
Por: Roberto Sosa — 24 de septiembre, 2008
Cuando la intención es hacer reÃr, cuando el texto no es profundo, ni complicado, ni se pretende dar un mensaje elevado que a veces ni el mismo autor entiende, se puede entonces sentar el espectador frente al escenario y disfrutar de una comedia que es sólo es: un divertimento con el único fin de ser hilarante.
Pero para que esto ocurra es preciso contar con un buen texto, dirección y sobre todo buenas actuaciones. Y es aquà donde la pieza cumple con todo lo anterior; escrita por Estela Leñero, Verónica en portada se presenta en el Teatro Helénico, con las actuaciones de Paulina Treviño, Ricardo Esquerra, Gabriela Pérez Negrete, Mónica Huarte, Juan RÃos, Fernando Bonilla, Pilar Ixquic Mata, Guillermo Larrea y José Carriedo, bajo la dirección de Alberto Lomnitz.
Los personajes llenan la escena; una modelo aspirante a actriz, tiene una relación con su compañero de actuación, él es casado y a su vez su esposa lo engaña con un fotógrafo, el cual se relaciona con una modelo; el artista de la lente es un experto en la cama, razón para fotografiar a la modelo desnuda, imágenes que habrán de publicarse en una revista sin el consentimiento de ésta.
La dinámica en la escena es como la vida de hoy, la gente se mueve en dirección contraria a su razón y a sus convicciones; el proceder es a favor de los intereses de los demás, dejamos en ocasiones de lado lo más importante, cambiamos más por menos sin darnos cuenta que al final estaremos solos, con un vacÃo emocional y existencialmente sin sentido.
Estela Leñero plantea desde su perspectiva y con un lenguaje actual, un recuento de emociones y comportamientos de una clase social que busca un sitio en una comunidad contemporánea donde los valores son otros; los personajes pertenecen a una generación que se relacionan sólo a través del sexo y que es quizá el único valor intrÃnseco en el cual encuentran una razón de ser y de vivir. Sà se es bueno en la cama, tendrás mejores oportunidades.
Los jóvenes que andan en los treinta años, sin duda se identificarán con algún personaje de esta obra, la autora entiende bien a esta generación y la forma de gobernarse, pero es importante señalar que el discurso escénico es sencillo y bien planteado. Lomnitz asà lo entiende y la puesta en escena asà lo refleja, el resultado está allÃ, habrá que ver el reverbero.
Las actuaciones en general son buenas –quizá la de Paulina Treviño, quien interpreta a la modelo, no esté a la altura de sus compañeros, su juventud es tal vez su excusa-; la escenografÃa cambia en relación con las escenas, lo mismo es una recámara, una oficina o un departamento de soltera. El vestuario y la iluminación no tiene nada de especial, ni la obra lo requiere; los elementos que componen una puesta en escena, se reúnen para lograr un trabajo aceptable.
Verónica en portada es teatro actual con un lenguaje idéntico; un espectáculo lúdico que no busca dejar un mensaje profundo, una comedia que cumple su objetivo y el público se lo agradece. En tiempos como el que nos toca vivir, es grato encontrarse con una obra que nos diga cómo nos comportamos, pero de esta forma, que nos deje con una sonrisa al salir… asà es menos difÃcil el regreso a lo cotidiano.
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