
Por: Amanda GarcÃa L. — 4 de mayo, 2019
“El cuerpo humano, que se convierte en una mera marioneta, es despojado de su forma para alcanzar el espacio liminal entre la fisicalidad y la artificialidad”, Minako Seki.
¿Cómo serán los cuerpos del futuro? ¿Hacia dónde se moverán? ¿Cómo se mostrarán ante el amor, la tristeza o el miedo? ¿Su vulnerabilidad será visible o se escudará en la inmovilidad provocada por la detonación tecnológica? El tránsito de Minako Seki por el escenario es un bombardeo de interrogantes hacia el espectador. Los remolinos mentales generados a consecuencia de su accionar paralizan los cuerpos de quienes están frente a ella. Es ahà donde la poesÃa comienza.
El soliloquio de la bailarina japonesa es uno de los diálogos corporales que integran la tercera edición de Cuerpos en Revuelta, un espacio de encuentro que reúne a los principales representantes de danza butoh a nivel internacional, para reflexionar el cuerpo a través de clases magistrales, funciones y talleres en diferentes espacios de la Ciudad de México.
La profunda investigación corporal de Minako Seki da como resultado Human Form I –presentada el pasado martes 30 de abril en el Teatro de la Danza Guillermina Bravo, como parte de este espacio que organiza el Laboratorio Escénico Danza Teatro Ritual, dirigido por Eugenia Vargas–, obra introspectiva que indaga en lo material e inmaterial, lo racional e irracional, lo fÃsico y lo imaginario.
Una sensación de cuerpos y formas que Seki hace suya a partir de elementos de arte de animación, jardines japoneses y arquitectura, como impulso creativo para evocar las emociones del cuerpo y del alma.
“La forma humana se concibe como una serie de cinco investigaciones que examinan objetos o entidades, que pueden asumir la forma humana. La investigación comienza con el cuerpo humano y se extiende a tÃteres, robots, cadáveres y espÃritus incorpóreos o fantasmas”, Minako Seki.
Ella, es la manifestación del todo y la nada en el escenario. Las capas de tela blanca que la cubren asemejan a robots, máquinas dotadas de funcionalidad capaces de sustituir la acción humana en el universo. Para lograrlo sus extremidades se agitan con rapidez y responden con ansiedad a los estÃmulos del exterior como movimientos que parecieran habitar por sà solos un cuerpo que no corresponde con el resto de sus partes. Se percibe el vacÃo, la fragmentación y ausencia de algo o alguien.
Poco a poco la figura humana se devela en sà misma. La emisión de sonidos se convierte en un acto de escape de las emociones, aquellas que buscan superar la dominación de la mente. Los motores de movimiento con los que la coreógrafa ha trabajado durante años le han permitido explorar las barreras entre el consciente y lo subconsciente, elementos generadores de ilusión óptica en la escena.
La descripción pura de emociones y organicidad de movimiento que Minako Seki imprime en el espacio dancÃstico es el reflejo de la filosofÃa de vida que lleva dÃa a dÃa; una combinación entre meditación vipassana –basada en la técnica de autobservación–, cocina macrobiótica y técnicas tradicionales de curación corporal japonesa.
AsÃ, el lenguaje del butoh se dibuja como la ruptura de la forma y la sensibilidad de la danza siembra esperanza en el espectador. Human Form I es un estallido en la conciencia; una muestra de que aun cuando la gobernabilidad de la mente se injerta en las células de la emoción, existen múltiples posibilidades de recuperar la esencia que nos caracteriza y distingue entre seres.
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