
Por: MarÃa Teresa Adalid — 1 de agosto, 2006
Adulterio, traición, muerte, locura y duda, no existe problema actual que Shakespeare no haya representado primero en patios de posadas, para luego ejecutarse en teatros como la Rosa, el Cisne, el Fortuna y el conocido Globo. Toda una odisea en esos patios donde se atiborraba la gente a cambio de unos peniques y se presenciaban los espectáculos de pie, ya que la gente más sobresaliente ocupaba las galerÃas, con sillas y cojines.
A 400 años de haberse escrito Hamlet, el texto retrata los conflictos de todos los tiempos. Al presente, Juan José Gurrola mostró su visión de La tragedia de Hamlet, prÃncipe de Dinamarca primero en la UNAM y más tarde en el Teatro Hidalgo (ahora Ignacio Retes del IMSS).
El rey muere en situación poco clara, la reina contrae nupcias con su cuñado, Hamlet melancólico se pasea por el castillo de Elsinor y se encuentra con la sombra de su padre quien le revela que a sido asesinado por su propio hermano, quien le ha robado su trono y mujer.
Esta puesta en escena de Gurrola nos ofreció una nueva exploración en Hamlet, un frenesà moderno encarnado por el actor Daniel Giménez Cacho quien al poco tiempo de concluir temporada conversó en entrevista con Interescena:
¿Porqué se le conoce a Hamlet como el antihéroe por excelencia?
DGC “Ha triunfado esa interpretación, del que duda y no se atreve a decir o que el destino le marca porque está envuelto en una circunstancia, es como vÃctima de una conspiración, de un destino, entonces no se decide a hacer nada por cambiarloâ€.
¿Consideras que el eje central que plantea Shakespeare es duda, extrañeza, incomunicación?
DGC “A mà se me hace que más bien, es el problema de cuando se es demasiado inteligente, entonces las soluciones que se encuentran siempre parecen poco. Todo se relativiza, cuando tienes una inteligencia privilegiada, puedes llegar a esta conclusión que te puede paralizar porque finalmente ¿qué sentido tiene como juego de poder?, que en realidad nada vale, todo lo humano es bastante intrascendenteâ€
Una obra vale por su esencia y peculiaridad, en la estructura dramática y la sÃntesis, el comparar la vida con el teatro, bajo la fiera mirada del director. En este caso Juan José Gurrola, provista de seguridad y estÃmulos, ¿qué experiencia te dejó?
DGC “Juan José es un director muy sensible al trabajo del actor, entonces a partir de lo que ve, del material que tiene va construyendo sobre eso. Las lÃneas generales importantes para entender el texto son de él y para no naufragar en el mundo de palabras que se dicen, entre anécdotas, la escenografÃa plantea un contexto de decadencia contemporáneo. Fue idea de Juan José, porque no habÃa presupuesto, no pretende ser un callejón contemporáneo”.
La puesta en escena comienza con la aparición del fantasma, que evidentemente detona la situación de la historia. ¿Que le duele más a Hamlet, la traición a su viejo padre, o los sentimientos heridos de un hijo único consentido, con exagerado amor por la madre quien está nuevamente con otro hombre?
DGC “Puede tener muchas interpretaciones, es lo maravilloso de esta obra, por eso no se acaba ni se agota nunca. Cuando vino la era del psicoanálisis eso influyó en las lecturas de la obra, que si el Edipo que tiene, y demás. A mà me gusta que no hicimos una lectura tan explÃcita, se dejó abierto, no se sabÃa si el padre era, si el fantasma existÃa nada más en su mente, si era como una figura del deber o una especie de conciencia que le dictaba lo que deberÃa de hacer y no estba haciendo, en el texto hay ambigüedad. Si te fijas aparece el fantasma y luego hay toda una escena cómica que la mayorÃa de las puestas quitan, cuando el fantasma aparece y le dice: ‘Hamlet he sido traicionado y demás’ es como un chiste, algo con humor y eso siempre lo quitan. Aquà se rescató la parte del humor, aunque parezca contradictorio, logramos que la gente se rÃera cuando Hamlet se está muriendo, lo cual me pareció genial, yo creo que asà era. Me imagino un teatro popular, nada solemne”.
En el Acto III escena 1, El rey y Polonio se meten en su escondite, entra Hamlet y dice: ¿Ser o no ser; he aquà el dilema! ¿Para tà qué representa?
DGC “En el monólogo de ‘Ser o no Ser’, nosotros deciamos: ‘Ser o No, ése es el dilema’. Se trataba de ser, no hay duda, entre ser o no, ser es lo que hay que hacer, es cuestión de una coma, Hamlet lo sabe, hay que ser, hay que actuar y hay que hacerlo, ése es el punto. A mà siempre me dio mucha flojera este personaje melancólico, ¿lo haré o no lo haré?. Es pensar, sÃ, lo tengo que hacer, ¿que más da?, si nos vamos a morir y todo va a pasar, es otro tipo de discusión, no es debilidad de carácter. Juan José me dijo desde el principio, que Hamlet sabe lo que va a pasar, lo ve con claridadâ€.
Considerada una de las obras más importantes del 2005, la puesta escénica “La tragedia de Hamlet, prÃncipe de Dinamarca†mostró, de nueva cuenta, el trabajo y entrega de un gran actor.
“Hamlet, me ha enseñado mucho y me sigue enseñando incluso técnica, administración de energÃa, el volumen de la emotividad, aprender a medir las palabras. Me he senti como vehÃculo, en las funciones del teatro de arquitectura me di cuenta de que algo pasaba encima de nosotros, una energÃa que se conectaba con nosotros y el público. Hamlet es un papel muy grande, muy vasto, le pasa de todo, es difÃcil que vuelva a hacer un papel asà en teatroâ€, Daniel Giménez Cacho.
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