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Por: Paola Zamora — 6 de junio, 2013
“Las únicas personas que me agradan son las que están locas: locas por vivir, locas por hablar, locas por ser salvadas”, Jack Kerouac
La vida no es fácil, dicen que la muerte es mucho más simple y menos complicada que nuestra propia existencia en la Tierra, dicen que cuando mueres puedes ir al cielo o al infierno, dependiendo de tus creencias y tus acciones.
Yo, en lo particular, no creo en tales situaciones, sin embargo si creo que llega ese momento en que las acciones y sus repercusiones se valoran y se reflexiona sobre lo hecho en vida, incluso se juzgan.
La Vie, un espectáculo de Les 7 Doigts de la Main, es básicamente eso, un espacio desconocido donde las acciones son juzgadas y el recuento de los daños personales y públicos se hacen evidentes.
Es el purgatorio el lugar, un limbo bastante diferente de donde los integrantes intentarán escapar y con imaginación, destreza y habilidades encontrar la salida, porque cualquier lugar de expiación es mejor que éste donde se recuerda como se malgastó el tiempo y como se dejaron ir las oportunidades de la felicidad.
La compañÃa circense, Les 7 Doigts de la Main es una de las más famosas en el mundo gracias a su propuesta de destacar el trabajo de los artistas y sus habilidades para crear magia en el escenario y asombrar a los espectadores con coreografÃas, acrobacias y talentos únicos.
Es una combinación de magia y teatro que ha llevado a la escena propuestas como Loft, Traces, Psy, Projet Fibonacci, Patinoire, A Muse, Séquence 8 y por supuesto La Vie, proyectos que han demostrado la calidad de esta compañÃa canadiense a tal grado de diseñar producciones especiales para el jubileo de la Reina de Inglaterra y participar en las ceremonias de los Juegos OlÃmpicos de Invierno en TurÃn y Vancouver.
Les 7 Doigts de la Main es el nombre de esta troupe fundada en Montreal en el año 2002, el cual se traduce literalmente como “Los siete dedos de la mano”. Término utilizado en el idioma francés para describir diferentes partes aisladas que unidas se mueven en coordinación hacia un objetivo común. ¡Y qué objetivo en común! Presentarse por primera vez en el escenario de El Plaza Condesa en el primer ciclo de “Veranos en el Plaza, la otra cara del teatroâ€. Una corta temporada, del 5 al 16 de junio, donde todos los excesos tienen cabida.
Los locos, lo que buscan vivir, los que anhelan un poco más de tiempo, los de las decepciones amorosas o los despistados que están ahà por error, hacen de La Vie, algo rico y divertido. Un montaje que trata el tema de la muerte con mucho humor, donde “siempre hará falta tiempo para vivir y sentirâ€.
Isabelle Chasse, Shana Carroll, Patrick Léonard, Shane Faon, Snider Gitana, Sébastien Soldevila y Samuel Tétreault son los creadores y las mentes creativas detrás de esta obra que no le pide nada a los grandes circos, esta propuesta es diferente y se nota en cada una de las escenas. Una puesta en escena que no necesita más que siete artistas, uno a uno describen sus problemas a través de malabares, acrobacias en el aire, coreografÃas llenas de pasión, música y mucha diversión.
DJ Pocket le da música a la escena y sobre todo incita a los asistentes a sentirse parte de este espectáculo donde cada personaje presenta su locura, su desesperación, sus ganas de hacer lo imposible para salir de ahà y obtener un poco más de vida.
Contorsiones en al aire y piso, demostraciones de fuerza y seducción, melancolÃa y humor fueron las elementos que se empezaban a sentir en los primeros actos de este ensamble. No sólo los integrantes hicieron de esta primer función algo especial, el juego de luces fue simplemente fantástico, ya que las figuras en el aire, se reflejaban en uno de los muros del inmueble y con los movimientos lentos y pausados, las imágenes llenaban inmediatamente de asombro al público.
La magia del circo no se olvida en ninguna de las pequeñas historia que se cuentan, la fuerza del lÃder Sébastien Soldevila y su interacción con el público, hacen que la esencia del mismo se sienta natural y no forzada, asà con la combinación de cabaret, La Vie tiene más potencia visual y de contenido.
El deseo, la lujuria, la pasión y –si se me permite–, el amor, se hacen evidentes con las mujeres involucradas. Unas explotando su lado más sensual y erótico, donde a veces eso no es suficiente para vivir, otras ingenuas que desconocen su capacidad de seducción y que caen en el ridÃculo, en sentido humorÃstico claro está, y las amorosas, aquellas que la vida se les va en amar sin medida.
Tres actos que se llevan las palmas de los espectadores, no sólo por la capacidad fÃsica que requiere la destreza en el aire con cadenas o el talento para bailar y provocar pasiones opuestas en un solo compás, sino la empatÃa y el poder de transmitir esos sentimientos de impotencia, de ver cómo se te escurre de las manos tu vida y de que no puedes hacer nada más que reÃr porque llorar no está permitido, no arreglarÃa nada… AsÃ, una a una van aceptando su destino en el purgatorio, donde ya nadie puede salir porque los errores cometidos han sido juzgados.
Más allá de la melancolÃa y tristeza que estos actos generan, la propuesta se inclina por la diversión y en ella la reflexión. Cada acto hace referencia a la cultura mexicana, cosa que es diferente en cada paÃs que la compañÃa visita, pues no se trata de dar el mismo show a todos, si no hacerlos partÃcipes de la misma. Humor negro es lo que abunda en las conversaciones entre el público y el lÃder del purgatorio, humor, humor y más humor pero la reflexión viene al final de cada historia contada por los artistas.
En cada acto puedes notar lo alejado que están las historias pero, con un toque de locura y gracia encuentras que se relacionan entre sÃ. A veces los sentimientos menos pensados son los factores de unión entre las personas. No todos pueden salir, sólo unos cuantos, aquellos que en verdad disfrutaron la vida en el presente y no vivieron en el pasado o en el futuro.
Los que ahora están siendo felices no tienen nada de que arrepentirse pues ellos no pisarán el purgatorio, ellos irán a otro lado, como el chico Patrick Léonard, quién cae ahà por accidente pero a medida que avanza la obra, se da cuenta que ese no es tan mal lugar y que con ingenio puede librarse, sin embargo, su destino no era estar ahÃ, más bien es una segunda oportunidad para aprovechar al máximo su vida.
Ese es el mensaje que se da al final de esta propuesta de Les 7 Doigts de la Main, después de haber reÃdo con los tropiezos de los recién llegados, de compadecer a las mujeres por estar encadenadas a sus pasiones, de reflexionar el por qué de los errores y admirar la fuerza de algunos, se menciona el aquà y el ahora, de las pocas oportunidades que se nos presentan en la vida y que malgastarlas en cosas banales nos puede llevar a destinos que no deseamos, pero ¡que va! La muerte no pinta nada mal después de La Vie.
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