Don Giovanni en el imaginario de Mauricio García Lozano

Por: Claudia Magun — 24 de marzo, 2015

Hoy martes 24 de marzo se presenta en el marco del Festival Esto es Mozart, la tercera representación de Don Giovanni, producción de Ópera de Bellas Artes que se estrenó hace seis años en la vigésima quinta edición del Festival Centro Histórico, el escenario fue el Teatro de la Ciudad, cuando la casa sede de la Compañía Nacional de Ópera, Palacio de Bellas Artes, se encontraba cerrado por trabajos de remodelación.

Don Giovanni, una de las grandes óperas mozartianas, favoritas del público, en aquel 2009, era dirigida en la parte musical por Phillip Pickett –fundador del New London Consort–, y el trabajo escénico correspondió a Mauricio García Lozano, quien como buen artesano del oficio teatral logró llevar a la escena un elocuente Don Juan que desde la primera escena nos conquistó.

Se trata de una propuesta visualmente moderna, cargada de simbología, creada a partir del imaginario de García Lozano en una hilarante y sensual versión que en este 2015 se pensó como una buena iniciativa para celebrar la música de Mozart y regresar al escenario de Bellas Artes, con la música interpretada por el Coro y la Orquesta del Teatro de Bellas Artes bajo la dirección concertadora del maestro Srba Dinic.

En esta versión, la parte escénica muestra esa misma mirada provocadora de un hombre de teatro, García Lozano, quien se declara admirador de la música, de la ópera y por supuesto de la obra mozartiana. Sobre este reestreno y las aristas más destacadas de esta pieza, el maestro comentó para InterEscena.

Don Giovanni, versión 2015…
“Hoy es un montaje seis años más viejo, a mí me encantan los remontajes, porque es una ocasión de volverte a escuchar, tiene como una parte nostálgica y una de descubrimiento. ¿Hasta qué punto me extraño cuando hice ese Don Juan y hasta qué punto ya no es así? Siempre es distinta, ahora el eje y el acento está en este otro lado, con la enorme fortuna que todo cambia, salvo la producción, es decir los cantantes son nuevos, el director de orquesta cambia, el escenario es otro. Para mí, es una experiencia muy renovada al interior de la producción, es un montaje que ya hice, es una reposición ¡Claro! no es exacta porque uno no es de piedra”.

La música…
“Cuando escuchó el Don Juan, me da regocijo y siento como burbujitas en el pecho, una mezcla entre excitación, desconcierto y desequilibrio. Su musica, me exige dinamismo, vitalidad, transparencia, juego, travesura y, evidentemente, profundidad. Su texto no es para nada superficial, habla profundamente del eje de la vida con todos sus contrastes, del erotismo y de la muerte, de Eros y Tánatos, de la celebración y de la autodestrucción, de la celebración del otro pero también de si mismo, del descubrimiento, de la satisfacción y el climax, pero también de la insatisfacción profunda, de la incapacidad de detenerse, de la compulsión, de la adicción…”

En esta versión del 2015, el elenco está integrado por el barítono Christopher Maltman, como Don Giovanni; las sopranos Erika Grimaldi, como Doña Anna y Olivia Gorra, como Donna Elvira; y en el papel de Leporello, el barítono Armando Gama. Los tenores Ernesto Ramírez y Ramón Vargas (el domingo 29) alternan el papel de Don Ottavio. Angélica Alejandre y Juan Carlos Heredia, integrantes del Estudio de Ópera de Bellas Artes, encarnan a Zerlina y Masetto, respectivamente. El bajo-barítono Guillermo Ruiz interpreta el rol del Comendador.

Nuevas voces que Mauricio García Lozano lleva de la mano desde una perspectiva filosófica muy de él, muy diferente y a la vez con la misma sensibilidad observada en la emotiva misiva que Mozart envió a su esposa: “No sabría decirte lo que me pasa. Es algo así como un vacío que me hace sufrir, una nostalgia incurable, un deseo jamás satisfecho que no me da respiro y que incluso siento aumentar de día en día”.

Cómo es el personaje de Mozart…
“Don Juan está lleno de buen humor, hay algo en Mozart que está muy en contacto con su personaje, se puede ver de millones de maneras y hay puestas en escena que son devastadoras en la crítica que se le hace al Don Juan y la obra misma lo mata, pero lo que yo siento es que hay algo detrás de eso, estoy convencido que a Mozart le gusta mucho este personaje, se identifica mucho con él. Don Juan tiene montones de ejes contradictorios que te permiten transitar, Sí consientes bogar en ese río lleno de cambios, la experiencia escénica se torna emocionante, se descubre como una experiencia de vida”.

El genio de Salzburgo es reconocido como uno de los prodigios de la música universal, vale recordar que desde la primera representación de Don Giovanni (1787) en el Oberpostzeitung de Praga, ésta ocupa un lugar preferente entre los melómanos y ha sido representada cientos de veces por las máximas casas operísticas del mundo, a veces con presupuestos discretos o versiones minimalistas, en otras ocasiones, en producciones de gran formato.

En este caso, la coproducción del Festival Centro Histórico y Ópera de Bellas Artes, la parte escenográfica y el movimiento de escena están basadas en el ingenio y la amplia experiencia teatral de Mauricio, quien con esas tablas que le ha dado su trayectoria como actor y director de teatro entabla un diálogo con Jorge Ballina para crear un perfecto universo Giovanesco que a simple vista puede parecer sencillo pero es precisamente en este punto donde radica su ingenio. Complementa el círculo escénico la certera iluminación de Víctor Zapatero y un vestuario de Jerildy Bosch que representa la picardía y el sentido cachondo de Don Juan.

Cómo se dispara el imaginario escénico…
“A veces es mejor estar acotado, creo que lo mejor que le puedes hacer a un creador es decirle estos son los límites y dentro de esta cajita construye un universo, entonces te obligas. A veces, cuando tienes todo, como que la imaginación no encuentra causes. Este Don Juan no se ve espectacular pero es hasta cierto punto, una producción cara. La espectacularidad no está en una reproducción de una serie del siglo XV para nada, está reproducida en un eje simbólico, en un eje de síntesis que nos permite ese dinamismo que es lo más importante de la ópera.

Los intérpretes...
Ésta en lo particular, nos permite libertad, que los cantantes estén contentos y felices en escena, creyéndosela. Porque cuando a un cantante no le das las herramientas, se frena, se pone todo duro, voltea a ver al director de orquesta, casi como recitando. ¡Perdón! ¡es ópera, estas en escena, estas viviendo un personaje! Una de las cosas más bonitas de la ópera es escuchar. Imagínate si Don Juan no es Don Juan y nada más es un cuate que se para y canta, por bonito que cante vas a tirarle una trompetilla, la ópera es más que música, es música y escena y eso es lo bonito.

El secreto de la dirección, ¿Mauricio Gracia Lozano es un Don Juan en el escenario o es un neuras?
Trato que la neurosis no se transmita, porque yo creo que el director tendría que tener la capacidad del encantador de serpientes, de ser capaz de persuadir, de ser acompañado en su camino y en su visión. Yo no soy muy bueno para ser seguido a gritos, no me gusta seguir a nadie que me pega de gritos, lo hago porque soy obediente hasta cierto punto y después lo mando al carajo. Yo no me puedo relacionar de esa manera, a mí me gusta más la seducción como persuasión”.

Tal es el peso de este Don Giovanni, que también ha sido elegida como parte de la programación del Festival del Centro Histórico 2015, en una función de lujo que contará con la presencia del maestro Ramón Vargas como Don Octavio, el próximo domingo 29 de marzo. Amor, locura y deseo en una de las obras maestras de Mozart que responde al equilibrio perfecto entre la tragedia y la comedia. Fotos: Ana Lourdes Herrera / Ópera de Bellas Artes.