Por: Roberto Sosa — 16 de abril, 2010
Un escenario desnudo es el centro de la atención, dos actores en la interpretación de un texto que surge en medio de un espacio vacÃo. Los elementos escénicos se imaginan o se pintan en la pared para dar inicio al quehacer teatral. Dos talentos dan vida a la escena, el teatro en su más elemental esencia.
Además de prescindir de una escenografÃa, la obra igualmente adolece de un director de escena; los actores favorecidos por el talento y con excelentes actuaciones demuestran experiencia y oficio frente al espectador, las tablas que sólo se adquieren con el pasar de los años. Un edificio de apartamentos, una mesa y algunos libros forman parte de la escena; la producción es austera, no asà el genio de los intérpretes.
Un alegato en favor del poder del actor para levantar los mundos imaginarios que, ante la veneración de nuestra escena por las tecnologÃas, nos llevan de nueva cuenta a la esencia del teatro: la actuación como centro del suceder en las tablas o, en concreto, y dado el escenario, en el espacio desnudo de un teatro sin maquillajes.
Daniel Giménez Cacho (Gabriele) y Laura Almela (Antonieta) viven una historia de amor entre una ama de casa y un homosexual. La acción se desarrolla en la Italia gobernada por el Duce, Benito Mosulinni, durante la visita del dictador Adolf Hitler, un año antes de la Segunda Guerra Mundial, en pleno auge fascista, (la obra está basada en el filme Un dÃa muy especial, de Ettore Scola de 1977, que contó con las actuaciones de Sophia Loren y Marcello Mastronianni).
Al inicio de la historia Gabriele intenta suicidarse pegándose un tiro en la cabeza, es perseguido por el gobierno; Antonieta lidia con los quehaceres del hogar y la custodia de sus hijos, dos personajes disÃmbolos con necesidades distintas pero emocionalmente identificados. La rutina de los dos, es completamente distinta, pero convergen en un momento crucial en sus vidas. La soledad busca refugio, el vacÃo necesita llenarse.
Trabajando un dÃa particular se presentó en el marco de la pasada edición del FMX Festival de México con el tÃtulo Lejos y sin texto, de nuevo regresan en breve temporada al Teatro El Milagro, donde Daniel Giménez Cacho y Laura Almela, se recrean y divierten con este ejercicio escénico y actoral que comparten con el público; la escena se llena con el lenguaje histriónico de dos grandes actores que interpretan y dan su versión de este texto, una versión que nace de la necesidad de querer hacer… y no tener que hacer teatro.
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la supremacÃa de la actuación, austerismo, originalidad e improvisación….
Que decepción de OBRA, que decepción de actores, técnica, escenografia, que BASURA! es imposible no comparar a SofÃa Loren y Marcello Mastroianni, LES QUEDA enorme el reto!!
De las peores que he visto en el año!