
Por: Aracely Cortés — 4 de abril, 2011
“Leer a Saramago es fácil si se hace dándole la mano o viéndolo acariciar su platinada cabellera recorriendo un largo camino…” asà fue como concluyó la lectura dramatizada de su obra, la noche del pasado jueves 31 de marzo en el Palacio de Bellas Artes.
Una iniciativa de Pilar del RÃo, esposa, traductora y editora de la obra del escritor Lusitano, quien pensó en hacer este homenaje en México, el paÃs que tanto disfrutó y que tanto le dio, como solÃa decir el propio Saramago: “Si no me encuentran en mi paÃs búsquenme en México…â€.
Con fotografÃas de gran formato reflejadas en el escenario del Palacio de Bellas Artes, música, literatura, mujeres y una escenografÃa tan sutil que era casi imperceptible el cambio de colores, luces y sombras, un trabajo minimalista a cargo de Mónica Raya, y una selección de textos realizada por Antonio Castro –quien también estuvo a cargo de la dirección del montaje– de las obras Ensayo sobre la ceguera, Memorial del convento, Las intermitencias de la muerte y un relato inédito de MarÃa Magdalena –del que por cierto se piensa incluir como epÃlogo en el libro del Evangelio según Jesucristo– se llevó a cabo este sensible homenaje a la obra de Saramago.
Voces de mujer en la obra de Saramago fue una noche especial que contó con la participación de destacadas figuras femeninas que dominaron con todo su arte la atmósfera del Palacio de mármol: Ofelia Medina con su presencia en el escenario leyó la parte más larga de la selección; Lidya Cacho dio lectura de textos relacionados con el tema que ella trabaja como periodista, el del abuso sexual, mismo que está presente en Ensayo sobre la ceguera.
Por su parte Clarissa Malheiros puso su toque personal leyendo algunos diálogos de MarÃa Magdalena en portugués; Irene Azuela leyó con esa voz firme de actriz de teatro que la caracteriza; la lectura también contó con la participación de Pilar del RÃo, quien con mucha fluidez leyó algunos pasajes, se podÃa adivinar qué tan cercanos le son, se escribieron muy cerca de ella, de quien los tradujo y editó.
Como si se tratara de una postal, un gran cuadro de madera enmarcó en escena a Lourdes AmbrÃz, quien con esa voz de soprano que la distingue y acompañada del contrabajista Luis Antonio Rojas, dió paso a la introducción de los textos leÃdos al interpretar Kabara´s Lullaby, texto inspirado en una nana kulkhaasi, del compositor inglés, Paul Baker; también se disfrutó de la voz de Eli Guerra, quien dio vida al evento, cantando a capela Júrame y después el tema de su más reciente disco, Mi condición, acompañada de dos guitarras eléctricas.
La obra del premio Nobel de literatura tiene muchos personajes de los que por sà mismos se podrÃa hacer una lectura individual, pero la idea de la presencia femenina en el escenario de Bellas Artes, resaltó la fuerza de los diálogos y la participación activa de las mujeres en la vida cotidiana, de esa vida tan cercana y real que se encuentra en los textos del maestro José Saramago.
“Son los personajes más fuertes, los más honestos, los que van más hondo, los que son capaces de entregarse al amor sin medir las consecuencias, de volar, de mirar en el interior del ser humano, de decir que están ciegos cuando no están ciegos para cuidar a otros de ver en un mundo que no ve, porque Saramago decÃa que la salvación del mundo, si es que el mundo tenÃa salvación vendrÃa de las mujeresâ€, Pilar del RÃo.
Una gran velada en honor al gran filósofo portugués y un gran final con Lourdes Ambriz, quien entonaba la canción De mà a la estrella, mientras se proyectaban imágenes de Saramago que parecÃa despedirse para luego caminar hacia el infinito.
AsÃ, a casi un año de la muerte del escritor podemos decirle una vez más: ¡Hasta siempre Saramago!
Un listado de enlaces a centros culturales, música, teatro, danza, infantiles, festivales y medios y más.
Deja un comentario