Teatro

Exceso de equipaje, una metáfora sobre las emociones

Por: Roberto Sosa — 26 de enero, 2015

Romina Coccio y Miguel Conde, actuan en Exceso de equipaje. Teatro La Capilla, enero 2015 Dos actores, un escenario austero, 15 microdramas y múltiples emociones conforman Exceso de equipaje, obra original de Alberto Castillo Pérez que se presenta los martes en el Teatro La Capilla hasta el próximo 7 de abril.

A partir de 15 relatos breves que tienen como hilo conductor una simple maleta con distintas connotaciones, Exceso de equipaje presenta una pareja en diferentes momentos y en distintas circunstancias que se viven en una escenografía minimalista –diseñada por Hasam Díaz– conformada por una pasarela que rodea el escenario, y al fondo termina con dos cajoneras-escaleras que sirven para denominar tiempo, espacio y relatos que pasan por el drama, la comedia y el absurdo.

Exceso de equipaje es un texto que habla de llegadas, despedidas, rupturas, viajes, llamadas de larga distancia, estaciones, vagones… hechos que marcan el final o el inicio de un círculo según se quiera ver.

Exceso de equipaje, obra de Alberto Castillo y direccion de Pilar Cerecedo, se presenta en el Teatro La Capilla, enero 2015 Un discurso donde convergen dos personajes y una valija como pretexto de las historias. Un bagaje donde cabe todo: los sueños, las ilusiones, los recuerdos… las emociones, un equipaje que se guarda para marcharse y tal vez no regresar.

Las actuaciones de Romina Coccio y Miguel Conde, nos descubren a dos intérpretes que se entienden sobre el escenario en el momento de ilustrar las historias.

Ambos actores con tablas y una perfecta química logran –desde mi opinión de espectador– un trabajo limpio que demuestra su esfuerzo en el desarrollo actoral, igual son hermanos, novios, amigos que cómplices o esposos, finalmente son simples seres humanos con una carga emocional a cuestas fácil de identificar con nuestras propias vidas.

Exceso de equipaje, obra de Alberto Castillo y direccion de Pilar Cerecedo, se presenta en el Teatro La Capilla, enero 2015 En cuanto al vestuario, diseñado por Oscar Vázquez Lozano, el personaje femenino hace uso de una prenda multiusos que cambia con cada historia, lo mismo es un rebozo, una chalina, una túnica, según requiera la situación. Por su parte, el personaje masculino permanece con la misma indumentaria (camisa y pantalón) y sólo utiliza para su acto de metamorfosis unas gafas o una simple gorra.

Pilar Cerecedo, debuta como directora con esta obra y su experiencia sobre los escenarios la faculta para entender lo que el actor necesita para desarrollar su capacidad histriónica, su larga práctica frente al público lo revierte logrando un buen resultado. Tarea nada sencilla tratándose de un texto como éste, pero que finalmente Cerecedo lo lleva a buen puerto, con un acertado sentido teatral que logra imprimir la complejidad de la trama.

Romina Coccio y Miguel Conde, actuan en Exceso de equipaje. Teatro La Capilla, enero 2015 Exceso de equipaje es una obra llena de historias, unas buenas y otras no tanto, porque no todas alcanzan el mismo nivel. De 15 se podrían seleccionar la mitad, las mejores, y con esto llegar a un final que represente todo el discurso escénico, y tal vez –en mi opinión- la puesta en escena sería redonda.

Al final, se disfruta de una obra ingeniosa que nos pone de frente a un elemento indispensable y simbólico al momento de emprender un viaje: la maleta. ¿Se lleva lo necesario? ¿Qué se guarda en una valija cuando se sale? ¿Qué se queda y que se empaca? ¿Se viaja ligero? o con Exceso de equipaje…

“La metáfora de la maleta, es el equipaje que vamos cargando nosotros por nuestra vida. Un equipaje emocional que nos entregan cuando nacemos y que vamos arrastrando a lo largo de nuestras relaciones. Un equipaje que a veces nos estorba y que posiblemente podríamos viajar de manera más etérea, Alberto Castillo Pérez.

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“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.