Por: Claudia Magun — 30 de mayo, 2015
Cuando se piensa en música interpretada por un ensamble sinfónico se relaciona como un entretenimiento poco popular, más bien se considera como música dirigida a un élite que gusta de autores clásicos. Pero qué pasa cuando un programa se conforma con un poco de todo, desde la belleza del periodo clásico, el jazz de Nuevo Orleans, un poco tango de Piazzola, hasta unas pinceladas del romántico bolero…
Asà fue el programa que Carlos Miguel Prieto y Paquito D´Rivera ofrecieron la noche del viernes 29 de mayo, en el Palacio de Bellas Artes, un concierto de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) donde realmente triunfó la música.
Una invitación muy especial de la OSN, pocas veces vista en el recinto de marmol, donde se escucharon aplausos y más aplausos por parte de un público que estaba encantado de saborear, más allá del género, la música y la calidad de los intérpretes.
La noche no inició con la actuación del excelso músico cubano, empezó con un excelente aperitivo: el Concierto para marimba y orquesta de cuerdas, una pieza hoy fundamental para este instrumento tan nuestro pero creada por un compositor francés, Emmanuel Séjourné.
Esta intervención significó el debut como solista con la OSN de José Eduardo Chávez Quintero, percusionista que cautivó a todos los presentes en Bellas Artes con su maravillosa interpretación de esta pieza cuya música, aun cuando no es fácil en su comprensión, sà es auditivamente accesible para el escucha, porque finalmente en su composición lleva la tradición clásica occidental y su rÃtmica es a la vez romántica y energética.
Con esta pieza iniciaron los aplausos, el público realmente quedó encantado con este joven músico de 22 años de edad, nacido en Ecatepec –Estado de México–, quien como el mismo declaró en la conferencia de prensa, empezó a tocar desde los cuatro años y su papá le inculcó el gusto por la música. “Me considero una persona hiperactiva, asà que la música ha sido una forma de canalizar toda esa energÃaâ€, José Eduardo Chávez Quintero.
Músico formado en las escuelas del Instituto Nacional de Bellas Artes y ganador de la más reciente edición del Concurso de Jóvenes Solistas de la Escuela Superior de Música 2014, quien ofreción una muy destacada actuación, sobre la cual, Carlos Miguel Prieto consideró que “era una oportunidad para que el público conociera a un joven talento que forma parte de una nueva generación de excelentes percusionistas en Méxicoâ€.
Al termino de la presentación de José Eduardo Chávez, el escenario se iluminó con la carismática personalidad de Paquito D´Rivera, quien desde que entró al escenario fue recibido con todas las muestras del cariño y respeto que le prodiga su público en México, un paÃs que el músico cubano realmente quiere, afecto que le es totalmente correspondido.
El señor entro dando muestra de esa elegancia y maravillosa simpatÃa que le caracteriza: “Gracias, vamos a trabajar, aunque el muchachito de la marimba me robó el espectáculo, tocó muy bienâ€, fueron las palabras de bienvenida del gran clarinetista, después halagó al maestro Prieto y con el humor con el que siempre anda por la vida, se complació por ser invitado por esta orquesta, a la que se refirió con todo cariño y reconocimiento a su calidad.
Una noche donde pudimos apreciar además de su talento y compenetración con el público –como si se tratara de viejos amigos– una serie de obras que hablan de su versatilidad musical, el concierto inició con un sublime Adagio, de Mozart, en una muy particular autorÃa de él mismo, que lleva por tÃtulo Cape Cod Files, compuesta para su colega Jon Manasse, en el marco del centenario del natalicio de Benny Goodman, una pieza dividida en cuatro movimientos, con toques de tango, son cubano, fantasÃa española y hasta boogie.
Fue una generosa introducción para este concierto donde el gran Paquito estuvo acompañado, además de la Sinfónica Nacional, por su quinteto de jazz, integrado por Óscar Stagnaro (bajo), Mark Walker (baterÃa y percusión), Alex Brown (piano) y Diego Urcola (trompeta y trombón).
También se escucharon, tres creaciones del clarinetista, un Vals venezolano y Contradanza, asà como To Brenda with love. Además nos deleito con dos obras de Astor Piazzola: Revirado y Oblivio; y una traslación jazzistica impresionante: Waltz for Sonny, del músico belga Toots Thielemans, intérprete de la armónica y guitarra, en una versión de Alex Brown, el finÃsimo pianista que siempre lo acompaña; asà como Ante el Escoria y AndalucÃa, dos obras surgidas del virtuosismo de Ernesto Lecuona, compositor cubano muy admirado por Paquito.
Para cerrar con broche de oro y platino, Paquito D´Rivera en un tête-à -tête muy latino con Diego Urcola nos llevaron por La Habana, una pieza de otro gran músico, el más representativos de la música en Costa Rica y muy enamorado de la isla cubana, Ray Tico, quien como dijo Paquito, “llego por una semana y se quedo siete añosâ€, en un arreglo de Daniel Freiberg.
Un gran cierre elegido por Carlos Miguel Prieto y Paquito D´Rivera para esta noche donde la Orquesta Sinfónica realmente brillo enmarcando el talento de este grande entre los grandes, quien demostró que la música es como el mismo dijo “todos los géneros tienen su encanto y al igual que Duke Ellington, estoy convencido que sólo existe la música de buena y mala facturaâ€.
Un cita de lujo que usted puede volver a disfrutar mañana domingo 31 de mayo en el Palacio de Bellas Artes, un concierto diferente que sale de los cánones establecidos donde el talentoso clarinetista acompañado por su banda interpretar desde temas del repertorio clásico hasta una selección de piezas que descubren el gusto de Paquito D´Rivera por el jazz sinfónico y los ritmos latinoamericanos.
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