Por: Colaborador Invitado — 2 de marzo, 2010
“El poeta tiene la imagen literaria, concibe su percepción y la pasa al papel, pero son los grandes actores quienes realmente la conservan, y vive porque muere en el instante. Para mà el actor es el poeta primario; porque, al mismo tiempo que describe en su mente o evoca una imagen, la vive en la mentira, la trasciende; se vuelve espectador-creador de sà mismo es y en el teatro en el único lugar donde se puede realizar esa poesÃa superior. Por todo aquello, el actor vive más allá de todo el espectáculo, el actor es un dios representantes porque otra realidad que no tiene nada que ver con este mundo; Se convierte en un mito de sà mismo”, Juan José Gurrola (1935-2007).
La gente de teatro mientras trabaja finge y sin esto, ¿cómo serÃan capaces de interpretar y caracterizar a todos los personajes que han desfilan durante toda su vida artÃstica?
Asà es Simplemente Complicado, una puesta en escena escrita por la genial pluma del dramaturgo austriaco Thomas Bernard y las actuaciones de Mauricio Davison —interpretando magistralmente a un viejo artista— y Eréndira Reyes, ahora bajo la dirección de Nora Manneck, ya que este proyecto fue el último adiós de Juan José Gurrola en la dirección de la escena mexicana.
Esta pieza que se presenta todos los jueves y viernes hasta el 30 de abril en el Teatro Casa de la Paz, nos plantea, entre otras cosas, la contradicción entre lo simple y lo complicado a través de una historia sencilla que tiene muchos niveles de interpretación aplicables a la forma de ser de casi cualquier individuo, es decir, cualquiera se puede reflejar en este montaje.
En Simplemente Complicado nos trasladamos a una vieja habitación de un edificio antiguo donde vive un actor de 82 años decadente y solitario. En ella hay una ventana amplia que deja entrar un poco de luz; en las paredes se encuentran las marcas negras donde alguna vez hubo cuadros. La estancia está llena de diarios viejos —¿recuerdos de viejas glorias y éxitos?—. Al lado se encuentra la cama y el calentador parece demasiado pequeño para un espacio tan grande. En sÃntesis: abandono y decadencia.
Y de repente el viejo mira a su alrededor y dice: “Ratones… Yo no atrapo los ratones, los enveneno†y entonces, vemos el desfile de personajes que visitan al viejo juglar, al seductor, a la cabeza intelectual del teatro, al virtuoso de las máscaras, al hombre que vio fallecer a su esposa de meningitis hace muchos años, al actor que está solo, esperando la nada.
Tal imagen es simplista y puede resumirse fácilmente: El actor como el genio misántropo, el hirsuto, el solitario, el tÃmido, el artista puro quien sacrifica la vida social en aras de una obra, cuyo valor sólo la posteridad podrÃa reconocer plenamente.
Porque para este anciano confrontado con la pérdida del mundo y la vida, lo que queda son las manÃas, las obsesiones y la terquedad como un preámbulo al final. Aunque para este anciano sea más que una palabra.
Asà es Simplemente Complicado: Un grato recuerdo al quehacer teatral, un homenaje a la vida, un guiño a la muerte y una gran carcajada de agradecimiento por haber vivido, como él, el arte a su manera.
“Sólo se es siempre el producto final de lo que se ha hecho, visto y experimentado. Y cuanto mas intensamente se ha mirado algo, tanto mas se ha alejado uno, lógicamente. Ver más significa huir más lejos, porque se vuelve cada vez mas peligroso. Cuanto más clara se vuelve una cosa, tanto más espantosa resulta. Mientras la lente esta un poco empanada, en general se aguanta mejor”, Tomas Bernhard
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La Obra es genial, el actor me quito el sombrero su actuacion es soberbia, yo la vi con otra pequena Giovanna se llama y tiene una chispa increible
Ojala que vuelvan a montarla porque tiene un profundo mensaje y reflexion.