Lourdes Luna presentó Gota… partículas condensadas en el escenario de la danza

Por: Amanda García L. — 31 de julio, 2018

“Gota, acciones mínimas convertidas en mar es una obra donde a partir de un fragmento se manifiesta el poder de la inmensidad, en la condensación de ideas, en un espejo que lo abarca todo y donde todos nos vemos reflejados”, Lourdes Luna, directora de Créssida Danza Contemporánea.

En una celebración a la danza contemporánea en México, la dos veces ganadora del Premio Nacional de Danza INBA-UAM, Lourdes Luna llegó –el pasado sábado 28 de julio– al Palacio de Bellas Artes para estrenar su más reciente pieza coreográfica, Gota, acciones mínimas convertidas en mar, una metáfora del cuerpo condensado en emociones, gestos, acción y pensamiento que coincidió con la celebración del décimo aniversario de la compañía Créssida Danza Contemporánea.

Una coreografía presentada en el marco de la Temporada de Danza en el Palacio, en la cual Créssida Danza Contemporánea hizo evidente el profundo laboratorio de movimiento a partir del cual decantaron en escena partículas corporales con diferentes formas y tonalidades. La transparencia de una gota es la fachada de un cuerpo configurado de una multiplicidad de ideas que se complementan gracias a la interacción con otros seres.

Bajo esta concepción, los doce jóvenes intérpretes bailaron envueltos en una atmósfera etérea apoyada por recursos multimedia y un ambiente sonoro sustraído de la naturaleza.

Así, la utilización de objetos, como sillones puffs en forma de gota, se convirtieron en elementos clave de la pieza, ya que pasaron de ser simples elementos de utilería a una extensión del propio ejecutante, quienes se apropiaron de ellos y le confirieron distintas cargas simbólicas y emocionales.

La gramática corporal derramada en escena fue el hilo conductor que llevó al espectador a reflexionar sobre sí mismo, desde la intimidad hasta su capacidad de mímesis con otros seres humanos, indispensable para conformar el todo de su realidad. Cada acción tiene un efecto en lo individual que impacta indirectamente en el transitar del colectivo.

La suspensión de los cuerpos y su quietud ante la contemplación de otros son una constante a lo largo de Gota, acciones mínimas convertidas en mar, lo cual hace evidente que el peso que hay en cada uno de ellos al final se convierte en espejo del propio ser.

De esta forma, Créssida Danza Contemporánea busca manifestar el poder de transformación de un pequeño elemento mediante el uso del gesto, el manejo de las emociones y otros recursos escénicos que los intérpretes aportaron a la obra a partir de un laboratorio de creación previo.

En la profundidad de cada gota se manifestaron las distintas caras de la feminidad, la cual por momentos se oculta bajo una falsa percepción de la belleza. La claridad de los cuerpos en escena permitió vislumbrar la fuerza interna que hay en cada uno de ellos, además de la ambivalencia emocional que por momentos va desde la felicidad hasta la exasperación.

Con sede en la ciudad de Mérida, Yucatán, Créssida Danza Contemporánea se ha posicionado como una de las compañías más importantes a nivel nacional. La destacada trayectoria de su directora que suma ya más de tres décadas ha sido sustancial para la articulación de discursos que van más allá de la técnica dancística, a través de la realización de coreografías que exploran la condición humana en todos los aspectos.

Así con una gran y emotiva afluencia, el público en el Palacio de Bellas Artes ovacionó el estreno de Lourdes Luna, quien manifestó su agradecimiento a los espectadores e hizo un llamado a generar más y mejores oportunidades para los jóvenes bailarines, así como mayor apoyo por parte del gobierno mexicano para la difusión de la danza contemporánea en México.