
Por: Josué Romero — 9 de marzo, 2015
En los escenarios de cualquier teatro no hay nada más contestatario y de vanguardia que el teatro-cabaret, porque allÃ, como en ningún otro lugar, nadie se salva. Este género siempre lleva una vituperio mordaz con un alto contenido polÃtico, social e, inclusive, ideológico.
En este escenario teatral nadie sale limpio. La crÃtica es contra todos, particularmente con aquellos que ostentan el poder. El cabaret es, pues, una detracción al sistema, a las instituciones, a los opresores, a los privilegiados y al establishment en su conjunto. En suma, cuestiona, señala y pone en evidencia las fallas del sistema y de los poderosos, todo por medio del ingenio y el humor, sin miramientos ni complacencias.
Y asÃ, sin ninguna conseción, la compañÃa Clandestinas Cabaret conformada por Ana Mungaray, Itzel Lapizco, Berenice Nava y Eunice Rocha, presentan Ni muy allá, ni muy acá pero cerquita, una propuesta inspirada en la Alemania de los años veinte y treinta que desnuda y desenmascara los acontecimientos de un pueblo que ha sido vÃctima de una maldición milenaria que es controlado por la televisión y conecta al respetable con la realidad a través de la música, los bailes y folletines perspicaces que enmarcan una irónica sensualidad.
Como toda buena obra de teatro-cabaret, los personajes son estereotipos llevados al extremo. En este sentido, todo comienza en 2014 con la llegada de un héroe guapo y copetón que viene a salvar al pueblo de todas sus desgracias, ¿les recuerda a alguien queridos lectores de Interescena?
Sin embargo, nuestro héroe más que gobernar lleva al paÃs al lÃmite. Rodeado de un séquito de aduladores, colaboradores y consejeros —como aquél personaje chaparro, pelón y de grandes orejas de ratón que por alguna extraña razón alzaba los brazos como si declamara— expone un México de escándalos amorosos y de casas que nadie sabÃa que existÃan pero como burla de una cÃnica y descarada clase polÃtica son piezas claves en la lucha por el poder.
Asà pues, con la música en vivo a cargo de Marco Loredo y bajo la dirección de Alberto Rosas, las clandestinas se rolan papeles para ser pueblo, brujas agoreras que predicen el futuro, directores, asistentes de telenovelas, o hasta el mismÃsimo héroe copetón, exponiendo verdades que si bien divierten, también toca un tema bastante cruel que como dice el refran del sabio Chespirito, sin querer queriendo, entre risas y momentos hilarantes toca heridas que aun cuando sangran, se postergan hasta llegar al olvido.
Parodias que transmiten al espectador a una farsica realidad que devela posiciones y embrollos caoticos de un paÃs bastante conocido por este público que mientras rie, reflexiona y casi llora al acordarse donde es qué vive.
En suma, Ni muy allá, ni muy acá pero cerquita es una puesta en escena que se lleva las palmas no sólo por recuperar los elementos del cabaret —personajes llevados al extremo, identificación del “enemigo†y un discurso bien estructurado y congruente que logra un acertado equilibrio entre el humor y la crÃtica—, sino también, por generar conciencia, informar al espectador, hacerlo reflexionar y, dentro de lo posible, invitarlo a ejercer alguna acción.
Queridos lectores de Interescena, sin miramientos y sin complacencias no se pueden perder esta puesta en escena. Como ya saben habrá música en vivo, bailes, ironÃa, sarcasmo y sátira, además, cuatro hermosas mujeres que ya se atrevieron a denunciar ¿y tú, te atreverás a actuar?
Acompañen a Clandestinas Cabaret que presentan Ni muy allá ni muy acá pero cerquita en el Foro La Gruta del Centro Cultural Helénico todos los domingos hasta el próximo 3 de mayo… En verdad se las recomiendo, además, dicen que la leyenda cuenta que si se la pierden les saldrá un hijo copetón ¿será?
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