
Por: Colaborador Invitado — 14 de marzo, 2011
La tarde del 6 de marzo, estaba sellada de sol. El ir y venir de los paseantes por las calles del Centro Histórico se confundÃan con los pasos apresurados de quien deseaba llegar a tiempo al Palacio de Bellas Artes. El sueño de una tarde de domingo en la Alameda. Las 17 horas sonaron en el reloj de la Torre Latinoamericana y con esto dio inicio la función de Las mil noches y una noche; la imaginación voló con los relatos y la magia que llenaron el recinto cultural más importante de México.
El telón se levantó y apareció su figura, el aplauso del público lo arropó, con una caravana agradeció la ovación. Ahà estaba el hombre, el escritor, el novelista, el dramaturgo, el intelectual, el que ha ganado todos los reconocimientos en el mundo de la literatura hispanohablante. Premio Biblioteca Breve, Premio de la CrÃtica, Premio Internacional Rómulo Gallegos, Premio Cervantes, Premio PrÃncipe de Asturias, el PEN/ Nabokov, el Grinzane Cavour y en 2010 el máximo galardón, el Premio Nobel de Literatura; el señor Mario Vargas Llosa.
Lo acompañó en el escenario la actriz peruana Vanessa Saba, para que juntos nos llevaran con sus relatos, al mundo mágico y misterioso de Las mil y una noches. La música en vivo nos transportó por lejanos lugares del Medio Oriente; la escenografÃa recreó con todo lujo y con todo detalle, el aposento en el Palacio del rey Sahrigar. Al fondo del escenario se proyectaban imágenes que complementaron el espectáculo: caravanas cruzando el desierto, genios dentro de un pozo, aves surcando el cielo, cada relato fue ilustrado con una imagen, el recurso de la multimedia bien utilizado vino a enriquecer la obra.
La puesta en escena no pretendió mostrar a un Mario Vargas Llosa como el gran actor que interpretarÃa una tragedia o con un personaje complejo lleno de matices, no, nada de esto. Desde el inicio se notó que pararse en un escenario como el Palacio de Bellas Artes, lo confrontarÃa (desde luego no tiene las tablas de los grandes histriones), pero sabÃa donde estaba su lugar, sus parlamentos y lo realizó correctamente, con categorÃa, con aquella personalidad que acompaña a éste gran hombre de las letras universales.
El autor, que de niño quedó cautivado como millones de lectores con los cuentos de Las mil y una noches, ideó llevar a escena 13 cuentos del libro, la primera representación se realizó en España hace dos años y en esta ocasión le tocó al público mexicano ver la actuación del escritor.
El espectáculo consistió en los relatos que Sherezada le platica todas las noches a su esposo y señor el rey Sahrigar, con la amenaza de ser decapitada al amanecer, ella sabe que al aceptar ser la esposa del monarca, será ejecutada a la mañana siguiente de su boda; Sahrigar ha impuesto ésta fatal costumbre, como venganza contra las mujeres, ya que fue engañado por su primera esposa, cuando se encontraba fuera de su reino. Pero Sherezada intenta terminar con el baño de sangre, y noche a noche le platica un relato que deja inconcluso en el momento más interesante, logrando con esto, que el soberano posponga la ejecución, y asà transcurren Las mil noches y una noche.
Mario Vargas Llosa y Vanessa Saba, se subieron al escenario de Bellas Artes como actores y narradores de los cuentos que el propio Mario escribió basado en los relatos de Las mil y una noche. Los escogidos fueron entre otros: El rey Sahrigar y su nueva esposa, El prÃncipe melancólica, La princesa Budur y los astrólogos, El milagro del falso astrólogo, La princesa Budur cambia de sexo, Un fin que es un principio, Amores prohibidos, hasta llegar a La última noche es la primera noche, que en la fábula, se cuenta durante casi tres años, al cabo de este tiempo, el sanguinario monarca le perdona la vida a su bella esposa, para dar inicio a su verdadera luna de miel.
Bajo la dirección de Luis Llosa, Las mil noches y una noche, se presentó en el Palacio de Bellas Artes, dentro del programa de intercambio cultural Viva México y Viva Perú, y que trajo al Premio Nobel de Literatura 2010, a diferentes actividades en la Ciudad de México.
Solamente el autor de una versión teatral de los relatos clásicos Las mil y una noches, pudo concebir un final magistral: Vargas LLosa escribiendo al aire la frase que invita a seguir el enigma que se encuentra en las palabras que atrapan a cualquier lector: “habÃa una vez…â€. Fotos: A.L. CONACULTA.
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