavÃa existe.
Nuestra danza debe, más que nunca, dar una fuerte señal a los lÃderes mundiales, a aquellos a quienes se les confÃa salvaguardar y mejorar las condiciones humanas, de que somos un ejército de pensadores furiosos y que nuestro propósito se esfuerza por cambiar el mundo paso a paso.
La danza es libertad y a través de ella debemos liberar a los demás de las trampas que enfrentan en diferentes rincones del mundo. La danza no es polÃtica, sino que se vuelve polÃtica porque lleva en su fibra una conexión humana y por lo tanto responde a las circunstancias en su intento de restaurar la dignidad humana.
A medida que bailamos con nuestros cuerpos cayendo en el espacio y enredándonos juntos nos convertimos en una fuerza de movimiento tejiendo corazones, tocando almas y proporcionando la curación que es desesperadamente necesaria. AsÃ, el desafÃo se convierte en una sola danza, invencible e indivisible. ¡Todo lo que necesitamos ahora es bailar un poco más!”, Gregory Vuyani.
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