Música mexicana con la OFUNAM y la Filarmónica de la Ciudad de México, la OSN también celebra el mes patrio

Por: Enrique R. Mirabal — 2 de septiembre, 2011

Sendas obras de Gabriela Ortiz para celebrar septiembre en la interpretación de nobles ensambles orquestales.

Una vez al año ni hace daño ni es suficiente pero, al menos, es ganancia. Nuestras orquestas, teatros y grupos artísticos sienten el llamado de la Patria y preparan el festejo anual con mucho color en el pentagrama. Aparte de los homenajes y guiños con el público que siempre espera sus huapangos y sones, también se abre la posibilidad de escuchar música recién compuesta por jóvenes compositores mexicanos.

La programación tricolor de OFUNAM comienza mañana sábado 3 a la una de la tarde, con un concierto extramuros en la Casa del Lago del Bosque de Chapultepec, con el director huésped Rodrigo Macías a cargo de FanfarriUNAM de Eduardo Angulo, Chacona de Buxtehude-Chávez, Sobre las olas de Juventino Rosas, Goyas de Arturo Márquez, Bolero de Maurice Ravel (un francés colado) y Huapango de José Pablo Moncayo. Entrada libre.

Para el sábado 10 y domingo 11, en los horarios acostumbrados, la OFUNAM regresa a la Sala Nezahualcóyotl con otro director huésped, Jesús Medina y Guadalupe Parrondo al piano para ofrecer su esperado Concierto Mexicano del mes de septiembre. Se incluye obras de la primera mitad del siglo XX como Sinfonietta de Moncayo, el Concierto romántico de Manuel M. Ponce y Caminos de Silvestre Revueltas; además, obras de la segunda mitad del XX como Pacífico de Eduardo Angulo y Encuentros de Samuel Zyman.

El sábado 24 y en concierto fuera de temporada, oiremos un Concierto por el Centenario de la Universidad Nacional de México, Rodrigo Macías dirige al flautista Alejandro Escuer, a la soprano Irasema Terrazas y (junto a Samuel Pascoe) al frente del Coro de Cámara de la Escuela Nacional de Música para interpretar la ya citada FanfarriUNAM de Angulo, Luz de lava de Gabriela Ortiz y Sinfonía No. 4 de Federico Ibarra.

La Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México presenta dos programas dedicados exclusivamente a la producción musical mexicana. El primero denominado, precisamente, Música Mexicana del Siglo XX, que sonará el sábado 17 y domingo 18 bajo la dirección de Miguel Salmón del Real y está diseñado a partir de obras clave de este período: Sensemayá de Revueltas, Tierra de temporal de Moncayo, Sones de Mariachi de Blas Galindo y la Sinfonía India de Carlos Chávez, para concluir con el sobrexpuesto Danzón No. 2 de Márquez y el también, hasta en la sopa, Huapango de Moncayo. Éste sí por méritos propios.

El segundo programa, también nombrado Música Mexicana del Siglo XXI, ocupa el sábado 24 y el domingo 25 de septiembre, bajo la dirección del recién designado director huésped principal, José Areán, con Lourdes Ambriz y el Cuarteto White de solistas para interpretar recientes creaciones de compositores jóvenes, con lenguaje y técnicas propias del mencionado siglo: Calumnia de Juan Felipe Waller, Canciones de la estrella imbécil de Jorge Torres Sáenz, Geometrías foliadas de Javier Álvarez y la obra Altar de Piedra de Gabriela Ortiz, comisionada por la orquesta

Gabriela Ortiz es una de las compositoras mexicanas más activas y dinámicas de nuestro panorama. Profesionalmente forjada en escuelas y conservatorios mexicanos y londinenses posee herramientas sólidas e inspiración para crear un lenguaje muy personal que marca diferencias.

Por su lado, la Orquesta Sinfónica Nacional incluye a músicos mexicanos en casi todos sus conciertos de septiembre –Danza Geométrica de Revueltas, Postludio de Joaquín Gutiérrez Heras– pero se guarda para inicios de octubre con el programa Concierto de la Academia, dirigido por el invitado Juan Carlos Lomónaco para dedicárselo totalmente a la música nacional: La Madrugada del Panadero de Rodolfo Halffter, Sinfonía Breve de Gutiérrez Heras, Danzas de la Ciudad de Eugenio Toussaint y la emblemática Caballos de Vapor de Chávez.