La Orquesta Sinfónica de Minería celebra sus 40 años con su Temporada Verano 2018

Por: Enrique R. Mirabal — 1 de julio, 2018

Durante los meses de julio y agosto, continúa la tradición musical del verano en la Ciudad de México con la Orquesta Sinfónica de Minería que dirige Carlos Miguel Prieto…

En esta Temporada 2018, la programación de la OSM gira en torno a la creación sinfónica de Ludwig van Beethoven (Bonn, 1770-Viena, 1827) de quien se puede decir, si bien heredó el concepto de sus antecesores Haydn y Mozart, le dio a la sinfonía su estructura definitiva y su carácter monumental que, hasta la fecha, se ostenta como el canon a seguir.

Las nueve sinfonías que compuso Beethoven se podrán escuchar a lo largo de los dos meses sin el orden consuetudinario por fecha de creación ni por el nivel de popularidad excepto la Novena que se ha guardado para la Gala de clausura en los dos primeros días de septiembre. Alrededor del astro alemán giran sinfonías de otros compositores, inclusive los que no pertenecen a la órbita alemana.

Del checo Antonin Dvorak, su novena sinfonía más conocida como Del Nuevo Mundo, la más interpretada de su catálogo pero no la única que demuestra su maestría orquestal casi siempre más relacionada con sus danzas y poemas sinfónicos. Camille Saint- Saëns con su Tercera sinfonía –con órgano– proyecta la no muy copiosa tradición francesa de la sinfonía decimonónica que, tiene a su máximo exponente en Hector Berlioz quien derivó hacia una forma en la que predominaba lo programático, v. gr., la Sinfonía Fantástica.

Piotr Illich Tchaikovsky representa la fusión del germanismo sinfónico con la vena eslava y la libertad expresiva del más puro post-romanticismo. La Cuarta de Tchaikovsky tiene un programa más evocativo y sentimental que narrativo, refleja más estados de ánimo y vivencias que una anécdota precisa. Su rica y refinada vena melódica (que muchos critican por carecer de ella) enriquece el potencial de una orquesta mucho más cercana a nuestros días que la ortodoxia beethoveniana.

A las sinfonías citadas, se suman obras de grandes compositores del siglo XIX y del XX, previo paso por el XVIII Corelli (Concerto grosso 4) y Tartini con su vibrante y virtuosístico Concierto para trompeta y orquesta con James Ready como solista. El primer programa, los días 7 y 8 de julio, incluye la mencionada obra de Pergolesi y dos de Beethoven, su Concierto para violín y orquesta con uno de los virtuosos de su instrumento, Augustin Hadelich.

Un solista muy familiarizado con el público mexicano de las salas de conciertos que lo han adoptado como uno de sus favoritos. No es para menos, Hadelich tiene una técnica impecable y una entrega absoluta en sus interpretaciones. Cierra el programa, ta ra ta tá, la Quinta sinfonía de Beethoven.

En consecuencia con una de las más loables tradiciones de la OSM, se tocará música contemporánea, algunas obras por primera vez en México y también se rescatan partituras mexicanas del siglo pasado como la Paráfrasis de la ópera Aura de Mario Lavista, de efímera presencia en Bellas Artes hace décadas debido a la torpeza de su libreto y a una puesta en escena errática y pretenciosa.

Del genial Silvestre Revueltas, su Ocho por radio escrita para, precisamente, ocho instrumentos. En ésta, al igual que en todas sus composiciones, Revueltas demostró su singular manera de fusionar las vanguardias de su tiempo (las primeras décadas del siglo XX) y sus raíces mexicanas con un arrojo apartado de folklorismos y más centrado en la modernidad.

En la programación del mes de julio, destacan dos obras: de Serguei Prokofiev, su Sinfonía concertante para cello y orquesta con Pablo Fernández de solista. Pocas veces programada, esta pieza la dio a conocer Rostropovich y, pese a los altibajos de diversas revisiones de la partitura, es más una rareza que no deja de tener interés y que se debe atender porque no volverá a aparecer en varios años.

De entre los clásicos del siglo XX, el más notable y original de los compositores japoneses de música de concierto, Toru Takemitsu (1930-1996) es convocado, en espíritu, por la OSM para escuchar su From me flows what you call time, título poético de inequívoca resonancia japonesa. Las percusiones tienen un papel protagónico en la obra y, por lo tanto, han sido invitados los integrantes de Tambuco como intérpretes ideales de esta obra.

Para el gran público, es muy probable que la primera asociación con el músico japonés vaya relacionada con el cine de su país y, en concreto, del de su realizador más conocido, Akira Kurosawa. Takemitsu compuso varias de las bandas sonoras de su compatriota y la pareja artística ofreció buenos frutos.

Así la primera parte de la Temporada Verano 2018 de la Orquesta Sinfónica de Minería, del mes de agosto, nos ocuparemos en la siguiente colaboración musical.