Mermelada cada tercer día, un interesante homenaje a la obra de Lewis Carroll

Por: Arturo Carrasco — 16 de julio, 2016

“Alicia tendrá que enfrentarse a la sobrevivencia de una infancia donde la mermelada pierde su dulce sabor…”

Uno de los pasajes más llamativos y enigmáticos de Alicia en el país de las maravillas, de los muchos que contiene, es aquel donde Alicia se encuentra tomando el té con el sombrerero loco y la discusión que tienen.

Si lo pensamos bien, el hablar de la mermelada y cada cuando se sirve no es una cuestión banal, sino que puede tener muchas interpretaciones y visiones, tantas como las que se quiera dar, una de ellas, por ejemplo, es la que nos brinda la dramaturgía de Ana María Aparicio y Ariadna López, quienes a partir de la obra de Lewis Carroll nos presentan un proyecto llamado Mermelada cada tercer día, un breve pero sustancioso homenaje a este texto que este año cumple 150 años de haberse publicado.

Bajo la dirección de la propia Ana María, Mermelada cada tercer día nos relata la historia de Alicia, una pequeña de once años quien ante las carencias que vive su familia y obligada por sus padres sale todos los días a vender galletas en la calle.

“La propuesta estética consiste en unir al mundo surrealista y fantástico de Carroll con la realidad gris de una ciudad y en conjuntar lo clásico de aquella época con la modernidad de hoy, pero sin caer en anacronismos. Decidí jugar con un espectáculo que uniera la magia y el ilusionismo dentro del teatro. Así que uní a un grupo de actores, músicos y magos-ilusionistas para crear esta combinación casi esquizofrénica, mágica y muy real”, Ana María Aparicio.

Un día, en el que no logra vender ni una sola de sus galletas, Alicia conoce a un enorme conejo el cual le roba su canasta, situación que será el inicio de un giro total a su vida. Con la intención de recobrar sus galletas, Alicia persigue al conejo a través de una alcantarilla que, al ingresar a ella, descubre un mundo donde habitan personajes de lo más estrafalarios con los cuales vivirá situaciones extraordinarias y bastante incoherentes.

Dentro de este mundo al que ha llegado Alicia, se encuentra un hermoso jardín cuyo color y brillo recuerda la deliciosa mermelada y se mira en una ventana que como espejismo desaparece.

Las aventuras que vive Alicia en este mundo delirante la llevarán también a conocer a una extraña Reina (la Reina blanca en la historia de Carroll) que gusta de abusar de los demás sin el menor de los remordimientos, un extraño personaje que someterá a Alicia a un absurdo juicio que le permitirá aprender una gran lección sobre ella misma.

Mermelada cada tercer día, no es una copia o algo parecido, va más allá de esto, se trata de una versión donde Ana María Aparicio brinda su propia estética y ofrece al espectador una interesante e innovadora propuesta que además de contar con un importante talento artístico, y una bien lograda dirección que logra un ritmo bastante acertado, se apoya en tres elementos que vale la pena destacar: el videomaping, el vestuario y el ilusionismo, ingredientes muy bien utilizados que sirven para dar vida a este mundo maravilloso que la protagonista descubre en ese contexto tan urbano como son las alcantarillas.

Además de estos elementos, el montaje se apoya en la música y sobre todo en el elenco que participa en esta propuesta artística, un buen equipo actoral conformado por Melanie Borgez, Fabiola Mata, Eduardo Carranza, Josué Domingo, Guillermo Henry y la propia Ana María Aparicio.

Mermelada cada tercer día, se presenta los sábados y domingos en el Teatro La Capilla, un proyecto de Teatro en Fuga, grupo independiente dedicado a las artes escénicas que indaga en una poética mágica a través de explorar el arte del ilusionismo.