Nalandama, un puente entre culturas… la vida es la fiesta del amor

Por: Claudia Magun — 1 de agosto, 2008

El esfuerzo de las cargas y descargas, la alegría por el trabajo bien recibido, el ansia por compartir necesidades y oportunidades, la visión percibida de una amistad y el deseo de crear puentes oceánicos, son los cimientos de este abrazo, de esta experiencia que da como resultado un encuentro entre culturas hermanas

Un confluencia que ha dado como fruto la creación de Nalandama, espectáculo que combina la alborotada espontaneidad mexicana con referencias de su cultura y las artes escénicas europeas… Panta Rhei, compañía originaria de Euzkadi, España y el grupo mexicano Carpa Teatro han aunado esfuerzos y conocimientos para lograr este espectáculo creado mano a mano entre el director Emilio Fernández de Pinedo y el intérprete y manipulador Martín Guillermo Espinosa.

Su creación se cocinó durante la gira de Panta Rhei por México en 2006, cuando entre función y función, Fernández de Pinedo y Espinosa empezaron a soñar con este esté espectáculo musical cuyo título es el nombre del protagonista, un nombre universal, ya que según sus creadores el personaje tenía que acercarse a las dos culturas de las que proviene.

Por ello decidieron no dar referencias concretas de ninguna, sino que situaron la historia en un lugar de Oriente, en el que hay resonancias tanto europeas como americanas.

Basada en el cuento El Rabino Leib y narración de la bruja Cunegunda, recogida en el libro Cuando Shlemel fue a Varsovia y otros cuentos, escrito en el año 1978 por el Nobel de Literatura Isaac Bashevis Singer, Nalandama es una propuesta infantil donde el actor interactua con los títeres y la música de Sarazasate, Stravinsky, algunas momentos operísticos de Puccini y las notas del acordeón para narrar un cuento al estilo tradicional.

Un reflejo de la lucha entre el bien y el mal, con un mensaje añadido sobre la necesidad de creer en la magia del amor, la amistad, el sacrificio y la entrega.

La obra narra la historia de un mago que vivía feliz en el bosque, hasta que la Bruja Tremebunda decide casarse con él. Juntos dominarían el mundo. Pero el mago no habría de ser su primer marido. Antes había habido otros cinco y todos habían muerto.

Esta historia la cuenta el Titiritero Martín, un ingenioso artista callejero que va viajando de plaza en plaza con sus canciones, sus historias y un curioso personaje: Martín Chiquitín. Juntos, el titiritero y su alter ego van desentrañando la historia, empujando la acción e incluso reflexionando sobre lo que se cuenta.

Para despertar y desarrollar sensibilidades, a través del arte, en los niños, Nalandama se presenta en el marco del Festival Infantil de Verano, el sábado 2 y el domingo 3 de agosto en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.

Nalandama es un canto a la Madre Tierra, a la palabra hecha verso, con lágrimas que se convierten en arco iris. ¿Qué sería del mundo sin el mágico poder del amor? Porque ser niño es conocer la alegría de vivir, es tiempo de ser amado y de amar, tiempo de tener miedo y confiar.