
Por: Roberto Sosa — 3 de febrero, 2014
En un análisis de problemáticas e inquietudes inherentes al tiempo que viven como generación, el grupo teatral Principio lleva a escena TrilogÃa Terminal un proyecto que se presenta como dos historias y como tal divide el centro narrativo de su propuesta en dos obras: Terminal Axolotl e Intersticios, escritas y dirgidas por Diego Ãlvarez Robledo. Ambas se presentan lunes y martes, hasta el 25 de febrero, en el Teatro El Galeón, del Centro Cultural del Bosque.
Dos historias que aun cuando son totalmente diferentes tiene como centro esa generación contemporánea y la idea de extinción en la época actual. Temas como el suicidio, la vida de saturación en la ciudad, la pérdida de identidad en la era de las redes sociales y la fe contemporánea, son temas que se abordan en la primera y segunda parte de esta TrilogÃa.
“Nuestra responsabilidad como creadores es hablar desde nuestros orÃgenes y realidad, esta ciudad y la generación a la que pertenecemos. Nuestro trabajo busca que el espectador sea partÃcipe de algo que compete, pues es la única forma de crear vÃnculos entre una experiencia estética y nuestra realidadâ€, Diego Ãlvarez Robledo.
Giovanni Gamba, Nara Pech, Aldo González y SofÃa Sylwin son los actores que interpretan a los cuatro personajes que convergen en Terminal Axolotl, un texto contemporáneo que pone la mirada en cuatro jóvenes en crisis existencial que viven una historia donde el hilo conductor es un animal a punto de la extinción: el ajolote. Xochimilco fue su hábitat, y es el final del viaje. Aunque suene extraño, Ãlvarez Robledo sabe de lo que quiere hablar, y con este proyecto demuestra que conoce la forma y el lenguaje escénico.
Con cuatro sillas y una mesa llena de cervezas, inicia el relato. Un gringo con cáncer de colon, una mujer que perdió a su madre y una pareja que rompe su relación llenan el escenario. La escena que se apoya en el trabajo de multimedia se despliega con pantallas que traducen las palabras del estadounidense y proyectan imágenes, paisajes, sitios o emociones.
Emociones como las de un americano que desea acabar con su cáncer y con su vida; o la de una joven que recorre la red del metro, viaja por la ciudad en busca del arma para vengar a su madre; o la de una pareja que no se entiende, el sexo anal la satisface, pero él escoge el sexo con su mejor amiga. En Xochimilco se termina la ciudad, aquà muere un personaje… aquà vivÃa el ajolote.
¿Quieren probar a que sabe la extinción…? La analogÃa es el ocaso de un batracio, del ser humano… y del amor. Desde la mirada de Diego Ãlvarez Robledo, los jóvenes de hoy viven en el desencanto, con un futuro poco alentador, esto es preocupante, es por eso que Terminal Axolotl se asoma a la violencia, a la incomunicación, al desamor y hasta al deterioro del medio ambiente; el dramaturgo es joven, lo vive, lo entiende y sabe cómo expresarlo.
Por su parte Intersticios, la segunda parte de la TrilogÃa, lleva la actuación de Mariana Castro, David Gaitán, Miriam Romero y Javier Sánchez y el director la describe como “el resultado de una colaboración en paralelo entre artistas de diversas disciplinas que generan diálogos entre actores, una sonorización original compuesta especÃficamente para la obra y un dispositivo escénico hecho a partir de luces urbanas, material de recicle y programación multimedia que permite a los actores ser intérpretes y técnicos de la ficción”.
Desde mi personal punto de vista, se trata de un collage de escenas sin un hilo conductor, quizá el mérito radica en que propone una visión escénica sin ilación, inconexa y poco estética. Considero que en relación a la primera, Intersticios carece de un lenguaje escénico que atrape al espectador. Sobre el escenario las escenas transcurren de forma vertiginosa, se tropiezan, se estorban… creo que se trata de una obra histérica. El relato es sobre una mujer que se tira del segundo piso del periférico pero el suceso es lo que menos importa.
Los actores interpretan distintos personajes en diferentes historias que convergen en una. El espacio teatral se llena de muchos elementos acústicos, de iluminación y mecánicos que los intérpretes manipulan. Un temblor de tierra cierra un relato que deja más dudas que respuestas. Intersticio es un resquicio, una grieta… tal vez por ahà se le fue la idea al autor…
En fin, que aun cuando la primera me pareció un perfecto ejercicio escénico y la segunda no tan perfecto, también considero que TrilogÃa Terminal, como cualquier provocación teatral siempre tiene algo que decir, algo que nos conecta y nos ofrece el maravilloso acto de la reflexión… Fotos de la obras: Alfredo Millán.
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