Por: Claudia Magun — 19 de enero, 2018
En los conciertos de este fin de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México (OFCM), el público podrá apreciar la SinfonÃa No. 97, de Franz Joseph Haydn, primera obra seleccionada para este programa que en palabras de Carlos Spierer, quien participa como director invitado: “es muy interesante porque no es una de las más conocidas de Haydn y vale la pena escucharla, se trata de una pieza que Ludwig van Beethoven empleó como modelo para una sinfonÃa en do mayor que nunca acabó”.
En el programa de mano, el musicólogo Juan Arturo Brennan escribe que el compositor austriaco “fue estimulado por un ambiente musical y cultural de primer orden, que dio como resultado un buen número de obras nuevas, entre ellas sus doce últimas sinfonÃas, conocidas colectivamente como SinfonÃas Londres. A esa colección de sinfonÃas pertenece la No. 97, que destaca por lo colorido de las flautas, oboes, fagotes, trompetas, timbales y cuerdas, en cuyo primer movimiento aparece una fanfarria y constituye una de las cumbres de la creación haydniana”.
La segunda pieza seleccionada para este programa de la OFCM lleva por tÃtulo Ventanas, una creación de Silvestre Revueltas, estrenada en 1939, que Spierer la describe como, “muy romántica, con ritmos casi bitonales en algunas partes. Es una excelente pieza, con muchas secciones fuertes y algunos momentos calmados. Se ve ahà la mano de un maestro que sabe de orquestación”.
Para concluir con este concierto, el director huésped abundó que interpretarán la SinfonÃa No. 3 en mi bemol mayor, Op. 97, Renana de Robert Schumann: “obra en cinco movimientos, pero con la duración de una sinfonÃa normal, es decir, cuatro movimientos, creada por el compositor alemán con el recuerdo de una ceremonia religiosa en la que un obispo fue investido como cardenal en la Catedral de Colonia”.
Sobre los movimientos de esta sinfonÃa de Schumann, Juan Arturo Brennan, escribe: “el primero y el quinto movimientos son brillantes y expansivos y, sobre todo en el primero, la heroica tonalidad de mi bemol mayor es categóricamente afirmada por cornos y trompetas. El segundo movimiento tiene el carácter de una danza campesina austriaca. El tercer movimiento es lÃrico y contemplativo, y en el cuarto entran por primera vez en la obra los trombones, para entonar una melodÃa solemne, de sabor medieval”.
Los conciertos de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México se lleván a cabo el sábado 20 y el domingo 21 de enero en la Sala Silvestre Revueltas del Centro Cultural Ollin Yoliztli, casa sede de este organismo que el maestro Carlos Spierer en su primera participación como director huesped valora como: “Una orquesta muy rápida, muy profesional y con una excelente disciplina. Tiene una calidad muy alta y es una orquesta que merece todo el apoyo”,
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