
Por: Susana Fernández — 1 de junio, 2011
“Esta no es una historia sobre un hombre, es una historia sobre la máscara que cubre su rostro, un pedazo de tela cualquiera…â€
Richard Viqueira no es un autor convencional ni mucho menos otorga concesiones con obras fáciles o de lugares comunes, se trata de un creador arriesgado que le apuesta al dinamismo, al ritmo y a la total irreverencia con un sentido rebelde que lo mismo puede tocar la figura de Jesús (El evangelio según Clark) que abordar de forma irónica el culto que existe en la cultura mexicana sobre ciertos personajes que se amparan en el anonimato ocultando su rostro.
Careo es un espectáculo unipersonal, escrito y dirigido por el propio Viqueira, que de forma atrevida aborda la vida de una máscara, de un simple pedazo de tela que cubre el rostro de un hombre en distintas etapas de su vida y que en la interpretación del autor se convierte en el hilo conductor de una reflexión sobre la identidad y de cómo las personas han aprendido a conducirse en la vida a través de la utilización de diferentes caretas.
En este caso y dando un revés al conflicto clásico de escudriñar en el hombre sobre la posibilidad de sus múltiples personalidades, Careo va mostrando esa diversidad del ser humano que lo lleva a no tener una identidad concreta, es asà que en una muestra de gran esfuerzo fÃsico e interpretativo, Viqueira –quien también es el protagonista– sitúa el espectador alrededor de una especie de ring, donde el personaje anónimo se convierte lo mismo en un niño que enfrenta el circo de la ciudad en cualquier semáforo de la calle (dando vida a esos personajes fársicos con cara de varios ex presidentes) hasta el demonio o santo que todos llevamos dentro, un desfile de nombres como el Sub Marcos o Blue Demon, Ãdolos que rondan el imaginario colectivo.
Haciendo gala de esa mÃstica que debe poseer todo actor para llevar al público al contacto con seres imaginarios, el llamado “kamikaze del teatro†muestra su calidad histriónica y disciplina escénica al desplazarse por un escenario minimalista que lo mismo se convierte en set de cine, sala de urgencias, coliseo o desolladero surrealista apoyado por el ingenio técnico de Jesús Hernández, Ismael Carrasco y Gonzalo Jacobo Galicia.
Se trata de un ejercicio que reclama gran compromiso de quien interpreta y que puede variar radicalmente según el estado de ánimo de quien se ubica en la butaca, ya que con previa advertencia y carta compromiso firmada para liberar de todo responsabilidad de infartos o ataques de histeria, se sitúa a 11 “espectadores privilegiados†sobre la plataforma escénica, 11 cabezas al borde de la experiencia… 11 voluntarios dispuestos a perder la cabeza que se convierten en partÃcipes activos de un intenso juego que hace sentir la adrenalina y transcurre como en montaña rusa: no has terminado de recuperar el aliento cuando ya ha terminado.
Es asà que la concepción dramática le otorga al partÃcipe de este cuadro escénico un papel preponderante y es Richard Viqueira, quien toma la decisión de hacer con ellos una total provocación donde una sierra eléctrica, una soga de ahorcado o un animal espeluznante ponen literalmente “la carne de gallinaâ€â€¦ lo más sorprendente es ver como a pesar de todos los horrores, no hay quien abandone el juego, no hay quien dude de la confrontación con las identidades.
“El espectador, como el actor, tiene todas las posibilidades que otorga la realidad para poder trabajar con ellas y esas posibilidades pueden ser desde lo más sutil hasta lo más tremendo; en tanto, es un juego en el mejor de los términos, en el juego todo se vale. A pesar de que hay reglas siempre hay posibilidad de romperlas y eso es lo que buscamos con la obra, que el espectador también tome esas decisiones y reaccione con respecto a estoâ€, Richard Viqueira.
Si se está dispuesto a experimentar un Careo al extremo, la propuesta de Viqueira es la opción infalible, un texto para personalidades bien definidas, sin falsas identidades. Un espectáculo agudo para arrancar con enjundia el fin de semana.
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ASOMBROSO Y ORIGINAL EL TRABAJO REALIZADO EN ESCENA.. FELICIDADES…