Por: Claudia Magun — 25 de noviembre, 2016
Óscar Ruvalcaba estrena Si yo pudiera tener todo el conocimiento que tenÃa Immanuel Kant y seguir viendo imágenes de gatos (gracias X. Bankimaro), un dueto, interpretado por el bailarÃn Marcos Sánchez y el mismo Ruvalcaba, que a partir del imaginario coreográfico plantea la idea del desdoblamiento de la personalidad y a la vez cuestiona el proceso de razonamiento y relación con los demás: “Es la reflexión sobre mi relación respecto al otro. ¿Qué tanto del otro es reflejo de mi propio conocimiento y percepción de qué tan posible es ir más a allá de esto para llegar a ese estado de inocencia recuperada?”.
Un tÃtulo por demás incomprensible para el espectador, empero para el coreógrafo el significado de la obra se sustenta en la teorÃas del laureado autor alemán –Immanuel Kant– y en la poesÃa de quien se le reconoce como desmitificador y creador de mitos –Xavier Bankimaro–, dos filosofÃas que Ruvalcaba hace suyas para otorgar el significado de aquello que quiere proyectar en el trasfondo narrativo de Si yo pudiera tener…
“Además de retórico, el tÃtulo de la obra, es una pregunta y una manera de evidenciar la pérdida de la inocencia que tenemos cuando entramos al terreno del conocimiento, un proceso de mentalización que durante nuestra vida perdemos. Asà que en esta nueva pieza lo que planteo con este tÃtulo, es cómo no perder esa inocencia en nuestro propósito de obtener conocimiento. No podemos regresar el tiempo pero una aspiración de vida, espiritual y de alma deberÃa servir para recuperar la inocencia e ir más allá del conocimiento. Hay que completar el cÃrculo, no podemos evitar el conocimiento pero hay que recuperar la inocencia al final del camino”, Óscar Ruvalcaba.
¿Cómo va a reconocer el espectador este discurso que inscribes en tu lenguaje, cómo le va a llegar, por qué le va a cautivar…?
“Eso es justamente la magia de la danza, como es una acción poética seguramente el espectador no podrá entender todo el discurso, pero lo va a leer porque existe una fusión energética de empatÃa entre los dos intérpretes, además de una profunda honestidad y un vÃnculo de reconocimiento generoso y amoroso que se descubre en el escenario. A mà me parece que es el lenguaje del movimiento que está detonado desde adentro y hay una redención en la aceptación a partir del amor. Todo esto te lo permite la maravilla del arte, en este caso no es a través de la palabra pero si a través de la acción poética del cuerpo”, Óscar Ruvalcaba.
En su mensaje, Ruvalcaba está muy claro: “No necesariamente quiero hacer ese tipo de juicio de valor. Más bien es un reconocimiento de la condición humana. En ella quiero compartir con el espectador el por qué el desdoblamiento es saludable y hay que llegar a términos con nuestros múltiples rostros para que no se transformen en demonios”.
Es precisamente a partir de esta denotación que provoca su proyecto, que quisimos preguntarle: ¿Por qué en estos tiempos donde la tecnologÃa sobrepasa todo lo que tiene que ver con la condición humana, llevas a escena una introspección donde hablas sobre un principio tan intrincado para entender como puede ser la necesidad de recuperar la inocencia…?
“Porque tengo que ser leal conmigo mismo, fue un concepto muy largo para llegar a encontrar ese sentido de quién es Óscar Ruvalcaba y una vez que lo encontré tengo que serle fiel, es un ejercicio del yo, de quien yo soy. Particularmente no censuro y respeto mucho la postura que cada quien tiene ante la vida, pero asà como la gente se decide a tomar una postura del aquà y del ahora, yo decido tomar mi posición de artista y hacer mi exposición con la mayor humildad, sin hacer juicios de valor para nadie, pero sà peleando desde la plataforma de trabajo donde me muevo. Me parece importante el respeto por quien yo soy y desde ahà parto para hacer cualquier discurso o escritura del cuerpo”, Óscar Ruvalcaba.
Si yo pudiera tener todo el conocimiento que tenÃa Immanuel Kant y seguir viendo imágenes de gatos (gracias X. Bankimaro)…, se presenta hoy viernes 25, mañana sábado 26 y el domingo 27 de noviembre en el Centro Cultural Un Teatro, una coreografÃa que enmarcada por la música minimalista del compositor Max Richter, es en palabras de Óscar Ruvalcaba, “una compartición escénica que el público tiene que ir a ver porque en ella pretendo ofrecer una visión donde a partir del arte podemos llegar a conclusiones sobre un presente vertiginoso que a veces nos marea y nos estorba, En este caso, es una verdad del cuerpo y como todo lo que tiene que ver con el cuerpo está sujeto al tiempo”.
“Me parece necesario seguir insistiendo en el diálogo, ninguna circunstancia está exenta de la relación con el tiempo, ese eterno presente del ahora donde perdemos perspectiva de que existe el ayer y el mañana, por eso es importante hacerlo evidente, no sólo a través de la palabra, sino de la posibilidad de ser un dialogante a través de la danza. Espero que la gente al leer este artÃculo, piense que le gustarÃa formar parte de este forma de ver la vida…”, Óscar Ruvalcaba. Fotos: Gloria Minauro.
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