Danza

Despertares, un espectáculo incluyente que muestra las diferentes manifestaciones de la danza

Por: Enrique R. Mirabal — 28 de agosto, 2018

 Despertares 2018. Auditorio Nacional No sólo con figuras del pop se llena el Auditorio Nacional: un bailarín mexicano tiene el poder de convocatoria suficiente para abarrotar el teatro en dos funciones consecutivas el pasado fin de semana de agosto en la Ciudad de México.

Ya en anteriores ediciones de la Gala Despertares, Isaac Hernández y sus invitados internacionales habían motivado al público habitual del ballet y a otros que veían la danza por primera o segunda ocasión a asistir a una función de ballet.

Ahora, se arrebatan los boletos, atraídos por la fama de un mexicano que triunfa en escenarios de Europa y Norteamérica y que ha recibido el Premio Benois de este 2018. ¿Qué es el Benois de la Fanza y por qué es importante recibirlo?

Alexander Benois (San Petersburgo, 1870 – París, 1960) fue una figura decisiva en el impulso de las artes en la Rusia zarista y en la creación de los Ballets Rusos de Serge Diaghilev, pero, lo más importante, fue un gran artista y escenógrafo que cambió el rumbo de su profesión y dio el impulso necesario para el desarrollo del diseño teatral en el siglo XX. Olvidado por décadas en su natal Rusia, recibe, a partir de 1991, un honor que antes le fue escatimado con la creación de este premio que reconoce la labor no sólo de bailarines sino también de compositores, diseñadores y coreógrafos.

 Despertares 2018. Auditorio Nacional En el cuadro de honor de los Benois de la Danza, Isaac Hernández es el único mexicano premiado, si bien, no el primero de América Latina en la que los argentinos van a la cabeza. El jurado que se pronuncia por la premiación está compuesto por figuras relevantes de la danza y su decisión está definida, exclusivamente, por los méritos artísticos.

Isaac Hernández mostró su premio antes de comenzar la Gala con una reacción por parte del público asistente que compite en entusiasmo con la mostrada en otro tipo de eventos masivos. Y no necesito ningún balón para hacerlo.

En Despertares, intuimos, la idea rectora es crear un espectáculo incluyente en el que se muestren diferentes manifestaciones de la danza en la actualidad y no se ciña al ballet clásico. Fragmentos de piezas del ballet contemporáneo de reciente creación se codean con otras de décadas anteriores como Two Pieces for Het del más original y trascendente de los coreógrafos holandeses, Hans van Manen y un solo, ya clásico de George Balanchine, Fascinating Rhythm del ballet Who cares?, con música de Gershwin.

 Despertares 2018. Auditorio Nacional Una nota de frescura tras dos pas de deux de intenso dramatismo, Eyes closed and traveling de Walerski y Chroma de uno de los coreógrafos británicos más solicitados en la actualidad, Wayne McGregor. La justa calibración a su trabajo vendrá después del presente boom mediático, caso similar al de su paisano Christopher Wheeldon.

Los clásicos de la noche fueron los pas de deux del repertorio tradicional que siempre son esperados y le aportan una excitación necesaria a todo espectáculo de ballet. El primero de ellos fue el pas de deux de Don Quijote de Minkus/Petipa y estuvo a cargo, no faltaba más, de Tamara Rojo, primera bailarina y directora del English National Ballet y del primer bailarín de dicha compañía, Isaac Hernández.

Un excelente primer lift en el entrée y una pequeña pifia en el adagio, apenas perceptible, preludiaron a un virtuoso desempeño con brillantez técnica y la enjundia necesaria para acometer este paso a dos. Rojo y Hernández forman una pareja ideal en la que se conjugan los bríos juveniles de Isaac y la experiencia de la Rojo, cuya carrera abarca más de dos décadas.

Despertares Auditorio Nacional, agosto 2018 La referencia obligada sería recordar el dúo Margot Fonteyn y Rudolf Nureyev que acaparó los escenarios de ballet por largos años. Fonteyn reavivó su carrera con la llegada del joven e impetuoso ruso casi veinte años menor que ella y Nureyev tuvo acceso a los mejores escenarios del mundo.

Alternaron en la Gala, algunos momentos de raigambre popular y muy del gusto de los jóvenes (no eran pocos los que ocuparon las butacas) un tap que homenajea a los espontáneos bailarines callejeros, muy diferente en estilo a los solos de Kelly y Astaire, pero con movimientos muy bien acompasados, levantó ánimos y calentó al público que, más tarde, volvió a ovacionar a los chicos rusos de America’s Got Talent, con luces danzantes emulando con el quehacer del cuerpo. Las coreografías de William Forsythe, New Suite y Playlist resultaron consecuentes con otros trabajos del coreógrafo estadounidense como In the Middle, Somewhat Elevated o The returns.

Despertares Auditorio Nacional, agosto 2018 Es necesario destacar la participación de Esteban Hernández en cuantos instantes estuvo en el escenario, tanto en lo clásico como en lo contemporáneo. Maduro y seguro de sí mismo, bailó de nuevo (se presentó en la edición anterior de Despertares también) el pas deux de El corsario con su habitual pareja Maria Kochetkova, esta vez con mayor aplomo y un verdadero tour de force en saltos y múltiples pirouettes que lo encaminan a un salto aún mayor en su carrera, es decir en His way.

Del diseño o curaduría en Despertares, se puede apuntar la máxima que reza “menos es más”. Algunas piezas, por su duración y el requerimiento de una atmósfera intimista, pierden su acercamiento al espectador con las dimensiones del Auditorio. La duración del espectáculo rivaliza con la de los grandes clásicos divididos en cuatro actos que, hoy en día, se condensan en dos. Sacrificar el número de invitados, preservando la variedad de estilos pero evitando el exceso, redundaría a favor de ésta y de todas las galas posibles.

Despertares Auditorio Nacional, agosto 2018 Va por muy buen rumbo la iniciativa de Despertares pero no debe quedar en una presentación estelar al año. La presencia de Isaac Hernández, un bailarín mexicano que triunfa en el extranjero es una gran motivación para los jóvenes y también para el público que gusta del ballet. Es muy probable que, aparte de la apatía y la burocracia de las autoridades culturales, el ballet no se haya desarrollado en México como lo ha sido en Argentina y Cuba, por la falta de una figura señera que sirva de inspiración y modelo a seguir.

Así como Julio Bocca reavivó el Ballet del Sodre, Hernández puede crear una pequeña compañía para promover talentos e internacionalizar a los bailarines, con o sin becas externas. Crear programas como los que benefician al teatro y al cine incentivados por las deducciones fiscales a los patrocinadores es una vía a considerar.

Por otro lado, aprovechando la mención que en el programa de mano se hace en las biografías de algunos invitados sobre su participación en el Concurso Internacional de Varna, Bulgaria, Isaac Hernández podría tomar la iniciativa y crear, con todos las ayudas oficiales y privadas, un Concurso de ballet, nacional y/o internacional que trajera inversiones, público y prestigio internacional.

¿Qué era Varna a principios de los sesenta del pasado siglo? Un balneario olvidado en un país que nunca sobresalió por sus bailarines mas, hoy en día, es un destino turístico muy visitado que se ufana de su Concurso de Ballet bienal en el que todos los bailarines jóvenes quieren participar por la proyección que les da a sus carreras. Sólo se necesita despertar y ver a futuro.

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“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.