La consagración de la primavera una pieza que recuerda que para nacer hay que morir

Por: Claudia Magun — 26 de marzo, 2017

El Taller Coreográfico de la UNAM representará en el programa de hoy domingo 26 de marzo La consagración de la primavera, sin lugar a dudas una de las mejores creaciones de Gloria Contreras (1934-2015) que lleva la música de Igor Stravinsky a la esencia del México ancestral.

Así, en esta presentación de La Consagración de la Primavera, el espectador se encontrará con esa visión tan particular de la maestra Contreras, quien en la música de Stravisnki encontró la perfecta expresividad sobre el sentido de la vida: para nacer hay que morir.

Una conjugación de la poética corporal que descubre la esencia de un país donde, a pesar de la conquista, la primavera permanece inquebrantablemente eterna, en ella el tiempo existe en dos escalas distintas pero interrelacionadas.

Es desde el principio una danza de sacrificio y un rito que ocurre en un tiempo más allá del calendario. Sus elementos evocan simultáneamente el pasado, el presente y el futuro, abarcando todas las edades de la creación.

Además de La Consagración de la Primavera, el programa incluye tres piezas más de Gloria Contreras: la primera que lleva por título Casi una fantasía inicia este programa dominical a través de la evocación coreográfica de la Sonata Claro de luna de Ludwig van Beethoven.

Esta partitura, considerada como una de las más rigurosas aportaciones a la historia de la música de piano, da sonoridad a tres movimientos que retratan el valor de la libertad individual y la soledad del ser humano, bajo una atmósfera misteriosa y sombría, colmada de onírica suavidad.

La función continúa con la presentación del ballet Claro de luna, inspirado en la Suite Bermas de Claude Debussy, una composición dividida en cuatro piezas: Preludio, Minueto, Claro de luna y Pasapiés que denotan movimientos sublimes y ondulantes, así como una armonía e intrigante dinámica que da vida a esta pieza cuya interpretación implica un alto grado de dificultad para sus ejecutantes, quienes tienen la misión de representar con plasticidad el impresionismo musical.

La tercera pieza de esta función del TCUNAM es Fugacidad, una danza en la que Contreras aborda el tema de la brevedad del amor en una pareja, escenificando la antesala de una realidad con frecuencia cruda, en la que la imposibilidad para detener el tiempo se torna evidente y la evidencia de las pérdidas se convierte en dolor. Para ello eligió una selección del Opus 28 de Frédéric Chopin por su fascinante variedad en contenido anímico, timbre, textura, forma y extensión.

En esta presentación del Taller Coreográfico de la UNAM, hoy domingo 26 de marzo, en la Sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario, el espectador converge con las creaciones de Gloria Contreras, un legado para que las generaciones de hoy y del mañana encuentren las sensaciones que ofrece el imaginario de la danza en el escenario, creaciones que a pesar de ser viejas compañeras de las artes siempre nos descubren esa visión que sólo el lenguaje corporal puede crear sobre la verdad de la existencia. Fotos: Paulo García.