La Orquesta Sinfónica Nacional despide el 2011

Por: Roberto Sosa — 12 de diciembre, 2011

Carlos Miguel Prieto dirige la Orquesta Sinfónica Nacional. Palacio de Bellas Artes, diciembre 2011 Con la dirección de Carlos Miguel Prieto, la Orquesta Sinfónica Nacional ofreció su Concierto de Clausura, el pasado domingo 11 de diciembre en el Palacio de Bellas Artes – también se presentó el viernes 9– con lo que dio por concluida su Temporada 2011.

En el programa para este cierre de actividades, se interpretó en la primera parte, dos piezas de de Johannes Brahms, Nänie y Rapsodia para contralto, coro masculino y orquesta. Después del intermedio se ejecutó el gran coral de Ludwig van Beethoven, la Novena Sinfonía.

Para esta interpretación la agrupación musical más representativa de nuestro país, fundada por el maestro Carlos Chávez en 1928, contó con la participación de la soprano Jonita Lattimore; la mezzosoprano Margaret Lattimore; el tenor Steven Tharp; el barítono-bajo Nathan Berg; y el Coro ProMúsica, que dirige Samuel Pascoe. Este mismo concierto se llevo a cabo en la Catedral de Cuernavaca Morelos, el jueves 8 de diciembre.

Margaret Lattimore, mezzosoprano, se presentó con la Orquesta Sinfónica Nacional. Palacio de Bellas Artes, diciembre 2011 La música del compositor austríaco Johannes Brahms (1833-1897) se escuchó en la sala principal del recinto de mármol con la composición Nänie; en lo alto del escenario, sobre una pantalla se traducía el texto del poema homónimo del escritor alemán Friedrich Schiller. En su poema, Schiller hace referencia, directa o indirecta, a varios elementos y personajes de la mitología griega, con lo que parece aludir al concepto de que un hombre no era glorificado después de su muerte sino hasta que alguien cantara su vida y sus logros. Brahms creó esta obra coral a partir de este poema, un canto fúnebre a la memoria de su amigo el pintor Anselm Feuerbach, “¡También la belleza debe morir!“, reza la primera frase del poema.

Esta primera parte del concierto concluyó con Rapsodia para contralto, coro masculino y orquesta, una pieza donde Brahms volco el enojo, la amargura y la frustración amorosa en música. El humor de del compositor al escribir la Rapsodia no era precisamente festivo y celebratorio, de hecho, más tarde escribió una carta a su editor Fritz Simrock, en la que le decía: “He compuesto un canto nupcial para la Condesa Schumann, pero lo he hecho con una ira oculta, con furia.”

Nathan Berg, barítono-bajo, se presentó con la Orquesta Sinfónica Nacional. Palacio de Bellas Artes, diciembre 2011 Brahms compuso la Rapsodia hacia el final de 1869, y eligió como texto algunos versos de un poema de Johann Wolfgang von Goethe titulado Harzreiseim Winter, es decir, Viaje de invierno por las montañas Harz.

Después del intermedio, todo quedó listo para el cierre del concierto y colofón de la temporada 2011 con la interpretación de la Novena Sinfonía de Ludwig van Beethoven, la más escuchada en todo el mundo, un monumental discurso sonoro que a más de un siglo de haber sido creada, sigue provocando asombro, placer, pasión y admiración entre músicos y melómanos de todo el planeta.

El último movimiento de esta obra (ahí radica su enorme popularidad), ha sido interpretado en diferentes escenarios y en múltiples versiones, en alemán, inglés y español. Beethoven la compuso 1824 cuando había quedado completamente sordo.

Jonita Lattimore, soprano, se presentó con la Orquesta Sinfónica Nacional. Palacio de Bellas Artes, diciembre 2011 ¿Cómo fue posible crear semejante obra musical sin poder oír? ¿Se puede explicar que pasó en la cabeza de este genio de la música, para lograr ésta enorme composición? ¿Tenía dentro de su cerebro toda la música y sólo necesitaba escribirla? Al quedar sordo, Beethoven desarrolló el oído cósmico, que le permitía sentir las vibraciones del sonido.

La Novena Sinfonía se estrenó la noche del 7 de mayo de 1824 en Viena, Austria, bajo la batuta del propio compositor, cuando terminó la música, Beethoven se quedó con la mirada clavada en el piso, no podía escuchar lo que pasaba a su alrededor, un músico de la orquesta le tocó un hombro para que diera vuelta y pudiera ver al público que de pie le daba una enorme ovación.

Quizá el mayor asombro fue escuchar por vez primera en la historia musical, una sinfonía vocal, un coro monumental que daba voz a un poema escrito por Friedrich Schiller, un canto que habla de la hermandad del hombre, una oda a la alegría. La Novena Sinfonía es una magna obra musical que ha salido de las salas de conciertos para llenar de esperanza a la humanidad.

Steven Tharp, tenor, se presentó con la Orquesta Sinfónica Nacional. Palacio de Bellas Artes, diciembre 2011 Así, el domingo 11 de diciembre en el Palacio de Bellas Artes, cuando terminó la ejecución, el público cómo en aquel 7 de mayo de 1824 en Viena, se puso de pie para aplaudir, llenos de emoción, conmovidos ante la interpretación de la Orquesta Sinfónica Nacional y la dirección del maestro Carlos Miguel Prieto.

Un emotivo concierto, para ser recordado, porque además de la emoción por la música, sentí lágrimas en los ojos, no podía ver con claridad, sólo escuchaba los aplausos mientras hacia una reflexión: si el ser humano es capaz de crear algo así, pienso que el hombre puede cambiar su destino, no todo está perdido. Si se escuchara la Novena Sinfonía de Beethoven, una vez al día en todos los países de este planeta… el mundo tendría futuro. Eso creo.

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“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.