Infantil

Sin pies ni cabeza, del cuadrito del cómic a la profundidad del escenario

Por: Josué Romero — 26 de octubre, 2017

Rafaga Teatro presenta Sin pies ni cabeza, obra de Jaime Chabaud y dirigida por Quy Lan Lachino. Sala Xavier Villaurrutia, octubre 2017 La tercera llamada se dio en la Sala Villaurrutia. El escenario estaba a oscuras. Sin embargo, al prenderse lentamente las luces, aparecieron tres personajes que brotaban de un cómic al estilo Dick Tracy, uno vestido con una gabardina amarrilla, el otro con una roja, y otro más con una verde, todos con sombrero. Parecía que se habían escapado de una película de los años cuarenta, de esas donde Humphrey Bogart prendía su cigarrillo de lado para evitar que lo vieran.

Huyendo entre muros y cloacas imaginarias, la compañía Ráfaga Teatro se hace de un texto de Jaime Chabaud, titulado Sin pies ni cabeza, para llevarnos como público a un espacio donde está prohibido pensar y se persigue al que se atreve a hacerlo. De ahí, nos surgen preguntas como ¿Por qué es malo pensar? ¿A quién le duele si pensamos? ¿En verdad es tan malo que las personas piensen? ¿Él que se atreve a hacerlo es por que padece de una enfermedad totalmente desconocida?

Para contar este tipo de historias existen diversas técnicas de actuación, empero no todas funcionan. Sin embargo, en esta historia hay tres héroes o insurrectos, según sea el caso, Klap (Mauricio Carrillo), Zlot (Julio César Ortiz Huesca) y Sock (Quy Lan Lachino) que se esmeran por derrotar al villano más malo del mundo “mundial”: el señor Cabeza, quien ha decidido comerse todos los cerebros del planeta y así apoderarse de la imaginación, el amor y la libertad.

Rafaga Teatro presenta Sin pies ni cabeza, obra de Jaime Chabaud y dirigida por Quy Lan Lachino. Sala Xavier Villaurrutia, octubre 2017 Mientras llega la oportunidad de acabar con la maldad del señor Cabeza, nuestro héroes son perseguidos por Oreja, Manos, Ojos, Pie y la sensual Piernas, entrañables personajes, y secuaces uno del otro, que se dibujan en el escenario como en los mismísimos libros del maestro de ciencia ficción, Philip K. Dick.

Restablecer la paz mundial y lo que queda de la humanidad, o simplemente acabar con el plan macabro del señor Cabeza de comerse todos los cerebros que pueda, esta trama -bastante siniestra- de Jaime Chabaud necesita de tres actores bastante ágiles para poder, en tan sólo una tarima de un metro por un metro, interpretar a muchos y muy diversos personajes, aquellos que en la escena nos descubren a héroes y villanos…

Y, por qué es en este metro cuadrado que los protagonistas han de contar esta historieta, la razón es muy sencilla: así lo determina Quy Lan Lachino, quien como directora de escena decide hablar a través del teatro sobre las consecuencias de la monopolización del pensamiento y la manipulación del poder.

Rafaga Teatro presenta Sin pies ni cabeza, obra de Jaime Chabaud y dirigida por Quy Lan Lachino. Sala Xavier Villaurrutia, octubre 2017 Suena ostentoso, sin embargo a partir de la profundidad de este análisis circunstancial el ingenioso dramaturgo pretende obligarnos a reflexionar, de manera muy divertida, sobre el “por qué nunca hay que darse por vencidos y por qué a veces, muchas de nuestras ideas son coartadas porque no nos da la gana de pensar un poquito más allá de lo que podemos”.

Además de la analítica, Sin pies ni cabeza, tiene todo lo que nosotros como espectadores andamos buscando un sábado o un domingo en cualquier teatro para entretenernos y salir de la rutina, así como pasar un buen rato con la familia. En su concepto escenográfico, Quy Lan Lachino, sostiene a los personajes, como antes les comenté, en un minimo espacio de un metro por un metro para que nos platiquen sobre la importancia del pensamiento propio y la forma en la que somos capaces de defender nuestras ideas como individuos, así como la manera en la que podemos organizanos como colectivo.

El “cuadrito” escenográfico, nos parece un recurso muy ocurrente que te obliga, como público, a prestar atención en el desarrollo actoral. Puede ser el trabajo corporal o pueden ser las voces o la gesticulación aquello que da sentido a la caracterización de los héroes o de los villanos, pero no sólo es eso, también, podría ser el descubrir en el escenario una gran aspirina o perder de vista una brújula y terminar enamorado de unas…

Rafaga Teatro presenta Sin pies ni cabeza, obra de Jaime Chabaud y dirigida por Quy Lan Lachino. Sala Xavier Villaurrutia, octubre 2017 Ya no les voy a contar más sobre aquello que sucede en Sin pies ni cabeza, porque si no van a decir que en Interescena nos dedicamos –como dicen en una viñeta o en los cómics– a “espoilerear” y la verdad pues no. Mejor los invitamos a la Sala Xavier Villaurrutia del Centro Cultural del Bosque a disfrutar, los sábados y domingos (tienen hasta el 12 de noviembre) de esta propuesta que Ráfaga Teatro presenta para los niños y los jóvenes que gustan del teatro.

Así, podrán descubrir “cómo es posible hacer una historia de héroes, villanos y aventuras con más de quince personajes en un metro cuadrado”. ¿No me creen? Pues hay que atreverse para ser testigo de por qué el señor Cabeza quiere comerse todos los cerebros del planeta en esta historia que sucede en un espacio muy pequeño pero que ante la calidad del trabajo de los actores hasta se hace grande…

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“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.