Por: Arturo Carrasco — 14 de enero, 2012
Wadji Mouawad es uno de los más destacados dramaturgos del mundo gracias a su trabajo en el cual toca de manera certera el corazón de la desdicha de la humanidad contemporánea mediante la indagación constante en el pasado y la búsqueda de la memoria.
Es precisamente esta búsqueda del ser que te hace volcar en un mar de angustia y recuerdos lo que llevó al reconocido director Hugo Arrevillaga autor de la tetralogÃa La sangre de las promesas, junto a su compañÃa Tapioca Inn, a montar Cuchillo y Un Obús en el corazón, dos textos cortos, poco conocidos de este autor quebequense, que para Arrevillaga significaron una oportunidad no sólo de subsanar viejas heridas sino también de confesar parte de su intimidad.
Ambas historias, que el público capitalino puede apreciar desde el 19 de enero en el Foro A poco no, tienen como común denominador la búsqueda del ser perdido u olvidado y por tanto añorado. Cuchillo es un texto escrito en 1997, que se consideraba inédito, en él, el autor mediante un lenguaje desafiante y violento pero a la vez cargado de humor, poco frecuente en las obras de Wadji, aborda la historia de un joven dedicado a la prostitución, que lleva siempre consigo un cuchillo en el fondo de su bolsillo, por si fuera necesario, vaga por las calles solitarias en busca de clientes.
En una de esas frÃas noches de invierno, justo en la noche de navidad, parece encontrar por fin algo que le da paz, belleza y tranquilidad a su alma: una Iglesia llena de calidez, sonrisas, música y un hombre vestido de Santa Claus quien despierta en él varios recuerdos y a la vez la posibilidad de poder llevar a cabo su oculto deseo: cortarle el miembro a un hombre mientras le realiza una felación.
Por su parte, Un obús en el corazón, obra de 2007, relata la historia de Wahab, un joven pintor de 19 años de origen libanés que vive en Quebec, quien una noche de enero recibe una llamada anónima que le dice que su madre está por morir de cáncer en un hospital.
La noticia se vuelve un obús (una especia de mortero que se usó sobre todo en la Primera y Segunda guerras mundiales) que se anida en sul corazón y que se hará presente en la travesÃa que Wahab realiza desde su casa –y desde su infancia– hasta el hospital, para despedirse de su madre y con esto confrontar todos los miedos de su niñez.
.“Cuando uno teme a la pérdida y a la soledad, trata de defenderse de todas las maneras posibles y eso es lo que pasa en Un obús en el corazón y estas heridas muchas veces son las que nos mueven y llevan a volcar todo ese dolor y rabia a una obra, como es este casoâ€, Hugo Arrevillaga.
Una obra con la fuerza de estas historias cortas que hablan acerca de la pérdida y a la soledad, requieren para su realización de actores capaces de llevar su interpretación al máximo, al grado de hacerle sentir al espectador todo lo que la melancolia y el miedo pueden provocar (tal como le sucedió a la persona sentada a mi lado que en algún momento durante la obra tuvo la necesidad de llorar) y en este sentido, la participación de los actores Javier Oliván y Adrián Vázquez no pudo ser más acertada pues con su trabajo hicieron sentir al público el dolor de sus personajes, sobretodo Vázquez quien logró clavarse profundamente en el espectador con su actuación.
“Hugo Arrevillaga hace un teatro reflexivo, humano y comprometido con los problemas sociales. El abordaje de temas como la violencia, la vida, la muerte, soledad o el silencio, entre otros temas, nos permiten re-significar valores de nuestras sociedades modernasâ€, Lourdes Lecona, responsable de la Gestión y Enlace del Sistema de Teatros de la Ciudad de México. Fotos Alma Curiel.
Un listado de enlaces a centros culturales, música, teatro, danza, infantiles, festivales y medios y más.
Deja un comentario