El ángel exterminador de Tomas Adès, la gran sorpresa del MET en el Auditorio Nacional

Por: Enrique R. Mirabal — 1 de noviembre, 2017

Sonya Yoncheva en Tosca, Met. Auditorio, noviembre 2017. Foto Ken Howard De octubre del 2017 a abril de 2018, podrán verse diez óperas de diferente época cantadas en italiano (7), francés (1), alemán (1) e inglés (1) en trasmisiones en vivo desde la famosa y respetable Opera Metropolitana de Nueva York, familiarmente y, sobre todo para los fans del género, conocida como el MET (debería decirse la MET pero la costumbre sustituye a la corrección gramatical). Mencionaremos solamente las producciones que se podrán ver en pantalla grande del Auditorio Nacional en esta ocasión.

La primera observación es la apuesta a ir a lo seguro y, por lo tanto, a lo menos riesgoso por conocido. Lo comprobamos desde la primera emisión con Norma, ese monumento del bel canto que siempre atrae (y tuvimos la oportunidad de ver el pasado 7 de octubre) aunque sea por comprobar qué tan bien o regular cante la soprano a cargo del rol epónimo de la famosa aria Casta diva con su correspondiente caballeta, tomando como referencia a Callas y a Caballé.

Placido Domingo en Luisa Miller, Met. Auditorio, noviembre 2017 A partir de esta ópera, resultó atractivo ver, también en octubre, la versión completa de La flauta mágica de Mozart según el imaginario de Julie Taymor, cuya carrera queda atrapada entre el éxito de El Rey León y los contratiempos de Spiderman. Después de estas dos producciones que ya tuvimos la oportunidad de ver este año en el Auditorio, dejemos en suspenso y para el final del artículo la próxima ópera del día 18 de noviembre por ser la más curiosa y enigmática.

Continuemos con Tosca que sube a escena en el 2018, el 27 de enero, con una nueva producción del MET, cuya dirección artística parece haber recapacitado tras la muy incómoda e inconveniente escenografía que pudimos ver en una temporada anterior. El papel estelar, es decir, la Floria Tosca del título recae en la búlgara Sonya Yoncheva, aclamada como la soprano joven más talentosa de su generación –nació en 1981–.

Semiramis, Met Opera. Auditorio, noviembre 2017. Foto Winnie Klotz Lo cierto es que, en esta temporada 2017-2018 que transmite el Auditorio, la Yoncheva participa en tres óperas del Met que nos facilitarán tener una mejor apreciación sobre sus méritos que han deslumbrado al señor Peter Gelb, director artístico de la compañía neoyorquina. Hace dos años aproximadamente pudimos verla y escucharla como Desdémona en Otello, será además de Tosca, en La bohème (24 de febrero) y en Luisa Miller de Verdi (14 de abril) compartiendo reparto con Plácido Domingo en su faceta de barítono que le está facilitando su permanencia en los escenarios.

El elixir de amor de Donizetti se trasmitirá el 10 de febrero bajo la dirección musical de Domingo Hindoyan, conductor venezolano, esposo de Yoncheva. De la participación de mexicanos en esta ocasión, sólo podemos apuntar a Javier Camarena en Semíramis o Semiramide (10 de marzo) como se prefiera decir. Esta ópera que corresponde a la última etapa creativa de Gioachino Rossini y súmmum del belcantismo atrae además por su argumento exótico situado en la mítica Babilonia ilustrada magistralmente en libros y cómics.

Cendrillon, Met Opera. Auditorio, noviembre 2017. Foto Kean Howard Si la producción para esta temporada es la misma que quien escribe pudo ver en los años 90, está garantizado el esplendor y el placer visual tanto como el auditivo. Camarena cantará el rol de Idreno y tendrá ocasión para lucir sus dotes y apuntarse un papel más hecho a la medida.

La otra consentida del MET, Joyce DiDonato, que dejara una estela de bravos y admiraciones similares en su presentación del 2014 en México, cantará (28 de abril) Cendrillon de Juless Massenet, una ópera que raras veces se presenta fuera de Francia. En México, casi nadie recuerda la última vez que se cantó.

Eclipsada por Cenerentola de Rossini, esta excelente ópera de fina factura y espléndida línea melódica merece su vuelta a los escenarios, tanto como Cossì fan tutte de Mozart que estará en el Auditorio el 31 de marzo con un elenco de nombres poco conocidos, entre los que destaca Kelli O’Hara, insustituible presencia en los musicales de Broadway que ha demostrado ser tan solvente para la lírica tradicional como para el music hall.

Cossi fan tutte, Met Opera. Auditorio, noviembre 2017. Foto Kean Howard The exterminating Angel es, ni más ni menos, que la puesta en ópera del famoso guión, convertido en película por Luis Buñuel, El ángel exterminador. Escrito por Buñuel con Luis Alcoriza, colaborador habitual, proveyó las herramientas necesarias para que el director aragonés diera rienda suelta a sus excepcionales dotes de surreal encanto y provocación máxima a los ojos de burgueses y no burgueses mojigatos.

La cinta de 1962 tuvo gran resonancia dentro y fuera de México, especialmente en festivales y ante la crítica adoradora de Buñuel. La peculiar situación de un grupo de personas atrapadas en una mansión de ricachones nos da el gusto de ver despeinados y fachosos a divas y galanes del cine mexicano. El inexplicable encierro de los personajes que no consiste en la imposibilidad de moverse sino en el temor a un factor desconocido los mantiene encerrados y expuestos a los atávicos instintos del ser humano intentando sobrevivir.

El Angel exterminador, Opera Met en el Auditorio Nacional, noviembre 2017. Foto Kean Howard El libreto en inglés de la ópera, inspirado en el de Buñuel/Alcoriza, es responsabilidad de Tom Cairns –además de director de escena– y del compositor británico Thomas Adès que dirige la orquesta en esta esperada premiere del MET. Los habituales a las sesiones operáticas del Auditorio Nacional habrán podido ver La tempestad del mismo compositor, inspirado en la obra teatral de Shakespeare pero ahora, la inspiración viene de una película que, recordándola, se encuentran referencias de Buñuel a la ópera (hay una soprano entre los invitados a la cena de gala que sucede en una representación operática).

Son encuentros amorosos cargados de sensuales y sexuales situaciones, donde el proceso de degradación de los personajes retroceden a lo más primitivo del ser humano y el contraste entre las clases sociales patrones/sirvientes/arribistas da pie a personajes y situaciones que se antojan muy de la ópera. El ángel exterminador no es un película acompañada de música, es un libreto que retoma a Buñuel y aprovecha sus filias y fobias para crear una ópera que corresponde con su espíritu y razón de ser. Adès parece ser el compositor ideal (una ópera anterior, Powder her face, lo justifica) para acometer el reto y poder salir victorioso.

Después de su estreno el pasado 2016 en el Festival de Salzburgo hasta la reciente puesta con la Royal Opera House londinense y ahora con el MET (transmisión en México el próximo 18 de noviembre), el desafío merece despertar un interés muy especial por esta partitura puesta en escena que tiene una estrecha relación con la cinematografía mexicana. Inevitable tratar de identificar al personaje de Silvia Pinal o al de Enrique Rambal o reconocer el de Jacqueline Andere. Nos mantendrá muy entretenidos la comparación ópera/film.

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“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.