Renée Fleming regresa al escenario del Palacio de Bellas Artes

Por: Enrique R. Mirabal — 14 de junio, 2016

Renee Fleming regresa al escenario del Palacio de Bellas Artes, junio 2016. Foto Andrew Eccles A manera de cierre de la temporada de tres importantes intérpretes de la lírica en el Palacio de Bellas Artes, llega de nuevo la soprano estadounidense Renée Fleming con un recital de amplio espectro en el que se conjugan la música francesa, la ópera barroca de Haendel y compositores de diversa procedencia en los que se incluye al mexicano Manuel M. Ponce. Fleming nos reafirma, con este programa, su aprecio por la música de todos los tiempos y latitudes.

De su anterior visita (marzo de 2008), la soprano norteamericana de mayor presencia en escenarios internacionales, nos dejó claro su ductilidad para moverse de géneros, estilos y lenguas, siempre con propiedad y, en muchos casos, con un brillo particular en los compositores más afines a su tesitura, siempre y cuando no se aventure en coloraturas belcantistas como sucedió con I Vespri sicilliani, un tropiezo común (Scotto, por ejemplo) por navegar en mares llenos de escollos.

La mesura y no la estridencia, estaremos de acuerdo, caracterizan la carrera de esta mujer ajena a los sobresaltos mercadológicos y cambios de imagen que tanto gustan hoy en día. Fleming no ha mezclado su vida privada con la profesional y ha mantenido una respetuosa distancia con los medios, a pesar de ser tan famosa al extremo de cantar en eventos masivos y aparecer en cuanta portada esté disponible.

Renee Fleming regresa al escenario del Palacio de Bellas Artes, junio 2016. En este recital del 21 de junio, la soprano estará acompañada al piano por Gerald Martin Moore –no confundir con el desaparecido pianista inglés Gerald Moore, acompañante de Elisabeth Schwarzkopf y Victoria de los Ángeles–. El programa, por variado, suena muy atractivo para el gran público, sin por ello caer en facilismos o concesiones, al contrario, se agradece el guiño con la música mexicana y con la española (Castellano/Villegas, suponemos se trate de La morena de mi copla) además de comenzar a lo grande con Mozart y tres heroínas de Haendel con demandantes fiorituras.

Dos olvidados compositores de muy distantes polos musicales, el italiano Arrigo Boito y el vienés avecindado en Francia, Oscar Straus, con una sola s al final y sin relación alguna con la familia emblemática del Imperio Austro-Húngaro. Del Mefistofele de Boito, no queda de otra, cantará L’altra notte in fondo al mare y de Straus, la emblemática romanza de Les trois valses, opereta que inmortalizó en el cine la etoile injustamente relegada al olvido, Yvonne Printemps.

Renee Fleming regresa al escenario del Palacio de Bellas Artes, junio 2016. No podían faltar las óperas del repertorio francés que más prestigio le han aportado a Fleming, Thaïs y Manon, dos cortesanas de lujo que gustaban mucho de que se les recordara que eran bellas y amadas. También de Francia, alguna mélodie de Saint-Saëns y de Rusia, alguna romanza de Rajmaninov (por breve y apasionada, pensamos en Aguas primaverales). Para finalizar, lo más ligero y reconocible con las canciones de Tosti y Leoncavallo y las mencionadas obras en castellano.

Promete la noche con ser más festiva que dramática y muy cercana a la audiencia que, es posible, a la fecha de aparición de esta columna, haya agotado los boletos para ver (su vestuario es tradicionalmente acorde con su personalidad y con la selección de su repertorio) y oír a Renée Fleming.

Para la próxima temporada de la Ópera en vivo desde el Met de Nueva York que transmite el Auditorio Nacional a partir de octubre de este año, contaremos con la presencia de Fleming en, es muy probable, dos óperas, una de Tchaikovski por confirmar y otra de Richard Strauss que ha devenido en uno de los compositores favoritos de la cantante, pasión que comparte por el checo Dvorak y por la música rusa.

Renee Fleming regresa al escenario del Palacio de Bellas Artes, junio 2016.  Foto Andrew Eccles Renée Fleming, en alguna entrevista, ha afirmado tener ancestros checos, de ahí su fijación con la Canción a la Luna de la Rusalka de Dvorak y por haber interpretado, en una etapa temprana de su carrera Jenufa de Janacek.

Después de este mes de junio, se espera –el próximo lunes 4 de julio– la llegada de Maria Katzarava, quien viene a este mismo recinto para ofrecer La voz humana (La voixe humaine) del francés Francis Poulenc con diálogos de Jean Cocteau; esta ópera contemporánea lleva la dirección de escena de Giani Cei y la soprano mexicana será acompañada por Abdiel Vazquez en el piano. Bienvenidas sean las sorpresas. Por lo pronto, martes 21 de junio, Palacio de Bellas Artes, Renée Fleming, el reencuentro. Foto Portada: Timothy White.

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“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.