Por: Arturo Carrasco — 18 de abril, 2013
¿Quién es Quiela? Quiela es una palabra, una persona, una vida, una historia, ¿qué historia? Una de tantas por ejemplo de amor, pero no de ese amor que termina en el “vivieron felices por siempreâ€, no, sino del amor real, ese que después de vivirse, uno se pregunta ¿qué sigue?
Basada en el libro Querido Diego te abraza Quiela, de Elena Poniatowska, Quiela es una apuesta en escena de Guillermo León que relata la historia de Angelina Beloff la primera mujer de Diego Rivera y con quien el pintor pasó sus años mientras se encontraba en Francia.
“Esta obra es un homenaje a las mujeres del pasado y del presente, pero sobre todo a esas mujeres guerreras y modernas como Elena Poniatowska, Angelina Beloff e incluso Mireya Cueto, que siempre han marcado su propia lÃnea de vida, abriéndose camino y dejando huella”, Guillermo León.
Aunque uno podrÃa pensar que por lo anterior la historia girarÃa en torno al pintor mexicano y la relación que tuvo con esta joven, con quien compartÃa su amor por la pintura, el primer acierto de la obra fue ir más allá y centrar su mirada en Angelina y su propia historia que va del amor pasando por la desdicha, resultado de la tortuosa relación que mantuvo con el complejo hombre que fue Rivera, hasta el infortunio para finalmente encontrarse consigo misma y, por qué no, ser feliz por la vida vivida.
Digo primer acierto porque la obra en su sincretismo de intimidad hacia la vida de Angelina, tiene muchos otros elementos que la favorecen como el hecho de haber elegido a la bella actriz Odille Lauria para encarnar a la protagonista.
Gracias a su talento que lo mismo le sirve para cantar y bailar que para desplegar en el escenario todo el cúmulo de sentimientos que su personaje vive no sólo por haber sido abandonada y estar cerca de la mendicidad sino, sobre todo, por haber perdido a su pequeño hijo a causa de una enfermedad.
Mediante su actuación Odille es capaz de hacer sentir al público que la observa una gran identificación con su personaje al grado de que, sin caer en el sentimentalismo absurdo de las telenovelas, uno sea capaz de decir “maldito panzón†tal como lo hizo la persona que se encontraba a mi lado durante la obra.
“De pronto tenemos una idea de las mujeres del siglo pasado como personas arcaicas y avejentadas, cuando en realidad fue una época decisiva en la que hubo mujeres como Angelina Beloff, que en muchas cosas se adelantó a su tiempo y aun en el desamor, construyo una vida de grandes aportaciones artÃsticas y culturales”, concluyó”, Odille Lauria.
Debido a que la obra tiene en la fuerza interpretativa de Odille su principal capital es que no fue necesario contar con un escenario que hiciera uso de varios recursos para apoyar su actuación, sino que más bien se optó por un espacio sencillo, en cuyo centro se encontraban una maleta y una silla, una atmósfera donde predominaba el uso de de luces que fueron acompañando cada uno de los diversos estados de ánimo expresados por la actriz.
Quiela es dirigida por este joven dramaturgo ganador del premio de dramaturgia Gerardo Mancebo del Castillo, quien buscó mediante esta obra revalorizar la idea de las mujeres del siglo pasado, como la propia Angelina, y darles su justo lugar en la historia con el fin de evitar verlas sólo como seres dependientes sino como persona, que como cualquier otra son capaces de reponerse de los problemas y reconstruir su vida, lo cual puede servir de ejemplo para muchas personas sin importar su sexo.
A este gran trabajo de Quiela le quedan únicamente dos funciones: viernes 19 y 26 de abril, en el Teatro La Capilla (Madrid 13, Coyoacán) para después embarcarse en una gira por Francia y continuar ahà con su exitoso trabajo. El teatro es un arte vivo, mantengámoslo asà disfrutando de este intenso trabajo que se entrega sin medida.
“La historia de Angelina Beloff es el relato de una caÃda hacia la soledad. Desde el abismo, Angelina, Quiela, escribe un rÃo de letras sin respuesta, ahogada por la indiferencia de aquel a quien ama. Pero del fondo de la decepción amorosa emerge la posibilidad de la toma de conciencia. El duelo como movimiento hacia la vida. Quiela toma su vida en sus manos y logra cumplir con su sueño primero: ser artista en el dinámico y solar México posrevolucionario”, Guillermo León.
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