Elizabeth Blancke-Biggs, invitada de lujo de la Orquesta Sinfónica Nacional

Por: Claudia Magun — 25 de junio, 2015

Elizabeth Blancke-Biggs invitada de la Orquesta Sinfonica Nacional en la interpretacion de Salome, Palacio de Bellas Artes, junio 2015. Foto Erik Berg Como cierre estelar a su primera Temporada 2015, la Orquesta Sinfónica Nacional, tiene como invitada especial a la soprano Elizabeth Blancke-Biggs quien dará voz a Salomé de Richard Strauss, una de las obras maestras del belcanto germano.

La Salomé de Strauss, que fue estrenada el 9 de diciembre de 1905 en la Ópera Real de la Corte de Dresde, dirigida por Ernst von Schuch y la soprano Marie Wittich en el papel de la antiheroína inmortal que deambula entre la locura, la pasión, el amor y el dolor.

Ese sobrecogedor personaje que Strauss dibuja en su ópera, la fría y apasionada princesa que al enamorarse de Juan el Bautista, quien es honesto e incorruptible, es rechazada. La caprichosa mujer que se enardece por poseer aquello que le está negado, enloquece y ante el repudio, presa de venganza pide al tetrarca Herodes, su padrastro, la cabeza del profeta.

Así, la narrativa nos lleva por un texto excesivamente trágico que Strauss hace suyo tomándolo de la obra que dramáticamente concibe Oscar Wilde, quien hace del episodio bíblico un juego teatral que en su estreno resultó como espejo para la acartonada sociedad inglesa que la desbarató por la lujuria, la violencia estrepitosa y la ofensiva estética que muestra en esta trama que destapa desde el deseo carnal más animal hasta la convicción más pura del ser humano, así el célebre escritor irlandés perforó la sensibilidad de los asistentes y con ello vino el repudio.

Carlos Miguel Prieto dirige a la Orquesta Sinfonica Nacional, Palacio de Bellas Artes, junio 2015 Hoy, Salomé representa como dice en cierto momento su protagonista, “el misterio del amor es más grande que el misterio de la muerte”, el personaje enigmático que a todas conquista, tanto en la escena teatral como en la operística, es el papel más codiciado para una soprano como Elizabeth Blancke-Biggs, quien reconocida por su poderoso caudal y coloratura impactante es considerada una de las voces que dominan el dramatismo de la escena operística.

Una artista consagrada con una larga trayectoria que la ha llevado a participar en infinidad de óperas como esta misma Salomé con la Den Norske Opera de Oslo; Fedora de Umberto Giordano en la Ópera Nacional de Washington; La fanciulla del West bajo la dirección de Lorin Maazel en el Festival de Castleton; Tosca y Lady Macbeth de Puccini en el Metropolitan Opera, esta última también la representó en el Teatro Solís de Montevideo, y otras tantas intervenciones escénicas que suman una carrera que la ha llevado a las principales salas de conciertos del mundo como el Gran Teatro de Ginebra donde recientemente hizo su debut triunfal en la ópera Nabucco siendo aclamada por la prensa como “simplemente extraordinaria”.

Orquesta Sinfonica Nacional dirigida por Carlos Miguel Prieto, Palacio de Bellas Artes, junio 2015 En México, la hemos aplaudido en los festejos del Bicentenario de Verdi que se celebraron en el Palacio de Bellas Artes con la OSN y en la Sala Nezahualcóyotl con la OFUNAM. También se presentó en Sonora en el Festival Ortiz Tirado y en Mazatlán interpretando grandes momentos de Tosca.

En esta nueva visita a nuestro país, su presentación será enmarcada por un gran elenco, entre los que destaca el barítono Peter Castaldi interpretando a Jokanaan, el Profeta; el tenor Chris Merritt, como Herodes Antipas, tetrarca de Judea; la mezzosoprano Nieves Navarro, quien da vida a Herodías, esposa del tetrarca; y el tenor Cameron Schutza, en el papel de Narraboth, el joven sirio.

También estarán presentes como invitados de la Sinfónica Nacional, el pianista Eric Malson y Harry Searing en el heckelfón, instrumento de origen alemán de doble lengüeta, de la familia del oboe, de mayor tamaño y con un sonido pesado y penetrante.

Con la dirección de Carlos Miguel Prieto, Salomé en concierto este fin de semana en el Palacio de Bellas Artes, dos presentaciones de Elizabeth Blancke-Biggs quien llevará a la princesa de Judea a su máxima expresión otorgando la esencia que el personaje de Richard Strauss exige para su interpretación: expresividad, tanto vocal como actoral, que descubre emoción, inocencia y seducción.

Un personaje que la catalana Montserrat Caballé, una de las máximas intérpretes de Salomé, describió como: “A pesar de la fuerza dramática que tiene la composición y orquestación, jamás cubre la voz, ya que el genio supo muy bien como escribir para la voz protagonista, dando el enfoque y la tesitura adecuada al personaje”.

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“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.