Resonancias, lecciones de amistad para olvidar

Por: Colaborador Invitado — 16 de febrero, 2010

Te suena conocida la frase: “Con esos amigos… para que quiero enemigos”. Pues bien, este dicho popular sintetiza la genialidad de Resonancias, una divertida puesta en escena escrita y dirigida por Héctor Mendoza, que plantea las mentiras y las verdades de la amistad.

Resonancias, escrita en el 2009, es el resultado de un año de proceso creativo que se estrenó el pasado 4 de febrero y se presenta de jueves a domingo –hasta el al 28 de marzo– en el Teatro Santa Catarina (Jardín Santa Catarina 10, Coyoacán).

Con un historia planteada en dos tiempos —mentiras y verdades—, esta propuesta es llevada a escena por un grupo de actores de la Facultad de Filosofía y Letras, alumnos de la cátedra de actuación del maestro Mendoza y para quienes escribió esta obra.

Héctor Mendoza se ha destacado en el quehacer teatral como dramaturgo, director y profesor, se le ha considerado uno de los precursores del teatro de vanguardia en México. A lo largo de su docencia ha preparado a varias generaciones de estudiantes de teatro, entre los que han destacado algunos como actores, otros como directores.

Con las actuaciones de Francisco Buenrrostro, Pablo Castel, Paulina Figueroa, Antonio Guadalupe, Michelle Rogel y Vicente Segura, Resonancias establece que toda relación de amistad es abierta y generosa, sin embargo, al final de cualquier historia, esto no es verdad; porque, en la mayoría de los casos, siempre habrá algún tipo de interés en cualquier relación. ¿O alguno de ustedes ha hecho amistades sin interés alguno?

Y bueno, la historia gira como las canciones rancheras, con tres amigos (de diferentes condiciones sociales), uno de de los cuales sufre de mal de amores y aunque los otros dos tratan de ayudarlo —sabiendo de antemano que es más fácil abrir otra botella de tequila para olvidar el “mal”—, al final el primero parece llegar sin remedio a un trágico fin.

Finalmente, Jerónimo y Liborio, los amigos vivos, se separan ¿será por qué en una relación amistosa se necesita reciprocidad y sin ésta no hay tal relación? Sin embargo, después de cierto tiempo y por diversas circunstancias los vivos se vuelven a reunir, al igual Eleazar, el muerto, sólo que ahora en forma de fantasma, para revelar sus sentimientos.

¿Qué significa este acontecimiento? Para los personajes no sólo es un punto para la reflexión sobre la existencia de los fantasmas, ya que aun a sabiendas de que no existen, les generan miedo y remordimiento por aquel hecho que no pudieron evitar.

Así comienzan a hablar, de los deseos ocultos —de esos que todos escondemos y que no nos atrevemos a decir— que mantenían esa amistad a través de diálogos ingeniosos y llenos de gran humor y sarcasmo; donde salen a relucir las verdades y mentiras, complicando las relaciones entre ellos y finalmente provocando la ruptura definitiva.

En el transcurso de Resonancias muchas son las frases escritas por el maestro Mendoza que, en voz de los actores, atraviesan como flechas en la conciencia de los espectadores. Basta mencionar las siguientes: “Una buena amistad debe nacer de la verdad”, “Los verdaderos amigos se perdonan todo” y “Hay amigos que más valdría no tenerlos”.

O es que como dice Héctor Mendoza: “Soy un mal amigo… y he querido en esta comedia dejar al descubierto las razones egoístas de los tres amigos que conforman esa amistad, valiéndome para ello de la existencia fantasmal de uno de ellos“.