
Por: Roberto Sosa — 17 de marzo, 2014
¿Qué es Tepito…? Un sitio histórico, un lugar para el comercio informal donde se vende droga y se trafican armas… unas calles para la fayuca y también, ¿por qué no?, es cuna de deportistas, de artistas, de gente trabajadora, noble y fiel a su gente. Quizás nadie sabe bien a bien qué es Tepito…
Para Daniel Giménez Cacho, este emblemático barrio es Safari en Tepito, es un nuevo proyecto que el actor y director estrena en el marco de la XXX edición del Festival Centro Historico Mexico. Una experiencia que se adentra en las entrañas de un lugar emblemático de esta ciudad nuestra donde se conjunta pasado y presente, un lugar de claroscuros donde también se hace teatro…
SOBRE EL EJERCICIO TEATRAL
Safari en Tepito es una propuesta teatral de intervención social, dirigida por Daniel Giménez Cacho, que parte de la programación del XXX Festival Centro Histórico México y es apoyada por la SecretarÃa de Cultura de la Ciudad de México-, está diseñado para realizarse en cualquier barrio estigmatizado por las diferencias sociales y culturales, y en este caso se trata de un laberinto de cuatro historias compartidas entre habitantes de cepa de este mÃtico barrio y cuatro actores adoptados en sus casas durante dos semanas.
El actor Mauricio Isaac se fue vivir 15 dÃas a la casa de la señora Verónica Hernández, en la calle de Aztecas, en el corazón de Tepito. Convivió y participó con la gente del lugar, entre los puestos de mercancÃa, se acercó a los habitantes y compartió sus experiencias. Se llenó del ambiente que rodea la barriada; escuchó y olfateó de cerca los ruidos y aromas del barrio bravo.
En su casa, Verónica y Mauricio interactúan y juntos tejen un texto teatral que surge de la convivencia. Un ejercicio actoral donde los dos compaginan historias de su vida; un recorrido por la memoria de estos dos personajes que se intercambian, para ser escuchados por un pequeño grupo de espectadores que se atreven a ser parte de Safari en Tepito.
Verónica habla de sus padres: su madre murió cuando ella era muy joven y la deja a cargo de sus hermanos, nunca se casó. Su padre vendÃa cocaÃna, ella cortaba los “ladrillosâ€, su papá le decÃa que era queso y ella le creÃa. Mauricio habla del niño interior que descubre cuando se dedica al teatro y evoca un periodo “oscuro†de su infancia cuando su padre no pagó el recibo de luz, vivieron asà durante ocho meses. Los relatos toman forma, los dos se mueven por la pequeña estancia de la vivienda. Mientras tanto, Verónica se da tiempo, sin dejar de hablar, de preparar bocadillos para los asistentes.
Mayra Valenzuela vivió en su domicilio con la actriz Mónica del Carmen. Mayra es defensora de los derechos humanos, especÃficamente de los derechos de la mujer. En un enfrentamiento, recibió dos balazos: en un brazo y otro le penetró un pulmón (se levanta la blusa y muestra las heridas reales). “El que me hirió, es ahora una figura pública, no pude llorar, nadie puede llorar con un pulmón roto…â€, confiesa en este acto de fe que es el teatro que nace de historias reales.
Mónica recuerda ante los asistentes su difÃcil infancia en un pequeño pueblo de Oaxaca. De su madre recuerda el momento cuando fue en su lugar (ella se encontraba en Francia rodando una pelÃcula) a recibir el Premio Ariel en el Palacio de Bellas Artes. “Gracias por este Oscar†–gritó fuerte como si estuviera en un mitin-. A las dos (Mayra y Mónica) las une una causa, una sola voz que nace del fondo de su ser: la reivindicación, la exigencia por los derechos de las mujeres.
De este modo también participan los actores Raúl Briones y Norma Angélica, con sus anfitriones MartÃn Camarillo y Lourdes RuÃz, “La reina del albur”, respectivamente. Esta dinámica conforma la propuesta escénica de Safari en Tepito, basado en el concepto Wijksafari, creado por la holandesa Adelheid Roosen, que en nuestro paÃs dirige Daniel Giménez Cacho.
Safari en Tepito es una provocación, un encuentro con uno mismo. “Un viaje a paisajes urbanos†que se presenta del 13 de marzo al 13 de abril (de jueves a domingo de las 5 a las 9 de la noche). Los boletos están disponibles en el Bar Milán (Milán 18, Col. Juárez y en taquilla del teatro El Milagro) con un costo de 300 pesos.
De una naturaleza muy distinta a lo que convencinalmente se conoce como teatro, Safari en Tepito es una experiencia que rompe con estereotipos y es, sin duda, una de las apuestas más arriesgadas del Festival Centro Histórico México, un acto que su director define como “Safari en Tepito es un espectáculo diseñado para encontrarnos con el otro que ignoramos quién es y por ello nos da miedoâ€, Daniel Gimenez Cacho.
SAFARI EN TEPITO, LA CRÓNICA DE UN VIAJE A LAS ENTRAÑAS DEL BARRIO BRAVO
La experiencia inició a las 16:50 en la estación Lagunilla del metro, ahà arrancó la travesÃa por entre los puestos de mercancÃas del Eje 1 Norte a la calle de Aztecas, casi al cruce con la calle Fray Bartolomé, allà nos esperaba el actor Mauricio Isaac, en el puesto de la señora Verónica Hernández, que está rodeado de otros puestos que ofrecen productos como pantalones, ropa interior para hombre y mujer, discos, playeras y demás chacharas y artÃculos que se pueda necesitar o imaginar.
Todos reunidos caminamos al interior de una unidad habitacional –construidas sobre los predios donde se encontraban las antiguas vecindades, propias del barrio-.Ya en casa de doña Verónica, una de las “7 mujeres más cabronas de Tepitoâ€, inició la representación, con el actor Mauricio Isaac y misma Verónica Hernández.
18:00… Salimos de la vivienda y caminamos por las calles del barrio; sobre Tenochtitlán, hasta la calle de Rivero, al puesto de Don Pipiolo que –con música de danzón– ya nos estaba esperando. Pipiolo vende en su puesto camisas y guayaberas para hombre. Feliz, el hombre invitó a todos a bailar, una vocación de barrio. Al ritmo de cumbia nos pusimos a darle al bailongo, a mitad de la calle.
18:45… Caminamos por las calles, entre los puestos, en esos momentos los comerciantes empezaban a retirar sus mercancÃas “ahà va el golpe…†nos decÃan con su diablos cargados de ropa. Seguimos por Jesús Carranza y entramos a una vecindad que quizá sea la única que sobrevive de aquellas viejas construcciones de su época, se construyó en 1713, este inmueble tiene salida por la calle de Peralvillo, se trata del famoso 15 de Peralvillo. El sitio fue declarado patrimonio cultural de la humanidad por la ONU y hoy está resguardado por el INAH.
Ahà coincidimos con otro grupo de periodistas y con la actriz Mónica del Carmen, nos enseñaron cómo es el saludo tepiteño y nos ofrecieron chocolates con distintas letras, que juntos decÃan: Tepito existe porque resiste.
Salimos por Peralvillo y ahà inició la parte más emocionante de este sui generis Safari, un grupo de motocicletas nos esperaba para continuar el recorrido; cada uno montamos una moto y en hilera nos dirigimos hacia Tlatelolco.
19:15… El grupo de motociclistas arribamos al jardÃn de Santiago Tlatelolco, en el centro del kiosco, una mujer cuenta la historia del lugar, continuamos hacia la Plaza de las Tres Culturas, donde se ubica la estela ¡Adelante! 1968-1993 ¬¬–testimonio de los acontecimientos del 2 de octubre del 68–, nos esperaba la siguiente anfitriona, la señora Mayra Valenzuela, otra de la “7 mujeres más cabronas de Tepitoâ€.
Abordamos las motonetas y nos dirigimos a un templo simbólico de Tepito: La iglesia de la Conchita, ahà está una placa que le recuerda al visitante, el sitio donde fue aprendido Cuauhtémoc en 1521, y dicen que allÃ, los conquistadores le quemaron los pies.
19:30… Con el ocaso caminamos en fila por Tenochtitlán, viramos en Estanquillo y llegamos al domicilio de Mayra, en el 22 de Peralvillo. Ahà las dos mujeres (Mayra y Mónica) nos contaron historias verÃdicas que tienen que ver con los derechos de la mujer, los derechos humanos y sobre todo Mayra hizo énfasis, a cerca de la estigmatización que se tiene del llamado “barrio bravoâ€.
20:30… Trepados en las motos nos llevan por las calles y avenidas del barrio hasta una vieja cancha de frontón en Avenida del Trabajo, cerca de otra famosa vecindad: La Casa Blanca, lugar que inspiró al antropólogo Oscar Lewis, su famosa novela Los hijos de Sánchez.
En el frontón del vecindario nos reunimos todos los que habÃamos participado de una u otra forma en el Safari, aproximadamente 40 periodistas nos vimos juntos hasta este momento. Y al final un convivio, una taquiza en la Asociación de Comerciantes Establecidos, Semifijos y Ambulantes del Barrio de Tepito A.C.
Cuatro horas de Safari por el barrio más emblemático del D.F. y del paÃs, de fama internacional. Una experiencia única, una aventura emocionante y enriquecedora. Al final, de vuelta a la estación del metro, la calle luce desierta, ya no hay gente comprando, ni comerciantes vendiendo, solo están los esqueletos de los puestos, la oscuridad impone en el barrio, es Tepito y no hay lugar que se le compare. Fotos: Ariette Armella.
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