Yuri Baranov representa al intenso personaje de Rigoletto en Teatro de la Ciudad

Por: Enrique R. Mirabal — 3 de octubre, 2008

Galina Vishnevskaya Moscow Opera Center y OCESA presentan Rigoletto de G. Verdi en el Teatro de la Ciudad.

Galina Vishnevskaya Moscow Opera Center lleva a escena Rigoletto en el Teatro de la Ciudad, oct 2008 Una de las más gustadas óperas de Giuseppe Verdi, Rigoletto, es el título escogido por la soprano rusa Galina Vishnevskaya para mostrarnos su trabajo como maestra y directora de un grupo a medio camino entre la renovación del género y la preservación de un legado, su Centro Operático de Moscú.

Vishnevskaya es una de las pocas estrellas del Teatro Bolshoi de Moscú (Elena Obratzova sería la otra significativa) en alcanzar reconocimiento internacional en los años duros de la guerra fría y su posterior deshielo.

Llegó quizás un poco tarde al occidente competitivo, a pesar de efímeras invitaciones en los 60 y 70 a cantar en Londres y otras plazas importantes, arrastrando un obstáculo que le impidió subir al top de las sopranos: su escuela o línea de canto con limitaciones para acometer otros repertorios además del ruso y, en último caso, el haberlo cantado siempre en ruso, una nefasta “tradición” bolchevique que vino a corregirse en las últimas décadas.

Yuri Baranov como Rigoletto en el Teatro de la Ciudad, octubre 2008 Para ejemplificar el aserto, baste escuchar la grabación de Eugenio Oneguin de Tchaikovsky, en reciente colección a la venta en puestos de revistas, en la que hasta las coplas del personaje francés Monsieur Triquet, son cantadas en ruso.

De vuelta a Rigoletto, una elección que se antoja intercambiable por alguna ópera rusa como Aleko de Rachmaninov o alguna de las menos frecuentes de TChaikovski, v. gr. Iolantha, apuesta a la respuesta fácil y segura del público por ser uno de los caballos de batalla de la ópera italiana y presumir además arias y melodías tarareables como el Caro nome o La Donna è mobile, sin olvidar el conmovedor crescendo del dúo final del segundo acto entre Rigoletto y Gilda, Ah, piangi, fanciulla, piangi. De cualquier manera, sea bienvenido Verdi y la curiosidad satisfecha de escuchar a los rusos en la línea del bel canto.

El Centro de Opera de la Vishnevskaya data de principios de este siglo y, en poco tiempo, ha ganado fama e interés por parte de especialistas e intérpretes. No sólo acuden cantantes en ciernes sino otros más experimentados en busca de las enseñanzas y la orientación de una mujer que puede dar lecciones de canto y de sobrevivencia a contracorriente de autoridades y edictos adversos, como los sucesos que protagonizara en la ex URSS junto a su esposo, el fallecido Mstislav Rostropovich, al extremo de perder su ciudadanía, recuperada sólo al término de la era soviética. El interés del matrimonio por su país natal les hizo regresar a Rusia en los años 90 del pasado siglo y, ya vemos, Galina se ha dedicado a trasmitir su herencia a los rusos de hoy.

Ivan Popovsky dirige Rigoletto en el Teatro de la Ciudad, octubre 2008 Esta producción que se presenta en el Teatro de la Ciudad es dirigida por Ivan Popovsky, quien además de resaltar la perfecta combinación de riqueza melódica y fuerza dramática de la obra, la convierte en un historia inspirada en las bellas y fastuosas pinturas del Renacimiento. Otra de las aportaciones escénicas de Popovsky a la obra de Verdi es el toque de modernidad, al utilizar algunos elementos cinematográficos, como algunas escenas en cámara lenta. También retoma técnicas que hacen recordar el teatro Noh japonés, donde se combina la acción dramática y las pasiones en ebullición.

En los papeles principales intervienen el barítono Yuri Baranov como Rigoletto, la soprano Tatiana Melina es Gilda, el tenor Pavel Paremuzov, el Duque de Mantua y el bajo Alexei Sergeev, Sparafucile.

Este pasmoso espectáculo operístico basado en la obra teatral Le Rois’amuse de Víctor Hugo, con libreto de Francesco Maria Piave -estrenada en su primera versión, hace más de 150 años en el Teatro La Fenice de Venecia- y situada en la bella ciudad de Mantua (Italia) en el siglo XVI, se podrá escuchar el lunes 6 y el miércoles 8, en el Teatro de la Ciudad.

Rigoletto donde las pasiones se encuentran en su punto más alto y las emociones crean una mezcla incomparable.

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“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.