Por: Susana Fernández — 9 de abril, 2017
La presentación inicia con una prólogo sobre esta historia que trasciende el acto amoroso entre la protagonista y el ser atrapado por un hechizo… una percepción muy personal de Thierry Malandain en la creación de La Bella y la Bestia representada por la compañÃa Malandain Ballet Biarritz en la última de las dos funciones que ayer sábado 8 de abril ofreció en el Palacio de Bellas Artes, en una invitación del Festival del Centro Histórico 2017 (FCH).
Con un público expectante ante ésta escenificación del ensamble francés y, sin duda, uno de los grandes eventos anunciados este año por el FCH, el viaje inició con la aparición de esta licencia poética que tomó el director del ensamble para narrar esta bella historia que se inscribe en paralelo del cuento basado en el clásico original de Gabrielle Suzanne Barbot de Villeneuve, escritora francesa del siglo XVIII, recogida y transmitida por Jeanne-Marie Leprince de Beaumont.
Un ballet de corte romántico estelarizado por dos grandes intérpretes que llevan al espectador por un viaje coreográfico donde acompañados por un cuerpo de baile arropado por elegantes vestuarios crean imágenes que guardan la historia de la Bella y su encuentro con la Bestia a través de una propuesta de tintes vanguardistas que fusiona la danza clásica y contemporánea en un diálogo escénico de gran riqueza.
Este clásico cuento de hadas tradicional de la literatura francesa que exhibe el concepto de la belleza y la valoración del bien, la bondad y el amor es concebido por Thierry Malandain a través de la música de Piotr Ilich Tchaikovsky, una sÃntesis sonora por distintos estados anÃmicos en un maravilloso juego de diversas partituras que va desde la delicadeza de Eugene Oneguin (al inicio del ballet), a la melancolÃa de la SinfonÃa No. 6 Patética (utilizada en dos escenas: cuando el padre de Bella se extravÃa y otra donde la protagonista encuentra moribundo a la Bestia), hasta la fuerza de la Quinta SinfonÃa (que acompaña el encuentro entre la Bella y la Bestia, acentuando el afecto que crece entre ellos, además de aquellos momentos donde la protagonista se da cuenta que la vida en el castillo era distinta a como se habÃa imaginado).
También fuimos testigos de como un artista puede concebir un imaginario tan espléndido que puede evocar las ilusiones tan sólo a través del vestuario: negro para mostrar el hechizo que domina a los personajes del castillo, blanco para recrear el contraste y acentuar la magia de la literatura y dorado para enfatizar el triunfo del amor entre los protagonistas.
Una noche llena de fascinación, donde Malandain Ballet Biarritz logró hechizar al público ante la seducción de la danza, más allá de mostrar una perfecta técnica canónica, el espÃritu del movimiento descubrió la belleza un trazo delicado y al mismo tiempo sensual, nunca fue necesario escuchar la historia, la danza lo decÃa todo.
Cada movimiento era onÃrico y hasta perturbador, cada trazo trascendÃa el mero acto de la interpretación para regalarnos alucinantes imágenes que descubrÃan una quimera atemporal que más allá de un espectáculo extendÃa la postura clásica del ballet para otorgarle un estilo atemporal.
Es asÃ, que pudimos apreciar La Bella y la Bestia con el espÃritu de Thierry Malandain, quien se caracteriza por fundir en sus creaciones la pureza de lo clásico con la libertad que otorga la vibración del cuerpo. Un hacedor de danza formado en el sentido riguroso de la técnica, con la escuela de la Ópera de ParÃs y el Ballet Teatro Francés –entre otras instituciones– que utiliza la disciplina para traspasar los lÃmites de su formación y hacer de lo ortodoxo una visión más vanguardista: soltura y perfección de proporciones, poética corporal que versa sobre las formas con un logrado sentido de la dramaturgia escénica.
“Por la formación de Therry y la necesidad que tiene de estar en continua renovación, te da la posibilidad de inventarte a ti mismo con movimientos. Lo que más me gusta de sus coreografÃas y su estilo es la posibilidad de expresarte de una forma individual”, Daniel Vizcayo, integrante de esta compañÃa con sede en Biarritz.
La Bella y la Bestia no sólo plasma una exquisita representación agradable a la vista o un cuento de hadas con heroÃna y prÃncipe incluidos, por el contrario, la coreografÃa de Thierry Malandain expone los contrastes del ser humano, en esta danza está presente lo espiritual y lo terrenal, lo etéreo y real, aquello que representa el hombre en su parte positiva, como es el amor desinteresado y la capacidad para ver más allá de las diferencias, empero también la avaricia y la traición…
Con el diseño de escenografÃa y vestuario de Jorge Gallardo, la iluminación de Francis Mannaert, Malandain Ballet Biarritz conquistó al público mexicano con esta versión de La Bella y la Bestia en el Palacio de Bellas, más de 20 bailarines en escena que recrearon la simbologÃa de un cuento de hadas con los claroscuros que se viven en la realidad de la vida, una expresión que nos dejó la sensación que sólo otorga la esencia del lenguaje corporal. Fotos: Olivier Houeix.
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