La Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México celebró la música de dos grandes, Richard Strauss y György Ligeti

Por: Claudia Magun — 18 de junio, 2014

La Orquesta Filarmonica de la Ciudad de Mexico, con el violinista Irvine Arditti, se presento en el Palacio de Bellas Artes, bajo la direccion de Jose Arean, junio 2014 Con la participación de Irvine Arditti, la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México (OFCM) se presentó el pasado sábado 14 de junio en el Palacio de Bellas Artes bajo la batuta del maestro José Areán.

Se trató de una noche muy especial donde el público celebró la presencia del organismo capitalino con otro de los invitados de lujo en la conmemoración por los 80 años de este escenario de los grandes acontecimientos culturales en nuestro país.

El programa inició con la interpretación de una de las piezas más exigentes y comprometidas del gran repertorio orquestal, el poema sinfónico Una vida de héroe, del alemán Richard Strauss, composición musical que Areán definió como “una pieza con unas exigencias enormes, tanto para lo orquesta como para el solista”. Así el virtuosismo del violinista inglés fue enmarcado por Erika Dobosiewicz y Felisa Hernández, concertino y primera viola respectivamente.

Irvine Arditti, violinista, se presento con la Orquesta Filarmonica de la Ciudad de Mexico,  bajo la direccion de Jose Arean, en el Palacio de Bellas Artes, junio 2014 La idea de José Areán al incluir Una vida de héroe en este significativo programa representó una remembranza por los 150 años del nacimiento de este importante compositor alemán cuya larga trayectoria abarca desde el Romanticismo tardío hasta la mitad del siglo XX.

Una vida de héroe es una de las piezas más exigentes y comprometidas del gran repertorio sinfónico y fue dedicada por Richard Strauss al director de orquesta holandés Willem Mengelberg y a su Orquesta del Concertgebouw de Ámsterdam, su estreno ocurrió el 3 de marzo de 1899 con el propio Strauss dirigiendo a la Museumsorchester de Fráncfort.

“Se trata de una obra monumental que habla de muchas cosas, entre ellas la vida misma del autor, toda vez que se encuentran las citas de Don Juan, del Zaratustra, de Don Quijote, de Till Eulenspiegel, de Macbeth, de la ópera Guntram y de algunas otras piezas de su catálogo. Con Strauss, llega a su máxima expresión el poema sinfónico”, José Areán.

La Orquesta Filarmonica de la Ciudad de Mexico, con el violinista Irvine Arditti, se presento en el Palacio de Bellas Artes, bajo la direccion de Jose Arean, junio 2014 La ejecución de esta pieza de Strauss requiere el dominio absoluto de todos los recursos orquestales y su interpretación resultó todo un reto para la OFCM, la cual bajo la batuta de José Areán convenció al público presente quien agradecido reconoció al ensamble con sendos aplausos.

En la segunda parte, el organismo capitalino nos descubrió el Concierto para violín del húngaro György Ligeti, otra enorme ejecución que Irvine Arditti nos ofreció en una perfecta demostración de esta obra que caracteriza la madurez del Ligeti tardío, con una frescura musical en la que el violín destacó con marcado protagonismo sobre todos los demás instrumentos, otorgándole un sentido autónomo a la obra, lo cual responde a la exigencia interpretativa de este compositor quien escribió esta compleja partitura por encargo de la Radiodifusión de Colonia y cuya partitura dedicó al violinista Sachko Gavrilov.

Irvine Arditti, violinista, se presento con la Orquesta Filarmonica de la Ciudad de Mexico,  bajo la direccion de Jose Arean, en el Palacio de Bellas Artes, junio 2014 Para el maestro José Areán, esta visión anticonvencional de la música de Ligeti se hizo patente a través de la interpretación de Arditti, ya que como el mismo declaró, “este concierto requiere una maestría muy importante de la técnica tradicional y de las técnicas extendidas, un prodigio no solamente por su eterna curiosidad acerca de la música nueva y su convencimiento de que ésta es la música de hoy, la que nos identifica como sociedad; sino por la impresionante maestría, rayando en un virtuosismo, prácticamente desconocido hasta hoy, en esa música”.

Para el gusto musical de los presentes en Bellas Artes, esta parte del concierto resultó más difícil de apreciar, ya que al contrario de la obra de Strauss, la estructura estilística de la obra de Ligeti puede llegar a ser anticonvencional para el oído poco educado del escucha.

La Orquesta Filarmonica de la Ciudad de Mexico, con el violinista Irvine Arditti, se presento en el Palacio de Bellas Artes, bajo la direccion de Jose Arean, junio 2014 La presentación de la Filarmónica de la Ciudad de México en el Palacio de Bellas Artes el pasado sábado celebró la música de dos grandes compositores, Richard Strauss y György Ligeti, un velada donde el público se notó maravillado y ampliamente conmovido ante la interpretación de Irvine Arditti y la entrega de José Areán en la dirección. Una noche sabatina inolvidable para quienes tuvimos el placer de asistir al Palacio de Bellas Artes…

Este mismo programa se interpretó el domingo 15 de junio en la Sala Silvestre Revueltas del Centro Cultural Ollin Yoliztli, sede del organismo, donde el primer violín del Cuarteto Arditti, también fue aplaudido y aclamado por los seguidores de esta agrupación de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, a la cual su director titular agradeció por su colaboración en el éxito de la presentación en el Palacio de Bellas Artes. “Son grandes”, difundió Areán en Facebook.

“Para nosotros es un enorme gusto y un honor poder participar en el festejo de su 80 Aniversario porque nosotros como orquesta vivimos en esta misma ciudad, lejos de considerarnos competencia, nos consideramos parte de una familia mayor que sabe compartir, que sabe experimentar y, sobre todo, sabe lo que en última instancia nos importa a todos que es cómo llegar al público”, José Areán.

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“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.