Cultus Interruptus, un recorrido musical desde la Edad Media hasta el siglo XXI

Por: Interescena informa — 5 de febrero, 2016

La compañía Ensamble-rías presenta Cultus Interruptus, un espectáculo basado en la técnica clown donde el público se deleita con situaciones hilarantes que ofrecen guiños musicales como una obertura de Mozart con variaciones juguetonas bastante excéntricas…

Juegos escénicos y momentos singulares donde Roam León en la dirección, nos descubre momentos de música y otros tantos de carcajada suelta que irrumpen en el escenario donde estos tres singulares personajes se encuentran con unos extraños instrumentos como puede ser una máquina de escribir que se convierte en cuasi un piano de cola, o pretenden ser un coro monumental –de tan solo tres integrantes– que ofrece un extravagante concierto coral, o porqué no a jugar con el acordeón y la guitarra en un desafiante acompañamiento orquestal para dar pie al lucimiento de una orquesta que va de media clásica a la total imprevisión.

Ésto y más es Cultus Interruptus un irreverente show con las actuaciones de Mauricio Durán, Leonardo Luna y Vinicio Marquina, tres talentosos y bastante intrépidos músicos que manejan una súper travesía escénica donde los estilos musicales se combinan con el humor, el clown, el teatro y uno que otro momento de locura y mucho desacato sonoro que va de las cuerdas a los alientos y hasta un irrespetuoso soneto.

Así, que ya se sabe, no hay que perderse Cultus Interruptus, un espectáculo con resultados extravagantes y muy entretenidos que se presenta los viernes a las 20:30 horas, hasta el 15 de abril, en el Foro La Gruta del Centro Cultural Helénico, porque lo mejor es el sorpresivo final que llega con la emulación de una obra de John Cage, un arte cuya fama se sustentaba en su maravillosa improvisación.

Un arte que gusta bastante a estos tres músicos medio chiflados que en este cierre del espectáculo invitan al público a ser intérprete de esta singular parodia donde al igual que hacen sonar a los clásicos, se cuelgan en esa tremenda espontaneidad que caracterizaba a este compositor norteamericano… porque en Cultus Interruptus todo esto es posible pero siempre con resultados extravagantes y muy entretenidos.