
Por: Susana Fernández — 4 de abril, 2007
Con una serie de coincidencias cósmicas a las que no podÃa ser indiferente e impulsada por la convicción de que el teatro es un oficio de arriesgue y sentido joven, Zaide Silvia Gutiérrez vuelve al terreno de la dirección para presentar, La Luna vista por los muertos, de Daniel RodrÃguez Barrón, ganador del Premio Gerardo Mancebo del Castillo en 2002.
Sacudida por un texto que logró en ella un profundo impacto por su crudeza y el humor ácido para abordar el problema de las adicciones –no sólo las fumadas o inhaladas sino aquellas que se practican en la vida cotidiana–, asà como el retrato fiel de la llamada generación X, Zaide descubrió en La Luna… el significado de lo que para ella siempre ha sido el origen del teatro, “un acto subversivo, sin complacencias, fuerte y de arrojoâ€.
Fue asà que la directora encontró en Tizoc Arroyo y Tae Solana, los cómplices perfectos para llevar a escena una obra donde la televisión es la tercera en la relación de pareja, una puesta intimista donde a través de diez escenas los dos personajes, conviven, pelean, miran pelÃculas porno, se masturban, juegan a los videojuegos y se drogan con pastillas para no soñar.
“Se llama a la reflexión sobre una realidad contundente, pero sin indicar o forzar el sentido. Porque yo no dejo de preguntarme, cómo llegamos a este tipo de relación y de convivenciaâ€, Zaide Silvia Gutiérrez
Con el apoyo del Programa de Fomento a Proyectos y Coinversiones del Fondo Nacional para la Cultura y Ias Artes, asà como de la Dirección de Teatro de la Coordinación de Difusión Cultural, de la Universidad Nacional Autónoma de México y el Foro Contigo… América, donde inició temporada a partir del 1 de abril, La Luna vista por los muertos es una puesta que retrata de manera inquietante una realidad donde los valores han cambiado. Donde las relaciones humanas han perdido importancia, han perdido profundidad. Donde la tecnologÃa ha ganado terreno y es la reina de todas nuestras habitaciones.
Una obra –para la actriz Tae Solana– que después de verla sigue provocando reflexiones, golpea y deja huella, pero que sin embargo presenta con encanto a dos personajes desencantados.
Por su parte, Tizoc Arroyo menciona que en esta puesta ya no existe ese concepto romántico de la pareja que conocieron generaciones anteriores, sino por el contrario se palpa un profundo nihilismo que influye hasta en los aspectos más rutinarios.
Con la escenografÃa minimalista de Mónica Kubli, diseño de vestuario de Cristina Sauza y la música original de Richard McDowell, La Luna vista por los muertos se presenta, sábados y domingos, en el Foro Contigo… América (Arizona 156, colonia Nápoles).
La Luna vista por los muertos, metáfora de humor negro sobre una generación adicta al sexo, las drogas y el video.
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