Teatro

Mujeres soñaron caballos, el trabajo de Daniel Veronese en la escena mexicana

Por: Aracely Cortés — 22 de mayo, 2009

Daniel Veronese dirige Mujeres soñaron caballos en el Teatro El Galeón, Mayo 2009 Aunque en el ambiente hay toda clase de sustancias, enfermedades y virus que pueden causar epidemias hay algo que ha determinado el comportamiento humano, las relaciones humanas y por lo tanto el devenir de la especie, tal y como lo dice Lu, personaje interpretado por la actriz Ana Zavala: “Hay algo en el ambiente, la violencia está en el aire”.

Es justo la violencia en las relaciones familiares entre hermanos y de pareja lo que nos muestra Mujeres soñaron caballos, último trabajo de la compañía Teatro Línea de Sombra dirigido por el argentino Daniel Veronese.

Tres hermanos mostrándose como hombres, como parte de una familia y cada cual con su relación de pareja y una reunión es la razón para mostrar uno a uno los personajes y con ellos sus actitudes patéticas. Además de una comparación por otro de los personajes con las similitudes que tenemos los humanos con las ratas.

Las parejas de los hermanos son reflejo de las circunstancias de vida en la que se encuentran las mujeres, tan reducidas, sucias y desagradables como la pequeña sala donde se pretende llevar a cabo una cena que finalmente nunca llega.

Daniel Veronese dirige Mujeres soñaron caballos en el Teatro El Galeón, Mayo 2009 Las potentes actuaciones de Rosa María Bianchi, Arturo Ríos, Antonio Vega, Arturo Barba, Sophie Alexander Katz y Ana Zavala, en sus diferentes diálogos dejan ver las miserias humanas y todas las limitantes de las que las sociedades actuales nos imponen impidiendo un desarrollo libre.

El lenguaje es sencillo y permite al público adentrarse y poder seguir la obra sin mayores complicaciones, sin demeritar en nada el movimiento escénico que se da sobre una escenografía reducida pero comprensible porque refleja una especie de hacinamiento que más allá de la cercanía física muestra la dificultad de separarse de un medio violento.

Daniel Veronese dirige Mujeres soñaron caballos en el Teatro El Galeón, Mayo 2009 La relación de los sueños sobre diferentes tópicos muchas veces corresponden a proyecciones sexuales, siendo la sexualidad parte imprescindible de nuestra naturaleza. La inspiración de la obra está en el concepto de un sueño con caballos, que se puede descifrar como deseos sexuales que quieren aflorar. Por otro lado el suicido inexplicable de caballos y lleguas que se tiran al vacío, caracterizados por algunos personajes no visibles, dan pie a desarrollar la historia: caballos y un ponny.

Mujeres soñaron caballos fue estrenada en el marco del Festival del Centro Histórico en abril pasado y continua presentándose hasta el 14 de julio de 2009, de jueves a domingo, en el Teatro El Galeón del Centro Cultural del Bosque.

El abolengo del dramaturgo Daniel Veronese es reconocido por su trayectoria de hacer teatro de vanguardia, con conceptos innovadores que permiten presentar una mezcla de actuaciones y técnicas que dan como resultado en este caso un trabajo que hay que ver.

2 respuestas a “Mujeres soñaron caballos, el trabajo de Daniel Veronese en la escena mexicana”

  1. MARY dice:

    los personajes son muy intensos, en todo momento nos ponen chinita la carne, es un escenario pequeño, y asi de pequeño se muestran los sentimientos, la fidelidad, etc.

  2. Fue un privilegio poder ver Mujeres soñaron caballos en el Teatro Experimental de Guadalajara. Así con en los años cincuentas y sesentas se escribieron melodramas para el cine mexicano, también se escribieron para el teatro; está en escena Las Alas del Pez en ciudad de México de Sánchez Mayáns. En ese tiempo se hablaba de relaciones familiares en una ciudad en desarrollo. Cincuenta años después la obra de Veronese es un magnífico ejemplo de escritura sobre la violencia de las relaciones familiares en las grandes ciudades desarrolladas. Obra de seis personajes, donde seis sólidos actores Rosa María Bianchi, Arturo Ríos, Antonio Vega, Arturo Barba, Sophie Alexander Katz y Ana Zavala,interpretan el ruído y las confusiones en la convivencia de tres hermanos y sus parejas. Existen connotaciones sexuales e incestuosas. La acción acontece en un espacio mínimo, el público es testigo de la batahola familiar. A los espectadores nos inmiscuyen, participamos mudamente de esta denudada realidad.
    Gabriel Canales.

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“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.