
Por: Roberto Sosa — 8 de abril, 2012
“La verdad y la amistad son las dos obsesiones de Juan Ruiz de Alarcón, aspectos que siempre se pone en tela de juicio en sus obras. En este caso el gran tema de la obra es descubrir la verdad y al final nos damos cuenta que ésta no existe sino que está en movimiento al igual que el teatroâ€, Carlos Corona.
Para Carlos Corona las obras clásicas deben volver a presentarse, y cada director las debe intervenir, adaptar y hacer su propia versión.
Corona dirige y adapta La prueba de las promesas de Juan Ruiz de Alarcón con mucho acierto, en el primer acto respeta el texto a pie juntillas y en el segundo da una vuelta de tuerca al desenlace, el resultado es una obra espléndida, que sugiere un punto de vista muy personal, una interpretación desde una visión contemporánea de un clásico del Siglo de Oro.
La obra fue escrita en verso a finales de 1617, para las nuevas generaciones quizá esto sea novedoso y hasta complicado; ya que los jóvenes de hoy, con el facebook, el twiter y demás redes sociales donde la escritura sufre una metamorfosis cotidiana que se reinventa y/o deforma, La prueba de las promesas es un lenguaje con otro sonido, con otra prosa donde el verso se dimensiona en la narración de la historia, propiciando el acercamiento a la palabra, a una expresión más pura y más coloquial, un estilo que se perdió en el laberinto del tiempo.
“La función del teatro no es convertirse en museo por lo que decidà experimentar con el texto original de Juan Ruiz de Alarcón sin perder de vista los paradigmas éticos y morales que plantea. En el teatro experimentamos con texto, con escena. Los montajes caducan y es necesario hacer unos nuevos. Somos como los alquimistas que mezclamos y sacamos fórmulasâ€, Carlos Corona.
En la historia se conjugan elementos como la magia negra, la amistad y el amor, con personajes atrapados en sus emociones. Don Ilián es un viejo mago nigromántico, lÃder moral de la familia de los Toledos. Esta familia tiene una pugna con otro importante e influyente clan: los Vargas. La cabeza de los Vargas, Don Enrique, está dispuesto a pactar la paz a cambio de la mano de la hija de Don Ilián, Blanca. Pero existe un inconveniente, Blanca está enamorada de otro joven pretendiente: Don Juan; que además de estar interesado en Blanca, desea que Don Ilián le enseñe la Nigromancia, arte que en esas fechas está prohibido por el Rey.
Criados, músicos callejeros y un caminante llenan la escena; el espacio escénico concebido por Juliana Faesler nos remite a un tiempo lejano en la Nueva España, el vestuario de Jerildy Bosch recrea la época y con la interpretación se traduce el arte literario de Juan Ruiz de Alarcón.
La visión actual de un texto escrito siglos atrás y la forma de expresarlo sobre el escenario parte del prólogo en la escena de La cueva de Salamanca; la letra de la canción que abre el segundo acto es un fragmento de Las paredes oyen –ambas obras de Ruiz de Alarcón- y en el epÃlogo se toman textos de Shakespeare, Corneille, Peter Brook y Antonio Machado, con todo este collage de autores y estilos Carlos Corona transporta al espectador por el mundo novohispano, el viaje tiene escalas en el tiempo literario de grandes dramaturgos para situarnos en la escena final y ver el teatro dentro del teatro. ¿No es una maravilla lo que se logra en el quehacer teatral?
La CompañÃa Nacional de Teatro aporta parte de su elenco estable para conformar esta puesta en escena, figuras como Rosenda Monteros, Diego Jáuregui, Mariana Gajá, Héctor Holten, Everardo Arzate, Arturo Reyes, Américo del RÃo, Andrés Weiss, Yulleni Pérez Vertti y Ana Isabel Esqueira, dan vida a los protagonistas de La prueba de las promesas que se presenta en la Sala Héctor Mendoza –de jueves a domingo, hasta el 6 de mayo, con entrada gratuita–, ubicada en la Casa sede de la CompañÃa (Francisco Sosa 159, Barrio de Santa Catarina, Coyoacán). Tip para el lector, para ser partÃcipe de este fenómeno teatral es necesario hacer una reservación al teléfono 5658 4108.
La prueba de las promesas es un suceso mágico que logra la confabulación entre la CompañÃa Nacional de Teatro y el Instituto Nacional de Bellas Artes. Los esfuerzos son patentes, el talento se desborda del escenario y al público sólo le resta participar con su presencia. El teatro es un arte vivo y de eso es muestra este extraordinario montaje.
“La razón del elenco estable en esta puesta en escena es proponer un discurso, una tradición, que se logra con este texto de Juan Ruiz de Alarcón, un autor tan mexicano como español. Por otra parte no olvidar nuestra modernidad teatral, que se inicia con la vuelta a la tradición; el arribo a la puesta en escena como portadora de un concepto integrador del lenguaje; volver al concepto del montaje con la fuerza del teatro fundamentalâ€, Luis de Tavira, director artÃstico de la CompañÃa Nacional de Teatro. Fotos: Sergio Carreón Ireta.
Un listado de enlaces a centros culturales, música, teatro, danza, infantiles, festivales y medios y más.
Deja un comentario