Tomo tu mano en la mía… Misivas de amor

Por: Aracely Cortés — 15 de febrero, 2013

“A todo mundo le gusta una historia de amor. Sólo que esta es especial. Es especial porque trata de dos personas únicas en circunstancias extraordinarias”, Carol Rocamora.

Los amores a distancia siempre tienen implícito una forma de comunicación. A principios del Siglo XX, los quereres se llevaban por medio de cartas enviadas por correo convencional. Así fue como el escritor ruso, Antón Chéjov se relacionaba con la actriz alemana Olga Knipper, quien además de ser figura principal de sus obras, fue su amiga, compañera y, al final de su vida, su esposa.

Tomo tu mano en la mía hace referencia a las epístolas que entre los años 1898 y 1904 mantuvieron estos dos personajes que fueron tan importantes en la escena artística de la Europa Oriental. Un texto donde se alterna el contenido de las cartas y algunos diálogos de las obras que el autor estrenó en ese mismo período.

Se trata de texto de Carol Rocamora, traducido por Valerie Mejer, que anuncia desde el título, una historia vinculada con el amor que hace alusión a una pareja cuya pasión común era el teatro; el como escritor y ella como actriz. Una historia de amor donde Rafael Sánchez Navarro, bajo la dirección de David Hevia, da vida a cuatro personajes, Trigorin, a Astrov, Firs y hasta el propio Antón Chéjov. Por su parte, Marina de Tavira representa a Olga Knipper, Arkádina, Yelena Andreievna, Masha y a Lubov Andreievna.

Las personalidades extraordinarias de estos protagonistas se reflejan a cada línea que se dedicaron; donde el humor, la ternura y la pasión por la vida y por la pareja fueron una constante.

Seis años donde se ven retratadas sus vidas diarias, como gente común y como artistas, escenas de gran profundidad en las que se ve a un Chéjov que huía del cruel invierno de Rusia, el cual afectaba la tuberculosis que lo aquejó desde joven, un difícil periodo donde el autor ruso escribió La gaviota, Tío Vanya, Las tres hermanas y El jardín de los cerezos, las cuales dan vida a esta puesta en escena que nos conmueve en cada diálogo.

No importando la separación de los amantes, él se mantiene pendiente de su cónyuge y de su actriz pricipal, se preocupa por su trabajo, por los sinsabores que pueda correr en la vida tras bambalinas, siempre pensando en ella, le escribe, le expresa sus preocupaciones, comunica sus ansiedades, le reitera su amor y la lleva a vivir los personajes que habitan en cada párrafo literario.

Las respuestas de ella no son menos pasionales, describe cada noche en el teatro, la relación con los directores y con los actores, el impacto del público y la prensa en cada presentación… le hace saber que lo extraña, aunque por medio de su obra, él siempre vive en ella.

El sueño de la pareja de procrear se ve desvanecido, el extenuante trabajo de decenas de representaciones que la actriz tenía en el teatro provocan que el deseo de tener un hijo se vea frustrado, pierden “al ruso-alemán”, como ellos le decían al posible heredero. La primera actriz de la Compañía del Teatro de Arte de Moscú queda sin la posibilidad de ser madre, mientras la vida del dramaturgo se extingue en el hospital de enfermedades respiratorias de Berlín.

Tomo tu mano en la mía, se presenta en breve temporasda en el Foro Sor Juana Inés de la Cruz del Centro Cultural Universitario, una apuesta escénica que con la esmerada visión escénica de David Hevia trasciende el hecho anecdótico y biográfico de ambos personajes, quienes vivieron la transición del siglo XIX al XX, una historia de amor sin caricias, ni besos, ni hogar, pero con muchas letras, palabras y frases, un texto que propone imaginar las situaciones y logra transportarnos a ese lugar en el tiempo.

Con Tomo tu mano en la mía, la UNAM concluye el homenaje que se ha hecho a Antón Chéjov, uno de los dramaturgos más importantes del Siglo XX y una figura destacada en las letras universales. La Dirección de Teatro de la UNAM hizo una excelente elección al presentar la dramaturgia de este autor que siempre está vigente ya que sus obras son un referente obligado, aceptado por directores, actores y espectadores.