
Por: @Sujey Rodriguez — 27 de agosto, 2015
“Por más maltrecho que esté el papel de nuestra vida, siempre podemos volver a escribir una mejor historiaâ€
Hace un año que Palimpsesto subió el telón y nos presentó a: Eliseo, Eréndira, MalaquÃas y a MalaquÃas tercero. Es al Festival Dramafest (Festival Internacional de Dramaturgia Contemporánea) y a Itzel Lara, dramaturga, que le debemos el texto de esta obra.
A Carlos Corona le agradezco, la dirección y su actuación como Eliseo, a Carmen Ramos y Sara Pinet les refrendo mi admiración por su entrega en el escenario interpretando en esta ocasión a Eréndira y a MalaquÃas, respectivamente.
Debido al éxito que tuvo en DramaFest 2014, es que Palimpsesto ha tenido varias funciones en diversos escenarios y en está ocasión es el Foro La Gruta que se deja habitar por estos tres personajes que nos comparten una buena y divertida historia que nos descubre que amar también es aceptarse a pesar de todo, incluso de la ausencia.
Eliseo y Erendira llevan años separados, lo que los delimita es… una calle. Tan inverosÃmil y tan graciosa es esta propuesta, pero tan real cuando el miedo nos paraliza y nos impide salir de nuestra zona de confort.
Sin embargo la determinación de Eréndira para que MalaquÃas conozca a su padre la lleva a cruzar la calle y decirle que un padre tiene que estar cerca de su hijo y hacerse responsable de su familia.
Con ese carácter determinante y enérgico que tiene Carmen Ramos, hace que Eréndira luzca fuerte y segura, a pesar de sus miedos y ataduras psicológicas; Carlos Corona por su parte, imprime un aire de inseguridad perfecta a su personaje, Eliseo, quien es un hombre con una vida estructurada, sus dÃas han transcurrido encerrado en su casa, aprendiendo a ser narcoléptico y quedarse dormido en cualquier momento, además de tejer, básicamente, chalecos; mientras que Sara Pinet le da vida a MalaquÃas, un pequeño y muy singular personaje, con un detalle que lo liga a sus padres, también teme salir al exterior.
El viaje que emprenden juntos como familia es una muestra de que al cuidar lo que amamos, hacemos muchas cosas por tratar de conservarlos, aunque esto implique romper estructuras programadas, añejas y hasta tóxicas.
Palimpsesto es uno de esos manuscritos antiguos que conservan huellas de una escritura anterior que fue suprimida. Al igual que un papel que ha tenido letras y éstas han sido borradas, asà nosotros, por más que nos reescribamos de nuevo y dejemos atrás palabras que hoy nos avergüencen o no querramos voltear a ver, ahà se quedan, permanecen al fondo, haciéndonos recordar lo que fuimos pero que a pesar de eso pudimos volver a escribir en ese papel maltrecho y borroneado, porque siempre tenemos la oportunidad de reinventarnos, de rehacernos.
En fin, este texto de Itzel Lara es una de esas –pocas– obras bien llevadas a escena, que además de entretenernos nos dejan una buena moraleja: soltar, amar, aceptar y emprender un camino nuevo, aunque vayamos con un poco de miedo por lo que pueda pasar. No se la pierdan, Palimpsesto se presenta los lunes (hasta el 5 de octubre) en el Foro La Gruta del Centro Cultural Helénico, una concepción teatral con la dirección de Carlos Corona que toma como punto de partida el trabajo de la fotógrafa Diane Arbus, quien fija su lente con amor donde los ojos de la mayorÃa miran con asco o rechazo.
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